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Posts from — June 2007

Acrónimos conversacionales anglosajones

La llegada de Twitter no ha cambiado mi vida, las cosas como son. Sigo siendo el mismo, ese que se propone mil quinientas cosas al día y si termina un par se da con un canto en los dientes. Ese que siente mucho más de lo que es capaz de expresar, en todos los sentidos. Como decía, sigo siendo el mismo, pero más público, digámoslo así. Todo lo público que uno quiera, eso está claro. No hay necesidad de informar al respetable de la última espinilla que ha salido de la espalda, o del tercer café de la mañana, pero si quisiera hacerlo, uno estaría en su derecho twitteriano. Otra cosa es que mis contactos me aguantaran o no, considerándome una persona con problemas de soledad o cuando menos lejos de su plenitud emocional.

Enfocando un poco el tema que quiero abordar en este post. Siempre había querido saber qué significaba “lol “, tan usado por los angloparlantes en los chats. Un día lo busqué y lo encontré rápidamente por Internet. Viene a ser algo así como “risotada fuerte” = “descojone” en perfecto castellano. Habida cuenta de que Twitter tiene una limitación en sus mensajes a 140 caracteres (sin ella no sería lo que es), y de que “no es cool” decir algo en dos mensajes consecutivos, hay que aprovechar todo el espacio que esos 140 caracteres nos dejan, de manera que demos la máxima información posible, si no toda la que nos gustaría dar.

Es en este momento cuando uno piensa en los acrónimos como “lol”. Y es que alrededor de los chats, los foros de Internet, los sms… se ha ido creando todo una “jerga”, conocida en el mundo anglosajón como Netspeak.

Aquí tenéis una lista completísima de términos de la misma. Si conocéis a alguien que pueda deciros más de diez términos, alejáos de él, borrad su número de teléfono, eliminadlo de vuestra lista de contactos de la mensajería instantánea, Twitter, Skype… WTF!

Tened cuidado…


Hay un álbum en Flickr muy gracioso con ilustraciones como la anterior, sobre los acrónimos más conocidos de la jerga.

Particularmente, no veo los acrónimos como algo positivo ni negativo en si mismos, sino que es el uso que se hace de ellos lo que puede convertirlos en algo útil y refrescante o en un galimatías fuera de contexto. Es por esto que he comenzado el post hablando de Twitter. Sólo cuando chateo con gente lo suficientemente geek como para seguirme, o cuando quiero que algo me quepa en un mensaje de Twitter y encuentro un acrónimo que se adapte a lo que quiero expresar hago uso de la jerga.

Particularmente, desaconsejo su uso en e-mails y foros, salvo en casos muy puntuales en los que podría estar justificado. Y, bajo mi punto de vista, si alguna vez en tu vida escribes alguno de los acrónimos anteriores sobre un papel…


June 27, 2007   Comments Off on Acrónimos conversacionales anglosajones

Día Internacional contra la droga

Extraído del sitio web de la ONU:

“En 1987, la Asamblea General decidió celebrar el 26 de junio de cada año el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas para dar una muestra de su determinación de fortalecer las actividades y la cooperación para realizar el objetivo de lograr una sociedad internacional sin uso indebido de drogas”.

Para “celebrarlo”, quiero compartir con vosotros un par de noticias que hemos podido ver últimamente en algunos medios:

España es la principal consumidora de cocaína en Europa, según EEUU

La tasa de consumo de cocaína en España entre los ciudadanos de 15 a 64 años supera, por primera vez en la historia, la de Estados Unidos y cuadruplica la media europea, informó hoy la ONU

¿Se puede ser más hipócrita?. Nunca he considerado de ninguna utilidad práctica los llamados “Día de …”, pero es que hacer uno como éste en concreto roza lo inmoral.

Supongo que la gente con familiares enganchados estará encantada de que en algún sitio alguien se acuerde algún día del año de ellos.

Todo el mundo sabe que el tráfico ilegal de drogas es un negocio mundial de dimensiones descomunales, y que si no se acaba con él es porque a muy pocos de los que verdaderamente podrían hacerlo les compensa.

