Posts from — August 2014
Héroe en cualquier lugar
Naces, en una casa cualquiera de un villorrio perdido en una provincia mediana, en el seno de una familia humilde. Te alimentas, como el resto, de la precariedad. Juegas hasta el fin de tus fuerzas, y como el resto, llegas a casa por las noches lleno de mataduras y churretes. Te das un baño bajo la supervisión de tu madre, que mientras cocina para toda la familia un caldo con el que engañar el hambre y conversa con tu padre acerca de las últimas noticias sobre la salud del alcalde del pueblo no deja de apremiar para que no salpiques ni una gota fuera de la cuba. Por la noche, historias populares. Cuentos recitados por la paciente y entusiasmada voz de tu padre. Sueñas con tus héroes favoritos, algunos imaginarios, otros, más reales, de tu patria. En el colegio, regular solamente. El profesor no deja pasar ni un dÃa sin preguntarte la tabla del 7, y tú, por mucho que lo intentes, ni un dÃa la recitas sin errar. Por todo castigo, una mirada de reprobación. Te duele más que un reglazo en toda regla. Vergüenza. Haces la Primera Comunión. Sigues jugando hasta la noche. Más churretes. Más mataduras. Más baños. Más hambre. La tabla del 7 cayó en el olvido, ahora son los cosenos los que te quitan la paz. Cambios en tu cuerpo. Cambios en otros cuerpos.  A los cosenos se suman los senos como fuente de inquietudes. El colegio queda en la tangente, llega la hora de arrimar el hombro. Tu padre se ha ido para no volver, y su recuerdo queda grabado a fuego en tu memoria. Con él, tus héroes, los imaginarios y los de tu patria, todos compartidos noche a noche. Ellos se mezclan con la imagen de que te ha quedado de él. Memoria colectiva, memoria personal: deber, honor: patria, persona. Todos a una; una para todos. Trabajas, y aprendes que los juegos del pasado, las tablas, los senos y los cosenos, eran la felicidad que la vida te regalaba antes de pedirte algo a cambio. El sacrificio, el sudor de tu frente, la realidad, la rueda del tiempo girando cada vez más rápido. En tu casa no hay dinero para que estudies medicina, ni para mandarte al seminario. Te vas al cuartel. Las armas no te apasionan, te repulsa la violencia. Pero la idea de ser útil, a tu madre, a tus hermanos, a tus compañeros de juegos, a la gente de tu pueblo… te empuja. Aprendes el oficio, pacientemente, desde cero. Nadie te regala nada, y tú lo quieres todo. Lentos pasan los dÃas, las semanas, los meses. Destacas pronto, asciendes tarde. Siempre. Tus orÃgenes humildes te impiden avanzar con la prontitud que hubieras deseado, y que observas en otros menos dotados de virtudes para los puestos que van ocupando. Tu indignación, no obstante, se ve acallada por tu sentido del deber. Tu padre en la memoria, tus héroes: los imaginarios y los de tu patria. La sonrisa de tu madre. El agresor externo, la guerra. A filas. Por primera vez, la idea de morir por tu patria se presenta como una posibilidad real, y aprendes lo que es el miedo. ¿En qué pensaban estos héroes?. Te maldices por cobarde, y mientras sudas frÃo en las noches de campaña sin dormir, con los fantasmas de tu ausencia en el mañana revoloteando sin parar alrededor tuya, procuras descansar todo lo posible para estar al máximo al dÃa siguiente. La situación no es buena, la batalla se pierde. Retirada. Te encargan proteger un puesto. Contigo, esos cañones que con tanto tino aprendiste a manejar. Un puñado de compañeros voluntariosos y algún que otro superior. La última compañÃa amiga se pierde en el horizonte, y poco a poco, el enemigo te rodea. A ti, a los tuyos. Las municiones se van acabando. Tus compañeros y tus superiores, también. De pronto, estás al mando. Escuchas los alaridos de dolor de los pocos que a tu lado quedan, y el único sonido de artillerÃa procede de tu posición. Sólo tú, y apenas tres o cuatro balas de cañón. Cuando descargas la última andanada, te das cuenta de que has hecho todo lo que podÃas, lo que debÃas.  Sentado con la espalda apoyada en la trinchera, respiras hondo y miras al cielo, y, contrariamente a lo que esperas, no sientes miedo, si soledad, ni vergüenza.  