Imagen de cabecera aleatoria... ¡Pulsa F5 si quieres ver otra!

Posts from — November 2005

Visita de los becarios de Sofía (segunda parte)

Después de pegarnos un macropateo por la ciudad fuimos a parar, asesorados por Mircea (un rumano la mar de apañado que hemos conocido por su trabajo como traductor en la oficina comercial) a una tetería muy puntera en una galería comercial a la que no estoy muy seguro de saber regresar si me lo propusiera.

Nada más llegar, en la puerta, me encontré con la primera sorpresa, mi hermano perdido (el de más de uno, ¿verdad MADE?):

Tras mucho pensar, pedimos un té cada uno y una cachimborra que parecía que era obligatoria, pues todo el mundo la fumaba. Nos enteramos que era de regaliz y superamos el lógico resquemor inicial, habida cuenta del tamaño del artilugio.

Así pues, empezamos a fumar… y se vieron cosas tan grotescas como éstas… Pablo sin norte en la vida:

Adrián… ¿aquí qué coño pasa?:

Sergio… killo a mi no me mire así que te meto (no perderse la cara de Ana, a la izquierda):

Fran, con un estilo que resulta cuando menos chocante o sospechoso…

Otro que no le va a la zaga… Elena en alegre conversación:

Algo se ha ido por otro lado… esto sabe tela a regaliz… ay qué tos más mala:

Después de mucho diálogo nos fuimos a casa a cenar y descansar un poco. Por la noche quedamos con unas amigas rumanas y fuimos a Backstage.

Algunos optaron por el plan apalanque en la planta de arriba. Otros por el plan cerveza-bailoteo en la subterránea…

Fran, Elena y Pablo (estos dos últimos feliz pareja):

Armando, mi homólogo en Sofía, en actitud “pensador de Rodin”, aguantando el chaparrón de Ana, política hasta un sábado por la noche (observen el gesto y la posición de la mano)…

November 17, 2005   Comments Off on Visita de los becarios de Sofía (segunda parte)

Visita de los becarios de Sofía (primera parte)

El fin de semana pasado recibimos la visita de los becarios Icex de la capital búlgara, Sofía. Sus nombres: Pablo, su novia Elena, Fran y Armando (este último el informático). Estos muchachos han cogido carrerilla y viajan bastante, no como nosotros… a ver si nos aplicamos el cuento. Pues eso…

Como buenos anfitriones los llevamos el viernes de fiesta, he de sincerarme: me fui el primero, pero a las 4 de la madrugada no podía más… la semana fue dura. El sábado por la mañana nos fuimos de pateo turístico:

Bonita foto… vimos alguna que otra cosa cuando menos llamativa…

Y jugamos a adivinar por qué un centro comercial imita la forma de un estadio de fútbol:

Terminamos, como no, en la Casa del Pueblo, que una vez más no nos defraudó. Increíble y monumental en todos los sentidos.

Esta vez, por ir con extracomunitarios, hicimos el pack completo de visita al complejo con guía, y pudimos ver cosas francamente impresionantes, como esta lamparita con algo más de cuatro mil cristales:

Después de hora y pico de pateo por el interior de la “oficina de Ceaucescu”, salimos a recorrer Bucarest hasta encontrar un sitio en el que mereciera la pena comer. Y el sitio elegido fue Hanul Manuc, una posada de principios del siglo XIX (concretamente 1808)…

La comida no estuvo nada mal. Mititei, mamaliguta, etc… todavía no me manejo muy bien con los nombres de los platos rumanos, pero prometo algún post gastronómico próximamente…

November 16, 2005   Comments Off on Visita de los becarios de Sofía (primera parte)

Estilos arquitectónicos

Sólo dejaros esta clara muestra de arquitectura bucarestiana, que no se puede hacer extensible a toda la ciudad, ni al país, por supuesto. Yo de vosotros la vería con detalle antes de pasar a la siguiente. Un ligero clic con el ratón… es la casa de la izquierda.