Contra las drogas caben dos opciones: su legalización, aparejada de un fuerte control en su uso, o su prohibición más radical y absoluta, con una lucha real contra los productores y los países que los alojan. Algo así como los embargos por motivos petrolíferos o políticos, pero con algún motivo realmente loable y moralmente irreprochable.

Sin embargo, tengo la impresión de que en este tema la hipocresía alcanza dimensiones universales. Uno no puede chuparse el dedo y tiene que ser consciente de que el ser humano se droga hoy y se ha drogado siempre. Lo que hay que preguntarse es por qué.

Todos nos indignamos alguna vez en nuestras vidas con el hecho de que cualquier hijo de vecino con 13 años puede salir a la calle y fumarse sus primeros porros, esnifar farlopa con tal de que pueda pagarla, y de ahí en adelante, échale imaginación y lo que se te ocurra… podrás conseguirlo. De una forma u otra, pero hoy día en España se puede conseguir cualquier tipo de droga.

Cuando te cuentan que tal o cual está enganchado, o que le ha dado una sobredosis, no puedes evitar lamentarte y quejarte contra no se sabe qué. Pero cuando tienes que estar pendiente de alguien que está triste, que se siente sólo, que no tiene formación en la materia… cuando incluso tú tienes que pararte a pensar en qué te afecta consumir drogas, qué tiene realmente de malo

Para mi, el problema sólo es tal si no se tiene la formación adecuada. El primer mecanismo del estado en la lucha antidroga debería ser la educación. Pero educación real. Que empiecen en las guarderías si hace falta. En los colegios. Que se les meta en la mollera a los críos las consecuencias de sus actos. Que se creen lugares donde los chavalotes de 13, 14, 15, 16 años y que no estén en colegios de pago puedan ir a estudiar, a practicar deporte, a leer, a jugar a lo que se les ocurra, pero que no estén en la calle, sin control, sin norte, ni guía, ¿sin futuro?.

La realidad es que hoy día, un hijo de padres de clase media, que trabajan los dos, que llegan tarde a casa, cansadísimos… se cría sólo, se pasa gran parte del día en la calle, y lo más normal del mundo es que se drogue en su adolescencia, y de forma regular. Las secuelas que esto le puede dejar dependerán en gran medida de la cantidad y tipología de las drogas consumidas, pero lo preocupante, en mi opinión, es que esto se vea como una situación normal y se asuma de forma más o menos sibilina por las autoridades. Que incluso hoy día, una persona de 26 años que afirma que NUNCA ha consumido ninguna droga sea considerado un perro verde entre un porcentaje elevadísimo de personas de su  edad.

Repito: este tema no tiene solución única ni trivial. Pero lo que no se puede hacer es lo que se está haciendo ahora, a nivel mundial. Condenamos las drogas, pero ni las legalizamos ni acabamos con ellas de una puta vez, atacando a la raíz: la producción y las causas de que se extienda tantísimo (y sigue aumentando) el consumo entre la juventud.

Hipocresía mayor, ni la he visto ni la veré.

Feliz Día Internacional contra la droga.

PD: Si quieres empezar a drogarte, haz clic aquí.

June 26, 2007   Comments Off on Día Internacional contra la droga

Harto del iPhone de los…

Yo no sé vosotros, pero me estoy empezando a hartar del puñetero iPhone. Desde la Macworld en la que Steve Jobs lo “trajo al mundo” no dejo de ver, a diario, entradas y más entradas a lo largo y ancho de la blogosfera, hispana y anglosajona. Mi pestañita de Firefox dedicada a Google Reader podría rebautizarse como “iPhone countdown”. Seguramente el universo más visitado de Netvibes, en cuanto salgan definitivamente, será uno dedicado al pu** iPhone.

Safari 3. 
Altavoces bluetooth que eliminan el ruido ambiente. 
Fundas. 
Aplicaciones web 2.0. 
No 3G. 
Su increíble autonomía. 
¿Lo querrán usar los altos directivos?. 
Hace fotos, pero no vídeo. 
Más fino de lo que crees. 
Tiene 3 botones, aunque parezca que no. 

