Por fin, playita (…y segunda parte)
Me gustarÃa empezar este post pidiendo encarecidamente que firméis vuestros comentarios. Al menos si váis a escribir algo que no puede quedar sin respuesta.
El domingo amaneció bastante tranquilo. El solano entraba en la habitación del hotel, y desde la misma se podÃa apreciar que no se movÃa ni una hoja en los árboles vecinos. Se presumÃa el dÃa de playa ideal.
Luego se levantó el aire justo como para no asarse. Sólo habÃamos llevado una toalla, asà que me tocó hacer de albóndiga, cosa que por otra parte me encanta y me obliga a bañarme luego.
Echamos unas horitas magnÃficas, durante las cuales encontré un crÃo con una pelota al que no le importó ponerse de portero para que lo humillara lenta y repetidamente con múltiples goles y regates.
Era rumano, y se llamaba Christi, creo recordar. Llevaba una gorra del Barça. Lo que ocurrió allà es un anticipo de lo que pasará el próximo 25 de agosto en Mónaco (por soñar que no quede, jejejeje).
Como siempre, no me puse protección, y asà me ha ido en dÃas posteriores, despellejándome cruelmente. En cualquier caso ya tengo algo de colorcito. Y, como siempre, la nariz se me quemó lo primero. No sé por qué…
El hambre arreciaba. Levantamos el campo y nos pegamos una comilona curiosa, en el primer restaurante de RumanÃa en el que me encuentro con una cerveza caliente. Después de quejarnos con todo el civismo del que uno puede hacer gala cuando le ponen una cerveza caliente, trajeron una cubitera en plan botella de vino, para los dos botellines. Fue un momento curioso.
Después de comer, vuelta a la playa un ratito, paseÃto al lago cercano, y vuelta a Constanta para coger el tren a Bucarest. El camino a Constanta lo hicimos en un maxitaxi. No sé si he explicado ya lo que es este medio de transporte.
Se trata de una furgoneta que realiza una ruta en plan autobús, cuyos números copia, con la adición de un dÃgito previo que lo distingue de una furgoneta normal y corriente. Cobra barato, para donde haga falta, y caben los que el chófer diga. Es decir, hasta que tiene una pierna en la palanca de cambio y no puede girar el volante con comodidad. Fue un trayecto un tanto curioso el que vivimos de Mamaia a Constanta. Lo mejor de todo, la sonrisa perenne en casi todos, a pesar del tremendo calor y lo absurdo de la situación. Me mola el carácter rumano. Bastante.
Las dificultades logÃsticas no acabaron ahÃ, ya que al llegar a la estación, los horarios de trenes que tenÃa entendidos no casaban con los reales. HabÃamos perdido el último tren. Y el primero salÃa a las 4:30 de la mañana, aproximadamente. A buscar otro sitio para dormir, en Constanta.
El camino del hotel a la estación de tren a las 4:00 de la mañana, en taxi, lo recuerdo como en un sueño. A fin de cuentas, acababa de salir de la cama y estaba hecho un zombie. Algunos perros que asaltaron al taxi en su camino me sacaron algo de mi letargo.
El viaje en tren se me hizo bastante largo, dado que casi en ningún momento conseguà dormir.
Del tren a la oficina.
De la oficina a casa, para acompañar a Mirja al autobús del aeropuerto.
Nos vemos pronto, princesa.
Escuchando: “Father and son – Cat Stevens”.
Santoral: Paulino de Nola.
Efemérides:
1827 El gobierno de Chile disuelve el Congreso y consulta a las provincias sobre una nueva constitución, que se promulgara en 1828.
1928 Primera lÃnea telefónica internacional de Chile. Comunicaba Santiago de Chile con Montevideo y Buenos Aires
1941 Operación Barbarroja – Alemania invade la Unión Soviética.
1986 Diego Armando Maradona anota el famoso gol con la mano en la Copa Mundial de Fútbol de 1986 en el partido de Cuartos de final Argentina vs. Inglaterra.
June 22, 2006 Comments Off on Por fin, playita (…y segunda parte)