Pues bien. Es una foto en la que la casa aparece a la izquierda queriendo, no es que no sepa encuandrar… porque veréis qué es lo que hay a la izquierda en las siguientes dos imágenes:

Mañana más sobre esta apasionante ciudad… sus gentes…

November 14, 2005   Comments Off on Estilos arquitectónicos

Recordando tiempos pasados

Viernes 11 de noviembre de 2005. Son las 17:19 hora local (Bucarest – Rumanía). Estoy en la oficina todavía. Los viernes salgo a las 15:00.
– ¿Por qué?. – Preguntó un lector ávido de curiosidad.
– Porque estoy examinando a futuros auxiliares administrativos de la Ofcomes. – Respondí.
– ¿Y eso lo tienes que hacer tú?. – Replicó él.
– Pues eso mismo llevo preguntándome los dos últimos días…
Y así es, personas de mi mundo que perdéis vuestro valioso tiempo y parte de vuestras pupilas visualizando los píxeles que despide este somnoliento blog… porque llevo dos días inventándome pruebas ofimáticas, y deshaciéndolas a gusto de los jefes, para llegar a un momento como este, en el que cinco candidatos se afanan cuidadosamente para hacerlo lo mejor posible y obtener un puesto de trabajo…
Y es por esto, mientras estoy en mi ordenador y me interrumpen con dudas sobre el enunciado, etc… que me acuerdo de los dos maravillosos años que pasé “enseñando” programación, bases de datos y las normas ISO 9000. Una experiencia única e irrepetible. Sobre la docencia quería mostraros un poema de Gabriel Celaya que me encantó cuando lo encontré hará algún tiempo, y que me motivó sobremanera en mi labor:

“Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
hay que medir, pensar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.”

Salvando las distancias, pues uno no es padre todavía, ni los alumnos que pueda tener mis hijos, me parece bastante acertado y bonito comparar la tarea del profesor con la del padre, aún cuando es mucho más restringida la labor del primero que la del segundo. Os dejo, que me llama un “candidato”, voy a “resolverle alguna duda”…

November 11, 2005   Comments Off on Recordando tiempos pasados

Fin de semana en Brasov

Teníamos planeada una excursión a Brasov, la segunda ciudad de Rumanía (rivalizando con otras dos o tres) para el fin de semana pasado. El viernes surgió una fiesta bastante apetecible, por lo que decidimos salir el sábado. El viernes por la tarde me enteré de que era el único que seguía queriendo (o pudiendo) ir el sábado a Brasov. Ni corto ni perezoso, me puse en contacto con Mihaela, una rumana que conocimos en el Instituto Cervantes, y que estudió allí Ingeniería Industrial (en maderas, vaya usted a saber…). Me confirmó que quería venirse, y que podíamos dormir en la residencia de estudiantes en la que ella estudió. Voilà.

Salimos de la Gara de Nord, la principal estación de trenes de Bucarest, el sábado a las 12:26. Hicimos el trayecto en el InterCity, el mejor tren rumano, que no tiene nada que envidiarle a un Altaria. El día era fantástico, y los paisajes increibles. Es un país indescriptible en ese sentido…

La llegada a Brasov tuvo lugar sobre las 15:00 de la tarde, hora en que nos dirijimos en taxi, por un módico precio de 1.75 € más o menos, a la residencia de estudiantes de la Universidad de Brasov, donde nos esperaban Noemi, Carmen y Cristian, los tres rumanos que a la postre fueron nuestros cicerones en el fin de semana. Mención aparte merece la residencia de estudiantes y la universidad. Se encuentran en una colina desde la que se domina la ciudad. Es impresionante. Por otra parte, esta gente se cae de la cama y está en clase. Las habitaciones son de cuatro u ocho personas, divididas por sexos. Pero puede haber una habitación masculina junto o al lado de otra femenina. El ambiente está muy cargado, los pasillos llenos de gente que va de una habitación a otra, y el compañerismo se respira por los cuatro costados. La única persona que hablaba “algo de inglés” era mi amiga Mihaela, el resto, rumano o húngaro (existen multitud de húngaros viviendo en toda la zona de Transilvania). Estaba en la Rumanía profunda…
Un detalle de la fachada de la residencia:

