No tengo palabras. Dentro de menos de cinco horas tengo que coger el autobús de vuelta a Sevilla. Ha merecido la pena venir a Madrid por vivir en Colón el pre y postpartido. Y por ver el partido con parte de la colonia sevillana en Madrid. Gracias, chicos. Además, a nivel personal el fin de semana también ha sido increíblemente productivo. Yo sé por qué lo digo, y nadie más ha de saberlo. Sólo quería dejar aquí constancia de que atravieso uno de mis mejores momentos…

Podría decir que yo lo predije, y que nadie me creyó en ese momento, incluso algunos se descojonaban. No voy a hacerlo. Yo exterioricé en ese momento un deseo muy fuerte que nacía directamente desde lo más profundo de mi condición, de mi educación, de mi forma de ver la vida. Quería ver a España en lo más alto.

Hoy, por fin, tras muchos (demasiados) años de espera, lo está. Enhorabuena. Enhorabuena. Enhorabuena. Qué cosa más bonita, qué cosa más grande. Espero que todas las banderas que he visto hoy en calles y balcones no tengan que esconderse hasta próximos eventos deportivos. Espero que muchos entiendan que el patriotismo no es equivalente a un determinado tipo de ideología, y que se puede ser de izquierdas y sentirse muy español. La bandera es de todos. La patria es de todos.

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Grandísimos Palop y Sergio Ramos, con los detalles que han tenido para con Arconada y Antonio Puerta (participaste en esta Eurocopa, en la fase previa, contra Suecia, parte de esta copa es tuya).

Me gustaría terminar (es muy tarde y estoy francamente cansado) aplaudiendo el comportamiento de la hinchada alemana. Nadie se movió del estadio durante la entrega de trofeos, acto durante el cual aplaudieron a España y se hicieron acreedores, una vez más, de mi admiración. Chapeau por los alemanes. Si pudiera ir con dos equipos en el próximo mundial de Sudáfrica, el segundo sería Alemania:

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