 

No soporta sincronización inhalámbrica...

Y esto es de lo que me acuerdo a bote pronto.

Podría esgrimir múltiples argumentos para aconsejar a cualquier persona comprar productos Apple, a pesar de que también hay quien tiene las suyas para desaconsejarlo. A mi me pueden las primeras, estoy muy contento con mi Macbook, y en breve espero cerrar la incorporación a mi gadgetoset de algún otro dispositivo de la marca de Cupertino.

Pero no será el iPhone. Me han quemado. El inconmensurable éxito de su estrategia de márketing, mil y una veces alabado acá y acullá, ha terminado por producir en mi un hastío tremendo.

Por no mencionar que en los últimos meses he pasado de estar contentísimo con mi humilde Samsung ZV10, a verlo como el peor teléfono del mundo, e incluso detestarlo y tener ganas de que se me cayera por el wc mientras escribía un sms a cualquier desagradecida. Pues no, me niego. Mi móvil me ha dado un rendimiento extraordinario. Quitando la batería, que, como el 85% de los terminales del mercado, me dura menos de dos días si abuso de las llamadas, la musiquita, el vídeo o la cámara (fotos o vídeo), del resto no tengo ninguna queja. Todo va como la seda. Desde que me quedé sin mi Pentax, “gracias” a algún húngaro con las malos demasiado rápidas, me ha sacado de más de un apuro.

Así, declaro oficialmente que NO me voy a comprar un iPhone, a pesar de mi pasión por la manzanita. Me voy a quedar con mi Samsung “penco”, y si cambio de móvil, me parece que optaré por una opción un poco “menos cool“…

June 26, 2007   Comments Off on Harto del iPhone de los…

Legendario Sevilla FC

Se me han agotado los calificativos para describir lo que está haciendo el Sevilla FC desde hace un par de años. Y es que diga lo que diga, escriba lo que escriba, piense lo que piense, me quedaré corto. Ya sé que no hemos ganado 300 ligas, 345 copas del Rey, 12 Champions y 11 Intercontinentales, amén de 500 supercopas de cada. Ya sé que no tenemos 100 millones de seguidores repartidos por el mundo entero, ni son 100 los millones de euros que podríamos gastarnos en un futbolista. Tampoco se cuentan por centenares las cadenas de televisión, radio, periódicos… que ensalzan hasta el hastío nuestros triunfos y ocultan con amor y paciencia maternales nuestros defectos. Que se empeñan en poner piedras día tras día en el camino de nuestros “enemigos”. Que tratan como a enemigos a todos los equipos que nos pueden robar algo de gloria.

No, no tenemos nada de eso. En realidad, lo único que tenemos, y que sabemos que NUNCA va a fallarnos, es un SENTIMIENTO enorme e inexplicable (aunque tú, Quique, estuviste muy cerquita de plasmarlo en ese vídeo). Alguna vez he tratado de explicarle a más de una persona, incluso a mi mismo, cómo es posible que un grupo de tíos corriendo detrás de una pelota (esta “definición” es de la mejor madre del mundo del año 2006 y de todos los anteriores de mi vida, o sea, la mía) me haga tan feliz o tan desgraciado.

Lo cierto es que no hay que magnificar las cosas. Todos tenemos una vida, y el fútbol no es más que una parte más del puzzle que vamos completando día a día. Se puede poner más o menos intensidad en las piezas del rompecabezas, de forma que se sufra más o menos. Se puede superar la pérdida de una pieza con la alegría que supone colocar otra. La intensidad e importancia que los sentimientos tienen en el día a día varían de una persona a otra, y, en una misma persona, en función de gran cantidad de factores. Pero se puede “quitar” importancia a ciertos piezas del rompecabezas. Es cuestión de principios. Por ejemplo, existen aficionados al fútbol a los cuales sus equipos les dan absolutamente igual cuando no obtienen grandes triunfos ni titulares. En cuanto estos llegan, son los más forofos del mundo. Este tipo de personas nunca podrá llegar a disfrutar ni sentir nada realmente grande. Prefieren protegerse en los malos momentos, pensando que pueden saltar de un gran momento a otro, yendo por la vida cual si de un camino de rosas se tratase, recibiendo palmaditas en la espalda, y arrimándose siempre al buen árbol…

