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Category — Gente

Staicovici

Abundan por Bucarest locales subterráneos, sin salidas de emergencia y en los que estás expuesto a todo. El calor y la cerveza fría se combinan junto a la falta de espacio y la buena música, dando como resultado noches muy especiales.

La profe de rumano de algunos de la ofi mira a su pareja

Uno de estos garitos, aunque menos agobiante y con más estilo que los típicos Twice o Club A, es conocido como “La Ota”, o Staicovici por nosotros (por ser el nombre de la calle en la que está).

Visión del garito 1

El ambientillo es distinto. Se nota.

Visión del garito 2

Las copas tienen precios rumanos. La gente parece más europea.

Visión del garito 3

Sirven sopitas en el interior, hay guardarropas… nunca hay demasiados coches para aparcar en el exterior…

Óscar, un hombre feliz

Lo único malo es que está un poco en la quinta puñeta, y no suele haber taxis por allí a la hora en que solemos volver a casa.

Iban, otro hombre feliz. Junto a él, Andy, ¿de La Naranja Mecánica?

Lo bien que sienta una sopita en mitad de la noche… y más una sopa rumana, de lo mejor de su gastronomía… me está entrando hambre…

Sopita, Tuborg, cacho pan. Sábado, 4 de la mañana…

La verdad es que hacía mucho tiempo que no salíamos todos los becarios juntos. En esta foto se nos puede apreciar. De izquierda a derecha: Ana, Sergio, yo, Iban, Óscar y Adrián.

La felicidad que da el alcohol, miren qué caritas

No bebimos demasiado, no os dejéis engañar por los comentarios a pie de foto. Simplemente lo pasamos bien.

Más felicidad etílica, más caritas

De escándalo, en realidad.

El que habla, la que escucha y el que…

Como siempre acabamos cerrando el local. Siempre que salimos más de tres acabamos cerrándolos. Aunque de vez en cuando yo me rajo y me voy el primero, todo hay que decirlo.

No sé muy bien qué poner aquí…

Celebrando el pase del Sevilla a la final de la UEFA. Es broma, esto fue previo, pero bueno, queda bien…

Ya no quedaba nadie y nosotros dando la nota…

El pateo que me tuve que pegar hasta Universitatii a las tantas de la mañana, sólo y desamparado, no se lo deseo a nadie.

O sí, porque me lo pasé bastante bien, entre el puntito, el fresquete, los cigarritos que me eché y las miradas de las pocas personas con las que me crucé… el silencio, la oscuridad, Bucarest gélida y sóla… Populurui, Cismigiu, Universitatii… ya estoy, aquí hay taxis… me monto, sonríe el taxista, ¿qué verá en mi cara?. Hablando de caras, vaya cara de buena persona que tiene este hombre. “Dorobanti, doua zece, va rog”. “Bine”. Llegamos. Son 3 Lei nuevos. Toma 15, por currar a esta hora con tan buena cara. Pedazo de taxista. De los que no abundan por aquí. Gracias.

La cara de Iban al ver al camarero, clavado a Imanol Arias en Cuéntame

Escuchando: “Follow the blind – Blind Guardian”.

Santoral: Cruz.
Efemérides:

1519 – Hernán Cortés inicia la conquista de México con la quema de sus naves y la fundación de la ciudad de Villa Ríos de Veracruz.
1523 – Cristóbal de Olid desembarca en lo que hoy es de Honduras y toma posesión de ese territorio en nombre del rey de España.
1814 – Destierro de Napoleón en la isla de Elba.
1909 – El científico Paul Ehrlich anuncia el éxito de su medicamento contra la sífilis.
1919 – Primer vuelo de pasajeros en América (New York-Atlantic City).
1947 – Japón se transforma en una monarquía constitucional.
1965 – Primera transmisión de TV por satélite.
1997 – Inicio del enfrentamiento entre el ajedrecista Gary Kasparov y la computadora Deep Blue.

May 3, 2006   Comments Off on Staicovici

De luces, imperios, miradas, olores… de Estambul (y cuarta parte…)

Uno de los aspectos que no quería dejar de reseñar es la increíble amabilidad de la gente de Estambul. Lo que en un principio pudiera pensarse que es interés, siendo una ciudad muy turística, y como tal consciente de la importancia de dispensar un buen trato a los turistas, se tornó pronto en la asunción de que no todo el mundo nos ve como símbolos de € andantes. Verdaderamente la gente se deshacía en explicaciones e indicaciones ante cualquier pregunta, con una gentileza que se agradece bastante.