Ya no te torturas por cobarde, sino que cierras los ojos y ves los ojos de tu padre, agradecidos. SonrÃes.  El enemigo te golpea, una y otra vez, pero no te dispara. Te insultan en una lengua extraña. Te escupen, te vuelven a golpear. Pero no te disparan. Apenas te das cuenta de lo que pasa, sin embargo. Horas después,  despiertas en mitad de la noche, alguien te habla en tu idioma, con un acento divertido. Te dan agua, te ofrecen algo de comer. Tu interlocutor te hace una oferta para volver a tu tierra, libre. A la casa de tu madre, que te espera con los brazos abiertos. La cuba de agua, llena. Sólo tienes que enseñarles a los soldados del enemigo cómo usar tus cañones, cuya tecnologÃa escapa a sus conocimientos. SonrÃes y mientras mentalmente repasas tus primeros dÃas en el cuartel, cuando tú mismo aprendiste los secretos de tus compañeros de batalla mecánicos, mueves la cabeza de lado a lado lenta pero firmemente. Te quitan el agua, y el cuenco de comida del que torpemente llevabas un rato intentando alimentarte. Vuelven a preguntarte cada hora, y mientras tus labios se agrietan al sol del imponente nuevo dÃa y el cansancio termina por obligarte a cerrar los ojos, sigues moviendo la cabeza de lado a lado. En tus labios, una sonrisa, discreta pero sincera. En tus ojos cerrados, el color indescriptible que tiene el sol cuando lo miras atravesando tus párpados. En tu memoria, la voz de tu padre. Sueños con tus héroes favoritos, algunos imaginarios. Pero sobre todo, con los de tu patria. Los miras cara a cara. Algún tiempo después,  en una casa cualquiera de un villorrio perdido en una provincia mediana, en el seno de una familia humilde, una voz habla de ti. Un pequeño escucha atento, con ojos soñadores… te apagas.
Si algún dÃa tengo un hijo, le hablaré de ti, Diego.
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August 14, 2014 Comments Off on Héroe en cualquier lugar
Una semana en Las Vegas
Si tuviera que intentar resumir mi estancia en Las Vegas con una sola palabra, esta serÃa “equilibrada”. Creo que para ser mi primera (¿y última?) vez en Las Vegas, me he llevado una impresión general más o menos acertada del lugar. Y no creo que este sea el caso para la mayorÃa de la gente que la visita.
Durante la semana que acabo de pasar allÃ, he:
- Asistido a una conferencia (aunque he de confesar que no he ido a más de cuatro charlas, por motivos variados).
- Visitado varias exposiciones y shows.
- Salido a tomar algo (en habitaciones de hotel con amigos, o en locales varios).
- Conocido a gente de allà (¡existen, y son super buena gente!).
- Alquilado una scooter y conducido por las afueras.
- Hecho mogollón de fotos.
- Visitado la mayorÃa de los hoteles.
- Enfermado del estómago (casi dos dÃas “perdidos” = en cama).
- Visitado la presa Hoover y una fábrica de chocolate.
- Pasado tiempo con viejos amigos. Y con nuevos.
En definitiva, he hecho un poco de todo, lo que me ha dado perspectivas de la ciudad probablemente diferentes, con lo que puedo formarme una idea un poco más global de lo que es. Por lo que he observado en estos últimos dÃas, el asistente a este circo que puede ser Las Vegas ve una cara mucho más parcial, pues tiende a hacer bastantes menos cosas.
Lo cierto es que el hecho de que esta semana sea la primera navegando sólo (tras dejar casa de Chete) de mi viaje por la costa oeste ha provocado que estuviera mucho más tenso desde un punto de vista monetario de lo que los demás mortales lo están cuando viajan a Las Vegas como un paréntesis de una semana en su ritmo de vida normal. Para mi, tener que estar con la mochila por los próximos 2.5 meses ha sido causa de que ponga mucho más hincapié en no hacer ningún gasto fuera de lo normal, del que luego me pudiera arrepentir.
Asimismo, saber que cuanto antes active el chip de la curiosidad, antes empezaré a disfrutar verdaderamente de los lugares y gentes que conozca, me ha ayudado a tratar de conocer Las Vegas a fondo, para de alguna manera coger carrerilla y estar listo para cuando llegara a San Diego, San Francisco, etc… creo que ha funcionado bien.
AconsejarÃa a todo el que vaya a Las Vegas varias cosas.