Pero sólo cuando se llora de dolor, cuando se toca fondo, cuando se saborea la derrota, la impotencia, la desesperación, la nada más absoluta es cuando se disfrutan de verdad los éxitos. Y de dolor, de derrotas, de impotencia, de desesperación, de que nos ninguneen… de todo ello tenemos muchísima experiencia los sevillistas. No sólo a nivel futbolístico. Y creo que ahí está la clave del enorme sentimiento que esta afición pone siempre que salen los once (uno por barra del escudo) al campo.

Fui socio del Sevilla muchos años en mi infancia y durante mi adolescencia. Entre ellos, fui socio los tres años que, viviendo yo, pasó en Segunda. Los tres. Gol Norte, grada baja, poste izquierdo de la portería, hacia arriba hasta el muro que la separa de los pasillos del estadio. Yo vi perder al Sevilla 0-4 contra un equipo cuyo mejor jugador en aquella época era un canterano fugado de nuestra casa a las primeras de cambio. Lo he visto perder con filiales de supuestos equipos grandes. Lo he visto ser eliminado de la Copa del Rey por auténticas bandas. Os podéis imaginar la banda que éramos nosotros entonces. He llorado mucho por y con este equipo. Me he lamentado amargamente por no haber podido ser futbolista y poner todo el amor que le tengo a ese escudo, a esas once barras, a esas siete letras, a esos tres santos… a ese balón… a un balón, sobre un campo de fútbol.

Alimenté mi sevillismo pensando en blanco y negro, soñando con el Niño de Oro…

Y, de pronto aparece un tipo que empieza a hablar de recuperar el orgullo, de profesionalizar la entidad, de la importancia del escudo, la bandera y la afición por encima de los nombres de los jugadores… ¿estará loco?… de que no hay nadie imprescindible, de vender caro y fichar bien, de olvidar las rencillas locales que nos impiden crecer, de seguir mimando la cantera, de ilusionar a la afición… ¡definitivamente está loco! Pero es que además de hablar sobre eso, lo cumple: se rodea de gente competente, y además, sevillista, que los hay entre nosotros, vaya si los hay; se ponen las bases, hay un caldo de cultivo ideal para trabajar. Y se trabaja, se trabaja mucho. Se le echa casta, coraje, imaginación, picardía, cojones. Se mira al frente, se llenan las alforjas de ilusión.

El Centenario. Qué Centenario. El Arrebato pone su corazón y su garganta.

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Las viejas glorias, su granito de arena. Tú, y yo, y el otro, también. Todos. Un artista sevillista venido de donde el calor aprieta más todavía que en nuestra ciudad…

Los resultados comienzan a llegar, el dpto. de Marketing empieza a bombardearnos con periódicos, revistas, pósters, la radio oficial, la televisión oficial. Ir a la bombonera de Nervión deja de ser autoflagelarse y se convierte en la mayor alegría de la semana. La gente deja de ir con el ABC bajo el brazo, para vestir orgulloso la camiseta de la última final y la bufanda de la penúltima eliminatoria europea.

