Visita de los becarios de SofÃa (segunda parte)
Después de pegarnos un macropateo por la ciudad fuimos a parar, asesorados por Mircea (un rumano la mar de apañado que hemos conocido por su trabajo como traductor en la oficina comercial) a una teterÃa muy puntera en una galerÃa comercial a la que no estoy muy seguro de saber regresar si me lo propusiera.
Nada más llegar, en la puerta, me encontré con la primera sorpresa, mi hermano perdido (el de más de uno, ¿verdad MADE?):
Tras mucho pensar, pedimos un té cada uno y una cachimborra que parecÃa que era obligatoria, pues todo el mundo la fumaba. Nos enteramos que era de regaliz y superamos el lógico resquemor inicial, habida cuenta del tamaño del artilugio.
Asà pues, empezamos a fumar… y se vieron cosas tan grotescas como éstas… Pablo sin norte en la vida:
Adrián… ¿aquà qué coño pasa?:
Sergio… killo a mi no me mire asà que te meto (no perderse la cara de Ana, a la izquierda):
Fran, con un estilo que resulta cuando menos chocante o sospechoso…
Otro que no le va a la zaga… Elena en alegre conversación:
Algo se ha ido por otro lado… esto sabe tela a regaliz… ay qué tos más mala:
Después de mucho diálogo nos fuimos a casa a cenar y descansar un poco. Por la noche quedamos con unas amigas rumanas y fuimos a Backstage.
Algunos optaron por el plan apalanque en la planta de arriba. Otros por el plan cerveza-bailoteo en la subterránea…
Fran, Elena y Pablo (estos dos últimos feliz pareja):
Armando, mi homólogo en SofÃa, en actitud “pensador de Rodin”, aguantando el chaparrón de Ana, polÃtica hasta un sábado por la noche (observen el gesto y la posición de la mano)…
November 17, 2005 Comments Off on Visita de los becarios de SofÃa (segunda parte)