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Sighisoara (primera parte)

18 de noviembre de 2005. Sighisoara. Los Cárpatos, Transilvania, en el corazón de Rumanía. Cara de felicidad que se le queda a uno cuando sale del tren y ve nevar por primera vez en su vida. Se puede apreciar alegría sincera en la mirada del incauto… en agradecimiento a quien sea porque esto ha llegado el día que cumple 25 años.

Buscando a sus compañeros de odisea, Sergio y Adrián, Adrián y Sergio, lo mismo da que da lo mismo… algo se percibe:

¡Qué foto más mítica! Los dos sujetos entre la neblina y los copos de nieve…

A continuación podéis ver una placa conmemorativa al “padre de Dracula”, Vlad Dracul. Casualmente el que luego se conocería mundialmente como conde Drácula se llamaba Vlad Thepes.

Galería en plan medieval…

Un tejado modelo contessa:

La torre del Reloj, monumento más emblemático de Sighisoara, data de 1648, y con 64 metros de altura domina la ciudad…

Paseando por esta fantástica ciudad se pueden ver casas muy auténticas…

Con unas vistas envidiables…

Tienes la sensación de que el tiempo no avanza.

En serio, es el típico sitio en el que uno ubicaría al abuelo de Heidi, o al caballero de oro de Libra, lugares mágicos, contra los que el tiempo parece no tener efecto… (sin ellos)

La atmósfera tiene algo especial. El encanto de saber que estás “en casa de Drácula”… (con ellos)

Evocas todas las películas de miedo o terror que tratan de emular esa atmósfera, y te das cuenta de cuánta verdad encierra aquello de “la realidad supera con creces a la ficción”. Porque no es miedo ni terror lo que uno siente cuando ve esto…

Es algo más íntimo y primario…

Aunque siempre hay algún gracioso que tiene que dar la nota…

Sigue siendo insuficiente para neutralizar el efecto sedante que en el espíritu tiene encontrarse por esas callejuelas… formar parte de ese sueño, de esa pesadilla…

Bueno, dejemos el toque tétrico… pasemos a la cantidad de cosas que a uno se le ocurre hacer cuando esté en la nieve y luego nunca hace. ¿O sí?. En primer lugar, hacerse la típica foto que domine en lo máximo posible el pueblecito en cuestión convertido en un manto blanco…

Y luego esta serie que calificaría como “Lo que puede llegar a hacer el aburrimiento”:

“Lo que puede llegar a hacer el aburrimiento 2”:

“Lo que puede llegar a hacer el aburrimiento 3”:

“Lo que puede llegar a hacer el aburrimiento 4”:

“Lo que puede llegar a hacer el aburrimiento 5”:

“Lo que puede llegar a hacer el aburrimiento 6”:

Y se acabó este post, dejando en el ecuador mis vivencias en Sighisoara:


November 25, 2005   Comments Off on Sighisoara (primera parte)