- Lo que pasa en Las Vegas, pasa en casa también, si quieres. Sé tú mismo, no intentes ser diferente. Ir a Las Vegas no es una excusa para hacer cosas que no haces en tu casa, buscando una felicidad que no encuentras en casa.
- Intenta compensar. Hay muchÃsimas (muchÃsimas) cosas que hacer en Las Vegas, aparte de salir de fiesta. Y algunas son super interesantes. Las Vegas de dÃa tiene mucho que ofrecer. Infórmate, reserva algo de tiempo para ir al menos a una exposición diaria. Gastarás menos de lo que imaginas, y disfrutarás bastante más.
- Ojo con la comida. No es super cara, pero tampoco es lo que se dice económica. Si te descuidas, te acabas gastando un dineral. Y, sobre todo, ojo con la variedad del menú. Lo tÃpico abunda (hamburguesas, sandwiches, bufetes de dudosa calidad), mientras que si quieres comer variado y de calidad lo tienes complicado. Se puede, pero hay que moverse más, sólo para comer. Y como normalmente se tienen otros planes, se acaba comiendo mal. Asà que llévate un protector de estómago, lo necesitarás.
- Usa protector solar.
- No salgas todas las noches. No pasa nada por quedarse en el hotel viendo una peliculita o serie, o leyendo un libro. A menos que sean de escaso nivel. Pero si no, hazlo, duerme mucho y recupera energÃas. Una semana en Las Vegas demanda mucho, hay que descansar regularmente.
- Si vas en verano, como yo lo he hecho, hidrátate. Hace un calor bastante curioso, y lo dice un sevillano. Bebe todo el agua que puedas, literalmente. Si sales de noche y bebes alcohol, te vas a deshidratar mucho más rápido que en tu lugar de fiesta habitual. Parece una tonterÃa pero apuesto a que es el tÃpico error de debutante.
- Ve al centro de la ciudad. O al downtown, como se le conoce en paÃses anglosajones. Las Vegas es mucho más que el strip, sus hoteles, esplendor (o cutrerÃo, según se mire) y derroche. Habla con la gente, pero con la que vive allÃ, aunque no sean de allÃ. Escucha sus historias. Hablar con los taxistas está bien, pero no es suficiente, puesto que los trayectos suelen ser cortos. En el centro encontraréis más oportunidades de entablar conversación con alguien que viva en Las Vegas. Veréis algo de lo que hay detrás del telón. Y es un sitio interesante. A fin de cuentas, la gente es la que hace de un lugar algo interesante. Y hay cada personaje por ahÃ…
- Ve a un hotel medio. Aunque no sea el más glamouroso, ni el mejor localizado, ni tenga el mejor buffet. Al final del dÃa, lo único que necesitas en Las Vegas es una buena cama para descansar, con aire acondicionado, y un cuarto de baño admisible. Hasta los hoteles no-chic cumplen todos estos requisitos. Ahorrarás bastante en alojamiento, y luego te alegrarás cuando vayas a exposiciones, etc… y veas que puedes hacer mogollón de cosas con esos dólares que te has ahorrado.
- Si te gustan las motos, al menos un dÃa, alquila una y piérdete. En realidad, esto lo recomiendo en cualquier lugar del mundo, a menos que las condiciones meteorológicas lo desaconsejen. El resto del tiempo, intenta no andar si no es estrictamente necesario. Obviamente, intenta no arruinarte en taxis. Hay autobuses que recorren el strip de arriba a abajo, y cuestan aproximadamente 8 $ por dÃa, pudiéndote montar todas las veces que quieras.
- Piérdete dentro de los grandes hoteles. Pasea por ellos. Hay realmente lugares mágicos. Disfruté viendo los interiores del Caesars Palace, el Venetian, el Paris y el Luxor. No entré en el Bellagio, y definitivamente por algunos de ellos se puede pasear también por fuera, disfrutándolo.
Ahora mismo estoy en San Diego, en casa de Nathaniel, el primer couchsurfer que me está alojando en mi road trip, y la verdad es que he tenido mucha suerte al caer en su casa. Un tipo muy original y generoso: los dos dÃas que voy a pasar con él y su gente prometen.
August 13, 2014 Comments Off on Una semana en Las Vegas
Magic circles
You see Karin, one draws a magic circle around oneself, to keep everything out that doesn’t fit one’s secret games. Each time life breaks through the circle, the games become puny and ridiculous. So one draws a new circle and builds new defences.Â
August 5, 2014 Comments Off on Magic circles