Monchi y Juande, Juande y Monchi, son “los que saben de esto” en el Sevilla. Y también trabajan, trabajan mucho. Y hablan poco. Ya habla por ellos ese otro tipo, “el loco”. Ya se lleva él todos los palos de los que no saben cómo meterle mano a esta fortaleza que es el Sevilla de hoy día. Estoy tranquilo. Sé que “está loco”, así que sé que por muchos palos que le den no va a parar. Rezo para que no vuelva a él la cordura, si alguna vez la tuvo. Os dejo la foto de “otro loco” que tampoco paró en su día, para que veáis la mirada de la locura, de la locura sevillista…

Las lágrimas de pena se transformaron en lágrimas de ilusión, de rabia contenida, de gloria. No cabe duda que esto no pasó en dos días. Ni fue fruto de la casualidad. Pero si tuviera que elegir un momento como punto de inflexión, elegiría (y conmigo, seguro, el 90% de los sevillistas) el gol de Antonio Puerta en el partido de vuelta al Schalke 04, en el mes de abril de 2006. Ese gol nos metía en la primera final después de más de 40 años de desencantos. Después de que tuviéramos que imaginarnos ese escudo que tantas hormigas despierta en nuestros estómagos levantando copas en blanco y negro, a la lumbre de una cálida conversación con nuestros abuelos. Ni siquiera nuestros padres podían contarnos nada tan grande.

Ninguna copa. Ningún gran triunfo. Ningún motivo para enorgullecerse especialmente. Ninguno, si no fuera por este sentimiento. Por esta afición. Por esta enorme masa social que no se rindió. Que ahorró fuerzas para explotar. Que ha explotado.

No pude estar en Eindhoven. No pude estar en Mónaco. Viví ambos triunfos desde Bucarest, con una alegría y orgullo difícilmente explicables con palabras. Los que me tuvieron que “aguantar” en aquellas fechas tienen y tendrán un hueco en mi pequeño altar particular de la paciencia. Espero que sepan perdonármelo y que lo comprendan.

Glasgow lo viví en Madrid. Rodeado de compañeros de amarguras, ahora de alegrías, en una peña sevillista sita en el pub Tot Madrid (metro Ciudad Lineal, ambientazo para ver los partidos de nuestro Sevilla FC).

Durante este año, pude ver en directo a nuestro Sevilla FC en distintos escenarios. En el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, contra el AZ Alkmaar (gracias Luis, por el carnet), donde tuve que asistir con todo el dolor de mi corazón a uno de los poquísimos fallos que ha tenido el más grande jugador de la historia reciente del Sevilla, don David Castedo Escudero, y que fue especialmente significativo por habernos dejado a las puertas del récord de imbatibilidad casera en partidos europeos. Aunque si por cada jugador con la profesionalidad, la gallardía, la nobleza y la garra de don David Castedo tenemos que perder un récord, firmo ser del equipo antirécord.

Pude ver al Sevilla en la Romareda, donde también perdimos, en un partido que será más recordado por el combate pugilístico que por el futbolístico, o por la magnífica acogida que nos dieron a Javier y a mi nuestras amabilísimas cicerones mañicas, Adriana y Patricia.

O por la foto que me hice con “el loco”:

O con el que “descansará cuando se muera”:

Me desplacé a Bucarest, pocos meses después de abandonarla con la idea de no volver en diez o quince años, sólo unos meses después. La razón… tenía demasiados sentimientos respecto a un duelo Steaua de Bucarest – Sevilla FC como para no estar presente en Ghencea. Me costó mucho trabajito, pero mereció la pena. Para mi ese viaje fue mi Eindhoven y mi Glasgow. La cervecita con don Jesús Alvarado y un nuevo apretón de manos con don José María del Nido no fueron sino pequeños sellos que lacraron el cierre de deudas históricas que mi equipo había contraído con mi corazón. El reencuentro con la comunidad “rumañola” también ayudó a hacer de ese viaje algo muy especial y que nunca podré olvidar. Por cierto, desde aquí quiero desear toda la felicidad del mundo a Daniel, aka Gabarrescu o Gabarrakis, y Alexandra, ante su inminente boda. Él y otros dos amigos que sienten (exclusivamente y compartiendo, Francis y Óscar) en culé, derrocharon clase y torería al venir conmigo a Ghencea a animar al Sevilla FC, tras haberme “aguantado” un 25 de agosto delante de una pantalla en un pub de Bucarest. No encuentro las fotos de este partido. Deben estar en algún lugar de tu disco duro, Óscar.