Con Ricardo, Sanda y Mirja en una terraza frente a Santa Sofía

No nos podíamos ir sin ir a ver a los Derviches. O al menos, sin intentar verlos. Junto a los cordobeses, Javi y María, y con la calle y mezquita en la que “actuarían” (se supone que es un ensayo privado en el que con suerte te dejan entrar) apuntados diligentemente por Belén en un papelote, cogimos un taxi y nos encaminamos, en nuestra última tarde en Estambul, a vivir una experiencia única.

La Mezquita Azul se recorta sobre el horizonte

Como curiosidad, os diré que la palabra “taxi” en turco se escribe “taksi”. Curioso, ¿verdad?. Y como curiosidad también os comentaré que el taxista que nos llevó era un auténtico cabrón. Suele pasar. Fue supertirado todo el trayecto, haciendo maniobras extrañamente arriesgadas y sin sentido. Y, lo más grande, se perdió y nos terminó diciendo que estábamos en nuestro destino en uno de los lugares más míticos de Estambul…

La sonrisa que nos dedicó esa niña bien merecía una foto

Ya he escrito sobre Mehmed II “El Conquistador”, que obtuvo éxito donde tantos otros habían fracasado, en el sitio de Constantinopla, en 1453. Pues bien, la palabra turca para “Conquistador” es “Fatih”. Existe un barrio en Estambul con tal nombre. Y cuentan que no es nada recomendable…

Sigo sin saber el por qué del símbolo de las farmacias. Ésta, sin cruz, ¿por qué será?

Y no sólo eso sino que es el único lugar de Estambul, creo yo, en el que NADIE habla nada que no sea turco. Así, nos dedicamos a mostrar orgullosos nuestro trozo de papel con el nombre de una calle y una mezquita apuntados, y a preguntarlo en voz alta, mientras hacíamos fotos y reíamos haciendo cábalas sobre el espectáculo que íbamos a vivir. Íbamos.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar

Poco a poco fue anocheciendo, y no teníamos ni idea de dónde estábamos. La hora a la que la danza se suponía que iba a comenzar se acercaba pelibrosamente y no parecíamos estar cerca de nuestro objetivo. Hasta que preguntamos a un chico joven que salía de una casa de la mano junto a una bonita chica musulmana. Él nos aseguró que no tendríamos problemas si le seguíamos, que nos llevaría donde queríamos ir.

Cinco niños superemocionados que querían pasar a la posteridad

En un principio su seguridad nos dio confianza y le seguimos. En unos minutos empezamos a preguntarnos si era lo mejor, y le paramos para volver a preguntarle. Él nos miró atónitos e hizo algo que no olvidaré, por la gracia que me hizo y lo apropiado del momento, ante la imposibilidad de comunicarnos con palabras. Nos miró uno a uno e hizo una inclinación de su cuerpo hacia un lado, poniendo los brazos en posición de baile derviche, y dejando que su cara adoptase un rictus muy divertido. En ese momento perdimos toda desconfianza y le seguimos, junto a su chica, a la que llevaba tomada de la mano y junto a la que charlaba en voz muy baja, prestándole suma atención en todo momento.

Una señora en la ventana de su casa en Fatih

Tras una caminata serena pero larga, llegamos a un edificio que parecía a medio camino entre mezquita y colegio, con un patio interior abierto. En ese momento nuestro guía intercambió unas palabras con una de las personas que allí se encontraban, hablándole de nosotros, nos estrechó las manos y se fue. Traté de que en mi mano encontrase todo el agradecimiento que me estaba vetado mostrarle de otro modo, habida cuenta de nuestras limitaciones lingüísticas.

¿Quién dijo miedo?

Pues bien, ya estábamos allí. ¿A qué hora bailarán?. ¿Dónde exactamente?. ¿Habrá que pagar algo?. Escuchamos a una señora hablar en francés y Mirja pudo comunicarse con ella a duras penas. Que nos tenemos que separar. Las mujeres arriba, los hombres por aquí. Ok, nos vemos cuando acabe. Adiós. Yo tenía el móvil de María, no hay problema. Si nos queremos ir le mando un sms luego. Perfecto.

Anochecer en Fatih

Entramos Javi y yo, nos quitan los zapatos y tratan de estafarnos un dineral por unas chancletas que luego nos enteramos que no necesitábamos para entrar. Con entrar en calcentines era más que suficiente. Lo que nos salvó era que no teníamos dinero. En ese momento apareció un señor de unos 30 años, con perilla y una pinta de americano brutal, aunque su inglés no parecía serlo. Fue muy amable con nosotros, nos guió a un lugar en el que había hombres de todas las edades: niños, abuelos, jóvenes, no tan jóvenes… todos comiendo, sentados en el suelo, con los platos en mesas bajas. Era una imagen muy mítica. Y unos cuantos, rezando. Les pude hacer una foto pero creo que me jugué el tipo. Con el móvil entre la mochila y la pierna la conseguí:

