Doblan por ti
Nadie es una isla, completo en sà mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti.
John Donne
—Bésame –dijo ella–, si te vas.
—Eres una desvergonzada–dijo él.
—SĂ; por completo.
(…)
—Tú –insistió ella–, lo he visto todo.
—No has visto nada. No has visto más que a un hombre. A un hombre a caballo. Vete. Vuélvete ahora mismo.
—Dime que me quieres.
—No. Ahora no.
—¿Ya no me quieres?
—Déjame. Vuélvete. Este no es el momento.
—Quiero sujetar las patas de la ametralladora, y mientras disparas, quererte.
—Estás loca. Vete.
—No estoy loca –dijo ella–; te quiero.
—Entonces, vuélvete.
—Bueno, me voy. Y si tú no me quieres, yo te quiero a ti lo suficiente para los dos.
Por quién doblan las campanas. Ernest Hemingway.
July 10, 2007 Comments Off on Doblan por ti