Ensayo sobre la ceguera
Una de las mejores cosas que me trajo el irme a Panamá fueron libros. Curiosamente. Dos buenos amigos me prestaron varios libros. El Ăşnico problema es que en Panamá, aparte de trabajar y viajar a toda prisa los fines de semana (y no todos), hice poco más. SĂłlo conseguĂ leer “El sueño eterno” y algunos cientos de páginas de otros libros. Entre ellos, “Ensayo sobre la ceguera“, de JosĂ© Saramago. Ya habĂa tenido referencias sobre Ă©l, cuando en la Ă©poca en que convivĂa con Mirja, ella lo estaba leyendo. Varias veces durante estos dĂas me he acordado de lo que me dijo: “es demasiado duro”. Efectivamente, lo es.
Si lo he terminado es por el extraño orgullo que hace que todos y cada uno (miento, con uno no pude, pero esa es otra historia) de los libros que he empezado a leer en mi vida tengo que acabarlos. Esto hace que sea muy cuidadoso a la hora de empezar una lectura, y que no insista mucho en recibir préstamos de libros.
Leer “Ensayo sobre la ceguera” se hace un ejercicio de masoquismo emocional desde las primeras páginas. Narra una historia difĂcilmente reproducible en el mundo real, acotada en un paĂs, en una ciudad, no identificados en ningĂşn momento. Una historia que rebaja al gĂ©nero humano a las más instintivas situaciones, en las que se debieron hallar demasiado a menudo nuestros antepasados, y en la que desafortunadamente todavĂa habrá quien se sienta como en casa.
No lo recomiendo como entretenimiento, sĂ como, en cierta forma, un desafĂo personal. Pero si estáis en horas bajas quizás no sea una buena idea. Y hasta aquĂ puedo leer.
July 5, 2009 7 comentarios