(no comment)

Luego nos hicieron pasar a una sala en la que había dispuestas pieles por el suelo rodeando como una especie de sillón de persona importante, por no llamarlo trono. Junto a él, un micro. Bordeando las paredes, todos sentados en el suelo. Era como si ahí dentro estuviese la gente más importante. El resto, fuera comiendo. Nos sirvieron té, y luego nos lo recogieron. Los minutos pasaban, y Javi y yo empezábamos a cuestionarnos si estábamos en el lugar y en el momento apropiado. Llegamos a la conclusión de que mientras no nos pidieran interaccionar en ninguna cosa rara no moveríamos una pestaña. Y que si lo hacían, saldríamos por patas en plan Indiana Jones. Lo que estaba claro a esas alturas era que no estábamos en ningún ensayo de los Derviches, sino más bien en lo que parecía una reunión semanal de algún tipo de congregación islámica. El ambiente familiar e íntimo que allí reinaba tranquilizaba un poco nuestros ánimos. Para ir al baño había que quitarse también los calcetines y ponerse unos zuecos muy cachondos.

Calzado para ir al baño

Pues fue más o menos a estas alturas de la noche cuando tuvo lugar una situación digna de cualquier película de los Hermanos Marx. Me di cuenta de que en la sala de al lado se podía fumar. Me levanté y fui hacia allá. Cogí el móvil y escribí un sms a María en el que les decía que estábamos bien pero que cuando quisieran nos íbamos. En ese momento me llegó un sms diciéndome exactamente lo mismo. Y yo, tan contento. Javi me vio fumar y se picó. Cuando llegó junto a mi, me dijo: “Me acaba de escribir Mirja, que están bien, pero que cuando queramos nos vamos, y yo le he respondido eso más o menos”. Y yo le dije: “Qué casualidad, yo le acabo de escribir eso a María, y María me ha escrito lo mismo”. Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que no éramos Javi y Banyú, sino Mirja y María, y que nos habíamos escrito a nosotros mismos creyendo que había comunicación con las chicas. Yo no podía dejar de reirme, qué absurdo era todo. ¿Y qué es de estas mujeres entonces?… pues sólo tuvimos que girar la cabeza para verlas, en la planta de abajo, la de los hombres… dos rubias con pañuelos en la cabeza, tratando de contener las risas que ya traían por lo visto desde la planta de arriba. Todos los notas revolucionados. Había que salir de allí. Agradecimos la atención recibida y salimos por patas. Luego nos enteramos de que mucho más tarde igual había un baile, pero primero tendría lugar la oración y una especie de meditación. Hubiera sido una experiencia única, pero la logística no acompañaba. Era tarde y había que madrugar bastante para coger el avión de vuelta. Así pues, entre risas y comentando las respectivas experiencias nos fuimos a cenar los cuatro y nos despedimos entrañablemente a la puerta de su hotel. Espero volveros a ver; qué buen recuerdo guardo de aquella tarde-noche en la que todo salió al revés, que no mal.

¿Próximo destino? -> Suceava
Escuchando: “Soneto de la luna – Clara Montes”.
Santoral: Pedro Chanel.
Efemérides:
1503 – Batalla de Ceriñola: el Gran Capitán derrota al duque de Nemours.
1862 – Batalla de las Cumbres en México.
1959 – Fundación de la Casa de las Américas en La Habana.
1981 – Definitiva aprobación y promulgación del Estatuto de Autonomía de Galicia.
1999 – Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo.

April 28, 2006   Comments Off on De luces, imperios, miradas, olores… de Estambul (y cuarta parte…)

En algún lugar entre las fases 6 y 7 (y segunda parte)

Las carreteras rumanas son toda una aventura. Pero no me malinterpretéis. Las que unen ciudades son pasables, en algunos casos incluso están en buen estado. Me refiero a las cosas que puedes ver. Son viajes muy agradables para ir de copiloto, disfrutando de paisajes, construcciones, riachuelos, bosques… pero sobre todo personas. Cuando entras en la Rumanía profunda por primera vez, es difícil salir… hay cosas que ni se ven ni se sienten todos los días:

Una gasolinera para dominarlos a todos:

Así es complicado ir concentrado en la carretera:

Situación: algún lugar entre Brasov y Sighisoara. Hora: indefinida, pero noche cerrada (con poca luna). Ambiente: toda clase de sonidos naturales (y algunos no tan naturales), en un tupido bosque que empieza en ambos lados de la carretera y amenaza con tragársela. Situación: cinco españoles medios, jóvenes, muertos de miedo y diciendo chorradas mientras pasaba el tiempo estimado para el descansito deseado y el cambio de conductor.