Estuve en Vallecas, haciendo proselitismo sevillista con mi ex-compañero de piso Thomas, y tratando de calentar los ánimos de nuestros jugadores, que estuvieron algo fríos en la gélida noche madrileña. 0-0 fue el resultado. La competición era la Copa del Rey…

Así pues, en la mejor temporada de la historia del Sevilla FC, puedo decir que he presenciado al menos un partido del equipo en cada una de las competiciones que ha disputado, rompiéndome la garganta en cada uno de ellos. Exceptuando la Supercopa de Europa, que al ser una competición de un partido no daba mucho margen de maniobra. En cualquier caso ese “error” ya está subsanado, dado que estaré en Mónaco el próximo 31 de agosto. Ni tengo entrada ni creo que pueda conseguirla, pero pondré mi granito de arena para enfriar los ánimos de los tifosi milanistas durante la fiesta del día de partido, y aprovecharé para volver a ver a Cristian y Margotte, la divertida pareja que nos adoptó a Mirja y a mi cuando estuvimos en Semana Santa en Marsella (lo sé, tengo el post pendiente). Ahora bien, el día más feliz de mi vida como sevillista lo viví ayer. Llevo seis meses en Madrid, durante los cuales he tenido momentos buenos y otros no tanto. Para mi, “recibir” a 65, 70, 75 (los que fueran) mil sevillistas, poder cantar con ellos lo que tantas veces habré cantado con dos o tres, o sólo, durante los cerca de dos años que llevo fuera de Sevilla, sentir su calor, su arte… reconocerme en ellos, sentirme como en Sevilla, como en mi casa… eso no tiene precio.

Cuando mi padre, unas semanas antes de la final, me llamó y me dijo que un amigo suyo le ofrecía una entrada en la zona del Getafe para mi, a precio oficial, sin 1 € de lucro, no me lo podía creer. Grande papá, y grande tu colega, Sergio. Cuando franqueaba la puerta número 20 del Santiago Bernabéu, iba tan lleno de ilusión, no ya por la posible victoria, sino por la posibilidad de estar ahí, de disfrutar una final, en Madrid, de mi Sevilla, en un estadio repleto de seguidores sevillistas (creo no exagerar ni un ápice cuando digo que éramos un 80% del graderío). Mucha gente decía que en ilusión ganaba el Getafe. En conjunto, ni lo sé ni hay forma humana de saberlo, pero a mi anoche no me ganaba nadie cuando empecé a levantar mi bandera del Centenario rodeado de cartulinas azules. Cuando veía que alguna mirada se posaba en el escudo de mi camiseta. Cuando alzaba mi bufanda de la peluza estilista (el grupo ultra más parecido a los Biris que he visto un campo de fútbol)…

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El partido, lo de menos. El resultado, no voy a decir que también, que nadie se asuste. Se ganó. Y es que este equipo no sabe hacer otra cosa. Destroza las finales, pero también las sabe sufrir. O te golea o te perdona hasta que lo llevas a los penaltis. O te da un picotazo mortal y luego te asfixia, hasta que mueres lenta e impotentemente. Esto último es lo que le hizo ayer al Getafe, deportivamente hablando. A nivel humano, tengo que reconocer que la afición getafense, en las personas de las familias y chavalotes que tenía a mi alrededor, dio una lección de saber estar, como la del Sevilla. Hubo algunos que se calentaron, por ambas partes, y la fiesta casi se tuerce. Afortunadamente, se calmaron los ánimos ante la evidente superioridad de los que querían que siguiera adelante, y de su enorme cordura.

Vídeo grabado por mi amigo Gons; gracias campeón

El reencuentro con muchísima gente de Sevilla que no veía desde hacía bastante tiempo (algunos desde hacía muchos años) añadió más emoción a un día ya saturado de ellas desde sus inicios. El fin de semana entero ha sido como una explosión. Pero se acabó.

Gonzalo, Tole y yo 

Con un madridista enrrolladete

Y tengo que poner otras piezas en mi puzzle. Me tengo que levantar a las 6:40, y son ya más de las 2 de la mañana. Habrá que ir pensando en descansar.

