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¿Por qué fui a Cuba?

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Voy a intentar contestar a la pregunta que da título al post, aunque me temo que a día de hoy todavía no tengo una respuesta muy clara para ella. La idea del turista occidental yendo a Cuba y volviendo ataviado con una camiseta del Che y una gorra de Fidel me ha causado desde muy temprana edad una intensa urticaria cerebral. Siempre he tenido claro que no quería ser parte de esa hipocresía; la de quienes han crecido en una sociedad democrática, con alto poder adquisitivo, y, simpatizando quizás con los principios de la revolución, el socialismo o incluso el comunismo, viajan a Cuba, yendo de un resort a otro, de borrachera en borrachera, y tras un par de visitas a la Habana Vieja o Trinidad vuelven a sus países de origen con la satisfacción del falso deber cumplido: haber confirmado que sí se puede, que otro tipo de sociedad funciona.

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Nunca antes pensé en ir a Cuba porque nunca quise cooperar con mi dinero al mantenimiento de un régimen dictatorial. Pero finalmente fui. Y cooperé, vaya si lo hice: hay muchas maneras de viajar por Cuba, pero seguramente elijas la que elijas terminarás gastando más dinero del que pensabas que gastarías. Es lo único que lamento del viaje. Todo lo demás ha sido muy positivo.

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¿Por qué fui, pues? Me temo que no hay una respuesta clara, sino una mezcolanza de sentimientos y estados emocionales alrededor de los cuales Skyscanner y mi tarjeta de débito se pusieron de acuerdo para confundirme. Por un lado, el final de una experiencia profesional no tan enriquecedora como me hubiera gustado. Por otro, la apertura que Cuba ha experimentado desde que Raúl Castro relevase a Fidel, y especialmente desde 2011 redujeron muchos de mis escrúpulos. Asimismo, los esfuerzos de Obama en EEUU para que el embargo sea levantado me hacen pensar que la llegada de la democracia a Cuba puede que esté ya más que pactada, en fases. Pero creo que el punto más determinante para que me liara la manta a la cabeza y comprase el billete fue simple y llanamente mi mejor cualidad, que no es otra que la tremenda curiosidad que siento por comprender el mundo que me rodea. De una forma u otra, quería comprobar si mis suspicacias y escrúpulos respecto a alimentar una sociedad cerrada e injusta estaban justificados, o por el contrario mi educación en libertad había cercenado mi capacidad de entender que puede que sí, que efectivamente, a veces el pueblo necesita ser guiado, y un sistema comunista es un marco apropiado para ello.

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En sucesivos posts intentaré transmitir mis impresiones acerca de todo este galimatías, pero creo que el objetivo del presente ya está más que alcanzado.

March 20, 2016   Comments Off on ¿Por qué fui a Cuba?

Una semana en Las Vegas

Si tuviera que intentar resumir mi estancia en Las Vegas con una sola palabra, esta sería “equilibrada”. Creo que para ser mi primera (¿y última?) vez en Las Vegas, me he llevado una impresión general más o menos acertada del lugar. Y no creo que este sea el caso para la mayoría de la gente que la visita.

Durante la semana que acabo de pasar allí, he:

  • Asistido a una conferencia (aunque he de confesar que no he ido a más de cuatro charlas, por motivos variados).
  • Visitado varias exposiciones y shows.
  • Salido a tomar algo (en habitaciones de hotel con amigos, o en locales varios).
  • Conocido a gente de allí (¡existen, y son super buena gente!).
  • Alquilado una scooter y conducido por las afueras.
  • Hecho mogollón de fotos.
  • Visitado la mayoría de los hoteles.
  • Enfermado del estómago (casi dos días “perdidos” = en cama).
  • Visitado la presa Hoover y una fábrica de chocolate.
  • Pasado tiempo con viejos amigos. Y con nuevos.

En definitiva, he hecho un poco de todo, lo que me ha dado perspectivas de la ciudad probablemente diferentes, con lo que puedo formarme una idea un poco más global de lo que es. Por lo que he observado en estos últimos días, el asistente a este circo que puede ser Las Vegas ve una cara mucho más parcial, pues tiende a hacer bastantes menos cosas.

Lo cierto es que el hecho de que esta semana sea la primera navegando sólo (tras dejar casa de Chete) de mi viaje por la costa oeste ha provocado que estuviera mucho más tenso desde un punto de vista monetario de lo que los demás mortales lo están cuando viajan a Las Vegas como un paréntesis de una semana en su ritmo de vida normal. Para mi, tener que estar con la mochila por los próximos 2.5 meses ha sido causa de que ponga mucho más hincapié en no hacer ningún gasto fuera de lo normal, del que luego me pudiera arrepentir.

