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Lo cierto es que es un gustazo, cuando uno está lejos, leer cosas como ésta. En la Segunda Serie de los Episodios Nacionales, según la narración escrita por uno de los personajes, Jenara:

¡Sevilla! ¡De qué manera tan grata hería mi imaginación este nombre! ¡Qué idealismo tan placentero despertaba en mí! No creo que nadie haya entrado en aquel pueblo con indiferencia, y desde luego aseguro que el que entre en Sevilla como si entrara en Pinto es un bruto. ¡El Burlador, D. Pedro el Cruel, Murillo! Bastan estas tres figuras para poblar el inmenso recinto que es en todas sus partes teatro de la novela y el drama, lienzo y marco de la pintura. ¡Y hasta las pinturas sagradas son allí voluptuosas! Para que nada le falte, hasta tiene a Manolito Gázquez, cuyas hipérboles graciosas han dado la vuelta a España, y parece que forman la base de la riqueza anecdótica nacional.

En Sevilla la noche y el día se disputan a cuál es más bello; pero cuando llega el rigor del verano, vence irremisiblemente la noche, asumiendo todos los encantos de la naturaleza y de la poesía. Para ella son los delicados aromas de jazmines y rosas; para ella el picante rumor de las conversaciones amorosas; para ella la dulce tibieza de un ambiente que recrea y enamora, las quejumbrosas guitarras que expresan todo aquello a que no pueden alcanzar las lenguas. Cuando yo llegué se dejaba sentir bastante el calor, sin ser insoportable; pero las noches eran deliciosas, un paraíso en el cual no se echaba de menos el sol.

(…)

Desde muy temprano me levanté, pues poco dormí aquella noche. Las noches de Sevilla no parece que son, como las de otras partes, para dormir. Son para soñar en vela…

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Gracias chaval, la has liado parda.

Ya lo dije en su momento. Lo repito hoy. La culpa está en la planta noble del Ramón Sánchez-Pizjuán. Hace tiempo que se dejaron de hacer las cosas bien. Se perdió el sentido común y se entró en un laberinto de adoraciones mutuas entre los diferentes estamentos de la entidad.

En parte es entendible. Lo que se consiguió en dos años fue algo que nadie podía imaginar. Y fue gracias a su trabajo, no hay que olvidarlo. Tras ello, muchos errores o cosas hechas a medias.

Para mi la clave ha estado en el endiosamiento de determinadas personas en la entidad. Del Nido, Monchi, sin ir más lejos. El primero cometió un error gravísimo a mi entender al proponer al segundo para un cargo directivo en el club. Ese fue el primer síntoma realmente preocupante para mi de que se estaba abandonando la senda del sentido común y se estaba empezando a convertir el club en una reunión de amigos en la cual sonreirse y decirse lo buenos y bonitos que somos.

Monchi ha sido el principal valedor del peor entrenador que he visto dirigir al Sevilla FC, en dura pugna con Camacho. Dos personajes con poca capacidad intelectual, con evidentes dificultades expresivas. La comunicación, requisito básico en un entrenador de fútbol, ya es una tremenda losa para ellos. Dos entrenadores que nunca entendieron el fútbol en su faceta constructiva. Se sentían cómodos destruyendo juego, y eso es lo que inculcan a sus futbolistas. Dos entrenadores, en fin, que tuvieron mucha suerte al llegar al banquillo sevillista sin CV suficiente. Sobre todo en el caso de Manolo Jiménez. Ya en mayo de 2008 lo escribí aquí. Para mi era un error renovarle. Y hoy lo tengo más claro que nunca.

Incluso si se gana la copa del Rey. Creo que sería el título más amargo que nadie pudo imaginar. Yo pasé vergüenza, muchísima, viendo los partidos contra el Getafe en Madrid y contra el Barça en casa. Este último partido, por cierto, lo vi con una amiga americana y dos amigos israelís que ni siquiera hablan español y son socios del Sevilla FC. Vienen todos los días que juega el Sevilla en casa desde Gibraltar, donde viven y trabajan, a ver al Sevilla. Incluso entre semana. A todos los partidos. Es algo admirable. Les sedujo el Sevilla de los cinco títulos, pero no por los títulos, sino por su alegría y su ambición en el juego. El pasado lunes, en nuestro partido de fútbol-7 semanal en La Línea, me dijeron que el año que viene no se iban a sacar el carnet si seguía Manolo Jiménez. Este hombre al final va a conseguir de nuevo la unidad: la de todos pidiendo su marcha. Todos excepto los medios oficiales, claro. Pero vamos, eso ya lo sabemos todos, no se muerde la mano que te da de comer.

Corolario: Del Nido, Monchi, gracias por todo lo bueno que nos habéis traído. Pero desde mayo de 2008 para acá, al Sevillismo le estáis sobrando, que os quede claro. Y el Sevillismo no es borrego, por mucha presión mediática que ahora tenga que soportar. Huid de los palmeros, buscad a gente competente de nuevo para todos y cada uno de los estamentos del club y hacednos disfrutar de nuevo. Ya lo habéis hecho antes, podéis hacerlo de nuevo.

PD: es increíble cómo es posible que a nadie le chirriase esta entrevista en Orgullo de Nervión. Monchi simple y llanamente llamando entrenador en formación al entrenador que él mismo había elegido para entrenar a un equipo en el top ten mundial en ese momento. Me hace pensar que la facilidad de manipulación del de Arahal está influyendo muy mucho en el hecho de que Monchi apueste tanto por él. Si eso es así, Monchi, por mi te puedes ir a cantar chirigotas y no vuelvas. Sin acritud.

Dios mediante, allí estaremos, en Sevilla, del 13 al 15 de noviembre, en el Evento Blog España 2009. Gracias a @pollomatutino por recordármelo, se me pasaba la preinscripción.

El año pasado fue mi primer EBE, y lo pasé realmente bien. A los que no hayáis ido nunca, intentadlo, todavía estáis a tiempo de preinscribiros. A los que sí hayáis ido, qué os voy a contar.

Estaba en la estación de autobuses de Plaza de Armas, afinando la preparación del viaje que me disponía a emprender hacia Madrid. Esto es, comprando una botella de agua. Cuando me disponía a subir dos tipos con muy mala pinta, hablando un poco bastante mal me han pedido agua. Se la he negado, y no lo podían creer. Les he dicho que soy muy escrupuloso, lo cual no es cierto. Han hecho un conato de ponerse violentos, pero se lo han pensado mejor. Y me he ido.

El mero hecho de pensar que ese pedazo de yonki fuera a meter el morro en la flamante botella fresquita que acababa de comprar me dio escalofríos. Pensé en darles 1.5 € (que era lo que costaba la famosa botella) para que se compraran una, pero como ya había pasado la escena y había sido muy desagradable, preferí no ponerlos a prueba. Aunque bien pudiera ser que esto sea otra argucia mental para justificar el hecho de que no sólo no les diera de mi botella, sino que no les di dinero para que se hicieran con otra.

No puedo evitar sentirme un poco tocado por mi reacción esta mañana. Creo que hace unos años hubiera sido bien distinta.

¿Soy una mala persona?.