Si eres sevillista, ¡enhorabuena!. Por serlo, por la Copa del Rey, y por el ascenso de nuestra muchachada a la segunda división. Y por tantas cosas…

Y si no eres sevillista, aún estás a tiempo. Si no te lo crees, mírate el corazón y lee los requisitos necesarios. Ya los redactaron unos visionarios un lejano 14 de octubre de 1905 (no puedo escribir ese año sin acordarme de ti, abuelo)… los puedes encontrar en la siguiente foto, con la que me despido. Grande. Enorme. Legendario… Sevilla Football Club.

June 24, 2007   Comments Off on Legendario Sevilla FC

Un paseo por el congreso de los diputados

Gracias al ya renombrado caso de la ridícula web del congreso de los diputados, con su astronómico coste, etc… llegué a entretenerme dedicando algo de tiempo a visitarla. En estas estaba cuando vi que había jornada de puertas abiertas los días 15 y 16 de junio. Como no tenía nada que hacer el sábado por la mañana, decidí armarme de valor, irme a la cama temprano el viernes y despertarme a eso de las 8:15. Me costó, pero lo conseguí. Tras desayunar y comprar algo de prensa, para poder resguardarme de la lluvia con el suplemento, tuve que esperar en la cola unos 45 minutos hasta que por fin, previa entrega momentánea del dni, franqueé las puertas donde se fragua el destino de nuestro país, nos guste o no.

Me resultó emocionante pasear por esos pasillos, admirar las pinturas de los protagonistas del pasado político español, las salas de espera para mandatarios extranjeros, y, como colofón, el hemiciclo.

Una de las actividades de las jornadas de puertas abiertas era la emisión de programas radiofónicos en directo desde la misma cámara. El viernes fue el turno de la Cadena Ser. El sábado, de la Cope. Se encontraba Manuel Marín siendo entrevistado por los integrantes de la emisión de la cadena de la conferencia episcopal, y, en un momento determinado, le preguntaron:

– ¿Qué ve ahora cuando mira a su alrededor, qué siente al ver a los ciudadanos en el hemiciclo?. – Respondió:

– Pues ahora estoy viendo a “un señor” haciendo una foto con su móvil…

En ese momento no pude evitar dirigir la mirada hacia donde él se encontraba, habida cuenta de que yo estaba intentando enfocar una pintura del techo con mi teléfono. Cuando vi que estaba mirándome, tuve que sonreir al pensar que “estaba saliendo” en la radio, de la forma más indirecta e inopinada posible.

Tras encontrar mi mirada los agujeros de bala que otra “visita guiada”…

…produjo en el techo del hemiciclo, y relajarme un poco, tratando de imaginar cómo sería mi vida si tuviera que trabajar haciendo uso de mi verborrea en tal sala, me dirigí, con distintos compañeros de visita de los que tenía al principio, a la segunda planta del edificio principal. En éste se encuentran, aparte de algún aseo al que estaré infinitamente agradecido, los retratos de los presidentes que ha tenido el congreso de los diputados desde su inauguración a mediados del siglo XIX.

La visita terminó en el edificio de ampliación del congreso, previo paso por la tienda de souvenirs y una exposición sobre el papel de la prensa durante la Transición. Descarté comprar una taza para el café mañanero en el curro en mi visita a la tienda, aunque tentado estuve gracias a la inmensa amabilidad de uno de los señores que atendían la visita, y que guardaba la salida de la tienda y / o entrada en la exposición. Con gente tan agradable se sobrelleva mejor un sábado tempranito en la calle.

Asimismo, al finalizar la visita se obsequiaba a los intrépidos ciudadanos (cuya edad media, todo hay que decirlo, no bajaba de 50 años) con una gorra, un pendrive de 128 MB y un taquito de papeles estilo post-it pero sin serlo.

Una mañana de sábado distinta…

June 19, 2007   Comments Off on Un paseo por el congreso de los diputados