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Un fin de semana en Portobelo e Isla Grande (Tercera parte)

Cuando la fiesta tocaba a su fin, y la mayoría de los asistentes se preparaban para regresar a Colón o Panamá City, nosotros enfilamos dirección opuesta. Una avería había generado un descomunal atasco que nos tuvo parados un par de horas, literalmente. Tuvimos tiempo de hacer alguna que otra foto a los autobuses panameños, así como departir con algunos lugareños.

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Finalmente, llegamos a un pequeño conjunto de casas situadas algo más al noreste de Portobelo, bordeando la costa del Caribe, y un poco antes de un pueblo llamado La Guaira. Allí nos esperaba Pipo, el barquero con el que Manuel había apalabrado nuestro trayecto a Isla Grande, así como varios más para el día siguiente.

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Con Pipo venía Oriel, un crío de diez años que ya casi no se separaría de nosotros en todo el fin de semana, y que lo primero que hizo fue alucinar con mi iPhone y perder miserablemente al Tetris. El chaval demostró ser un crack en el tiempo que pasó con nosotros.

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El trayecto en barca hasta Isla Grande fue muy emotivo, aunque no sabría explicar muy bien el por qué. Hubo también algún que otro momento de tensión, porque Pipo se empeñó en llevarnos hasta el mismo hotel, teniendo que sortear bastantes rocas en plena noche (aunque había casi luna llena). Puede que fuera la combinación de cansancio, tensión y belleza la que me sumiera en ese estado reflexivo tan poco transitado por mi últimamente. Las prisas…

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Llegamos a Isla Grande, dejamos nuestras pertenencias en el Sister Moon (no quiero bromas, así se llamaba el hotel) y nos fuimos a cenar a un restaurante en el que dimos buena cuenta de abundante y rico pescado, así como de alguna que otra hamburguesa y cubatazo. Atención al cartel tan entrañable (y humilde) que tenían en el restaurante:

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Con esto y un bizcocho, y tras comprobar que había poca actividad noctámbula en la isla, nos fuimos un ratito al embarcadero del hotel, a sentarnos y ver las olas romper, antes de dormirnos. Por el camino, nos encontramos este sapo del tamaño de mi puño.

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March 21, 2009   5 comentarios