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Hoy me acuerdo

Hoy me acuerdo de muchas personas, de muchos momentos y de muchos lugares.

Me acuerdo de mi abuelo Juan contando cómo llevaba al fútbol a mi padre, y cómo paraba Bustos, y cómo fintaba Juan Arza, el Niño de Oro. Me acuerdo de mi padre, Juan también, contando cómo siendo mi hermana Virginia, la primogénita, una niña, le dio igual, y le tocó ir al fútbol con su padre como “un niño” más (en aquella época era raro).

Me acuerdo del Sánchez-Pizjuán sin asientos en los goles (o fondos): 70.000 espectadores. Sin asientos rojos. Todo, enterito, de blanco. De esos llenos impresionantes. De la bolsa de pipas. De la bufanda. De la gorra. “Niño, ¿has cogido el carnet?”. “Sí, claro”. De algunos vecinos de asientos.

Me acuerdo de un tal Antoñito (no el que está ahora en el Rácing), que salió al campo en la segunda parte y lo hizo tan mal que lo volvieron a cambiar, y abandonó el césped con lágrimas en los ojos. Nunca más se supo de él. Una promesa frustrada más de la cantera de la carretera de Utrera. Una de tantas…

Pero qué cantera. Me acuerdo de esas mañanas de domingo en la ciudad deportiva Cisneros Palacios, al solano, comiendo pipas y viendo a los infantiles, a los juveniles, al Sevilla Atlético, después Sevilla B, ahora otra vez Sevilla Atlético.

Me acuerdo de la flema de Jock Wallace, del mostacho de Azkargorta, de la cara de mala leche de Marcos Alonso y Julián Rubio, del ¿sabio? de Hortaleza, de la seriedad de Castro Santos, del saber estar de Espárrago, de la sangre de Caparrós, de Juande… ¿cómo no me voy a acordar de Juande?

Me acuerdo del primer jugador que me hizo soñar con ser futbolista, un austriaco apellidado Polster y con un cañón por pierna izquierda. Fue el primer futbolista por el que me he puesto un número en una camiseta. Mi primer y último ídolo en un campo de fútbol. Pronto aprendí que no importan los nombres, sino los hombres. Lo que permanece es el escudo, la entidad, la nave…

Me acuerdo, aún así, de Víctor Salas, de Lauren, de Reyes, de Salva, de Yordi, de Jesuli, de Antoñito, de Galván, de Santaella, de Jesús Navas, de Luque (el interior izquierdo), del otro Luque (el portero), de Jose Mari, de Marchena, de Sergio Ramos… de la gente de la casa. Algunos lo olvidaron, otros nunca lo harán. Gente que ha enarbolado nuestras velas alguna vez.

Me acuerdo de tantas y tantas caras a lo largo de los años. De tantas miradas, en las que se podía leer tanto. Un domingo, y otro, y otro… a veces un sábado por la noche. El lunes llegando al colegio, al instituto, a la facultad, al trabajo… una mirada cómplice, sabedor de lo que nos esperaba si habíamos perdido y los del otro equipo de la ciudad habían ganado, o incluso empatado, que para el caso daba igual.

Hoy me acuerdo de todos ellos. Porque hoy un equipo de fútbol tiene una cita con la historia. Con una historia demasiado esquiva para una afición, para un club (por este orden), que sin ganar nada desde hace casi 60 años (sin jugar una final desde hace más de 50), nunca se han rendido. Mucha tela. Y ya van cien años. Cien.

La bandera del Centenario del SFC ondea en la Nao Victoria

Me acuerdo de agosto de 1995. Vaya verano angustioso, en Mallorca pegado al Marca, al As, a los telediarios, sin poder hacer nada. Y el Sevillismo en la calle. Qué injusticia hubiera sido. En ese momento se vio claro que el fútbol no es sólo un deporte. Para la gente que no lo entienda: lo siento. Sólo puedo decir eso. Y me explico…Hay una parte irracional en cada uno de nosotros. Algo que no entiende de razones, ni de motivos para obrar de uno u otro modo. Hay una parte de nosotros que, simplemente, se conforma con dar sin esperar nada a cambio. No hace cuentas, no calcula, no mide ni pesa. Sólo da. Y siente, vaya que si siente. Cuando es para bien, la felicidad estalla y no sabes ni cómo explicar cómo de algo tan “absurdo” puede emanar tanta felicidad. Cuando es para mal, te puede destrozar. Y ahí es cuando viene el “sólo es un juego”, etc… perfectamente comprensibles, por otra parte. Pero cobardes. Cuando las cosas van bien, abres las defensas y a disfrutar y a saborear al máximo. Cuando van mal, te proteges. Eso, con el fútbol, con la religión, con los amigos, con la familia, con tu pareja… no seáis lacras. Esta vida hay que vivirla al máximo. No os protejáis. Sentid todo al máximo. No seáis cobardes. Seréis los más felices del mundo, y los más tristes. De eso se trata. Los otros… los otros son los miserables.

10 de mayo de 2006. 20:45 hora española. Eindhoven. PSV Stadion. Final de la Copa de la UEFA. Sevilla FC – Middlesbrough. A sentir… para bien, o para mal, hoy lloraré.

Dicen que nunca se rinde…
Escuchando: Saboreando el silencio.
Santoral: Antonio de Florencia.
Cumpleaños: Bono (46).
Efemérides:
1807 – El general inglés John Whitelocke llega a Montevideo con el propósito de atacar Buenos Aires
1877 – Rumania gana su independencia de Turquía, reconocida el 26 de marzo 1881.
1940 – Reino Unido: Inicio del primer mandato de Winston Churchill.
1973 – Sahara Occidental: Creación del Frente Polisario.

May 10, 2006   Comments Off on Hoy me acuerdo