Farenheit 451
He aprovechado que mi amigo Javier volvÃa a Sevilla para ser agasajado de cara a su próximo cumpleaños, el lunes (felicidades, por cierto), para ocupar la segunda plaza de su minúsculo pero precioso coche.
La vuelta a Sevilla, de momento, ha traÃdo aparejados momentos muy memorables, como las risas que tuvimos anoche mi padre, mi hermana Carmen y yo, y la comida y posterior cafelito e infusiones que hemos podido degustar un grupo de amiguetes este mediodÃa.
Antes de ver el Barça – Madrid de esta noche, en compañÃa de los colegas en mi casa, me dispuse a seleccionar un tÃtulo entre la magnÃfica colección de pelÃculas de El Mundo, que hace unos años este periódico repartió a sus lectores.
Cual no fue mi sorpresa al encontrar entre las mismas el siguiente tÃtulo: “Farenheit 451“.
DesconocÃa totalmente la existencia de una pelÃcula sobre la novela de Ray Bradbury, que con tanto ansÃo he buscado desde hace unos meses, para completar la magnÃfica trilogÃa futurista y “apocalÃptica” que conforma junto a “1984”, de Orwell, y “Un mundo feliz”, de Huxley. Desde que leà estas dos últimas he intentado hacerme con la novela de Bradbury, pero todos mis intentos han sido en vano. No la he encontrado en ninguna biblioteca en las que he buscado.
Casi siempre me han disgustado enormemente las versiones cinematográficas de cualquiera de las novelas que he leÃdo. Es por eso que prefiero leerlas primero, y no contaminarme con la imperfección (por motivos obvios de recursos espacio-temporales, sirva como disculpa) de los guiones pertrechados a partir de los originales en letra impresa. Habida cuenta de que no encontraba la novela, y dejando para otro dÃa “El tercer hombre”, elegà “Farenheit 451” para la tarde de cine, a la que en última instancia se sumó mi sobrino Juanjo.
Qué magnÃfica elección. Siempre estoy insistiendo a mis sobrinos en la necesidad de leer. Del poder que da ver el mundo a través de otros ojos. Del enorme bien que hace a nuestras pequeñas mentes, empequeñecidas y ensoberbecidas en si mismas.
Y esta pelÃcula (ahora sà que voy a buscar con ahÃnco la novela) cuenta una historia refrescante con un final sencillamente genial sobre la persecución y persistencia del saber universal como fuente de remedios a las debilidades del alma.
Francamente genial.
March 10, 2007 5 comentarios