Lo primero que me llamó la atención fue la funcionalidad de las habitaciones, donde se desarrolla el 90% de las vidas de los estudiantes rumanos. Y cuando llegue el invierno, el 100%. Tienen de todo, desde secadores de pelo hasta freidoras. Y, por supuesto, todo colgando de cien ladrones enchufados unos a otros, y cuyo nexo de unión último a la electricidad del edificio es un cable con aspecto enclencle, que va por debajo de una alfombra con pinta de arder fácilmente. Cuando me quise dar cuenta, Noemi, de orígenes húngaros, había preparado un plato típico rumano, con aderezos húngaros. Era duro de digerir, pero pocas veces en mi vida habré probado cosas tan ricas. Y lo cocinó sobre una mesa de estudio…

Después de esto salimos a dar un paseo por la ciudad. A hacer el guiri, claro… os dejo un fragmento que leí en Internet…

“Gran ciudad industrial y capital de la provincia del mismo nombre, establecida 140 km al noroeste de la capital, Bucarest (Rumania). Brasov concentra grandes minorías húngaras y alemanas. Las industrias más importantes son las que producen tractores, camiones, maquinaria, herramientas, cemento, vidrio, papel y productos químicos. Es la ciudad más grande del país después de Bucarest. Fue fundada en 1211 por la orden de los caballeros teutónicos. Se encuentra en un valle de Transilvania, y la domina el monte Tampa, de 957 m. de altura. La iglesia ortodoxa de Brasov data de 1392. Su población es de 304.700 habitantes.”

El ayuntamiento:

La calle principal:

Junto a una calle estrechísima, de las que te encuentras en el barrio de Sta. Cruz, en Sevilla, me encontré una placa informativa con una forma que me recuerda a algo precioso…

Pues eso. La verdad es que Brasov es una ciudad muy pero que muy bonita. Además se está invirtiendo muchísimo en ella, a causa principalmente de las estaciones de esquí que tiene alrededor (entre las que destaca Poiana Brasov) y de la situación estratégica que tiene, en el corazón de Rumanía, y rodeada de mil sitios a los que ir. Una de las cosas que más ganas tenía de visitar por lo que había leído sobre ella, la Iglesia Negra, estaba cerrada los domingos (cualquiera lo diría) y los sábados cerraba a las 14:00. Mala suerte. También quería subir al monte Tampa, cuya vista es espectacular, pero el telecabina estaba de revisión técnica. Ea, pues nada… otro diíta con más tiempo…

Después fuimos a cenar a un restaurante típico rumano. Nos pusimos hasta arriba por la desagradable cantidad de 6 € cada uno. Ciorba de Perisoare de primero (una sopa impresionante) y de segundo un filetazo rumano aderezado con unos ungüentos raros pero con un sabor indescriptible.

Luego, a la residencia, a dormir… ¿a dormir?. Música folclórica y quinientas personas metidas en la habitación de al lado. Celebraban el cumpleaños de una de las que allí vivían. Claro, mis amigos/as se autoinvitaron, fácil, y a beber y bailar. El baile es bastante loco, todos de los brazos, a dar vueltas, uno, dos, uno, dos… alternando de lado… y en el centro una persona. La cumpleañera estuvo casi todo el rato, taconeando como una bestia el suelo y dando graznidos (no pueden ser calificados ni como gritos). Pero estuvo muy bien, noche muy completa…

A la mañana siguiente camino de la, para mi, intrigante estación de esquí de Poiana Brasov. Intrigante escribo, porque había leido muchísimo sobre ella, y todo bueno. Así, iba muy motivado… pero no había caido en que aquí todavía no ha nevado. En cualquier caso, el sitio es precioso. El alquiler de equipo completo cuesta 10 € y el forfait 3 €… el invierno promete. Por si alguno tiene ganas de rezar entre pista y pista, la Iglesia Ortodoxa provee:

Mirad qué tejado, qué construcción 100% madera:

Por último, os presento la pista de principiantes, con la que espero llevarme bien cuando esté recubierta de un manto blanco inmaculado:

Y otra más de “mi” pista:

November 9, 2005   Comments Off on Fin de semana en Brasov