Asimismo, saber que cuanto antes active el chip de la curiosidad, antes empezaré a disfrutar verdaderamente de los lugares y gentes que conozca, me ha ayudado a tratar de conocer Las Vegas a fondo, para de alguna manera coger carrerilla y estar listo para cuando llegara a San Diego, San Francisco, etc… creo que ha funcionado bien.

Aconsejaría a todo el que vaya a Las Vegas varias cosas.

  1. Lo que pasa en Las Vegas, pasa en casa también, si quieres. Sé tú mismo, no intentes ser diferente. Ir a Las Vegas no es una excusa para hacer cosas que no haces en tu casa, buscando una felicidad que no encuentras en casa.
  2. Intenta compensar. Hay muchísimas (muchísimas) cosas que hacer en Las Vegas, aparte de salir de fiesta. Y algunas son super interesantes. Las Vegas de día tiene mucho que ofrecer. Infórmate, reserva algo de tiempo para ir al menos a una exposición diaria. Gastarás menos de lo que imaginas, y disfrutarás bastante más.
  3. Ojo con la comida. No es super cara, pero tampoco es lo que se dice económica. Si te descuidas, te acabas gastando un dineral. Y, sobre todo, ojo con la variedad del menú. Lo típico abunda (hamburguesas, sandwiches, bufetes de dudosa calidad), mientras que si quieres comer variado y de calidad lo tienes complicado. Se puede, pero hay que moverse más, sólo para comer. Y como normalmente se tienen otros planes, se acaba comiendo mal. Así que llévate un protector de estómago, lo necesitarás.
  4. Usa protector solar.
  5. No salgas todas las noches. No pasa nada por quedarse en el hotel viendo una peliculita o serie, o leyendo un libro. A menos que sean de escaso nivel. Pero si no, hazlo, duerme mucho y recupera energías. Una semana en Las Vegas demanda mucho, hay que descansar regularmente.
  6. Si vas en verano, como yo lo he hecho, hidrátate. Hace un calor bastante curioso, y lo dice un sevillano. Bebe todo el agua que puedas, literalmente. Si sales de noche y bebes alcohol, te vas a deshidratar mucho más rápido que en tu lugar de fiesta habitual. Parece una tontería pero apuesto a que es el típico error de debutante.
  7. Ve al centro de la ciudad. O al downtown, como se le conoce en países anglosajones. Las Vegas es mucho más que el strip, sus hoteles, esplendor (o cutrerío, según se mire) y derroche. Habla con la gente, pero con la que vive allí, aunque no sean de allí. Escucha sus historias. Hablar con los taxistas está bien, pero no es suficiente, puesto que los trayectos suelen ser cortos. En el centro encontraréis más oportunidades de entablar conversación con alguien que viva en Las Vegas. Veréis algo de lo que hay detrás del telón. Y es un sitio interesante. A fin de cuentas, la gente es la que hace de un lugar algo interesante. Y hay cada personaje por ahí…
  8. Ve a un hotel medio. Aunque no sea el más glamouroso, ni el mejor localizado, ni tenga el mejor buffet. Al final del día, lo único que necesitas en Las Vegas es una buena cama para descansar, con aire acondicionado, y un cuarto de baño admisible. Hasta los hoteles no-chic cumplen todos estos requisitos. Ahorrarás bastante en alojamiento, y luego te alegrarás cuando vayas a exposiciones, etc… y veas que puedes hacer mogollón de cosas con esos dólares que te has ahorrado.
  9. Si te gustan las motos, al menos un día, alquila una y piérdete. En realidad, esto lo recomiendo en cualquier lugar del mundo, a menos que las condiciones meteorológicas lo desaconsejen. El resto del tiempo, intenta no andar si no es estrictamente necesario. Obviamente, intenta no arruinarte en taxis. Hay autobuses que recorren el strip de arriba a abajo, y cuestan aproximadamente 8 $ por día, pudiéndote montar todas las veces que quieras.
  10. Piérdete dentro de los grandes hoteles. Pasea por ellos. Hay realmente lugares mágicos. Disfruté viendo los interiores del Caesars Palace, el Venetian, el Paris y el Luxor. No entré en el Bellagio, y definitivamente por algunos de ellos se puede pasear también por fuera, disfrutándolo.

Ahora mismo estoy en San Diego, en casa de Nathaniel, el primer couchsurfer que me está alojando en mi road trip, y la verdad es que he tenido mucha suerte al caer en su casa. Un tipo muy original y generoso: los dos días que voy a pasar con él y su gente prometen.

August 13, 2014   Comments Off on Una semana en Las Vegas