Una panorámica de la parte menos agraciada de Sighisoara:

Decidimos subir de nuevo al cementerio alemán, pero esta vez de noche. No soy muy partidario de ese tipo de excursiones a camposantos, y no por miedo sino por respeto. En cualquier caso la gente que iba era gente en condiciones, así que decidimos intentarlo. Pero la puerta estaba cerrada. Además, por si las moscas, allí estaba Laica dispuesta a dar guerra.

A la mañana siguiente nos levantamos dispuestos a vivir Sighisoara. Un paseíto por la Ciudadela no es un mal comienzo. Algunos niños autóctonos nos hacen disfrutar más del paseo matutino, gracias a sus sonrisas e interés.

La Torre del Reloj. Cómo fliparon los implanters con el mecanismo del antiquísimo reloj, que se puede disfrutar desde dentro.

Una de esas calles en las que uno al pasear tiene la sensación de que el tiempo no pasa.

Si te das la vuelta en la anterior foto, ves la torre de nuevo:

Una escalera un tanto tétrica permitía a los niños del pueblo ir al colegio y a la iglesia, que se encontraban en una colina.

Típica tienda de recuerdos transilvanos. Si pudiérais ver los regalos con detalle os llevaríais alguna que otra sorpresa.

Alfredo, Vlad y Nacho; no sabría deciros cuál de los tres tiene más peligro:

El domingo por la noche, ya de vuelta en Bucarest, aprovechamos para hacer un tour rápido nocturno, antes de devolver el coche de alquiler al día siguiente. Fuimos a ver “la Estrella de la Muerte”, como la ha bautizado algún integrante de nuestra querida pero exigua comunidad española. Junto al coche que se distingue a duras penas, hay gente bailando algo que parece como flamenquito, ¿o qué?

Frente a la iglesia Stavropoleos, muy antigua y preciosa por dentro. Pero al estar en tareas de restauración no he podido verificar esto último. Lo de antigua se ve nada más levantar la mirada:

Pues nada señores, esto fue todo. Después de una cenita de despedida, para ellos y para Adriana, que se iba algo después, en la que hubo emocionados intercambios de regalitos y palabras, nos pegamos una buena noche de fiesta. Además, ésta fue coronada con la mayor leche que me he dado en mi vida. Al salir del taxi comencé a correr porque hacía mucho frío y al intentar modificar un % bastante bajo la dirección de mi trayectoria el pie resbaló sobre una placa de hielo. Pegué un “jardaso” (presenciado además desde el taxi por unos incrédulos Alfredo y Nacho) que me asusté, pero en un momento estaba otra vez arriba y operativo. Qué vergüenza compadre, los momentos iniciales mirando para todos lados.

Después se fueron a Helsinki, a seguir con su labor, de la mano de un asturiano de lujo, Hugo. A buen seguro tuvieron que trabajar menos de lo que lo hicieron aquí, teniendo tal anfitrión.

April 12, 2006   Comments Off on En algún lugar entre las fases 6 y 7 (y segunda parte)

En algún lugar entre las fases 6 y 7 (primera parte…)

Del 16 de febrero al 1 de marzo estuvieron “compartiendo beca” con nosotros dos personas y profesionales como la copa de un pino, Alfredo y Nacho, para mejorar la infraestructura informática de la oficina. Fueron dos semanas inolvidables, en todos los sentidos. Muchísimo curro, mucha convivencia y experiencias inolvidables para todos los implicados. Creo que Alfredo y Nacho disfrutaron a lo grande de este fantástico país. A pesar de ciertos momentos de dureza extrema a causa de la brutal acumulación de horas que nos pegamos.

Esta dureza obligó a hacer uso de medidas a la desesperada en algunas ocasiones:

Pero bueno, no todo iba a ser trabajar. Una vez pasada la etapa más dura del trabajo, alquilamos un cochecito y pusimos rumbo a Transilvania, que ya conocéis algunos… nada más llegar a Brasov, algún que otro descerebrado no pudo reprimir la alegría al reencontrarse con la nieve:

Encontramos un hotelito de última hora para Adriana, que se apuntó la última.

Dando rienda suelta a la creatividad y a la morriña:

En una discoteca de Brasov a la que nos hemos aficionado a ir, inexplicablemente por el mal servicio que tiene.

Lo del alojamiento de Adriana era una broma, pero lo que lo no lo es es el hecho de que la noche que llegamos a Brasov serían las 23:30 y no teníamos ningún sitio donde dormir. Como siempre mi planificación había sido brillante, pero cual trozo de chapa al inmisericorde sol de agosto en una chatarrería, que luce pero es inútil. Lo que ocurre es que normalmente no me suelo poner nervioso porque la suerte se empeña en perseguirme, y a veces me alcanza. Y esa noche escuchamos un par de personas cantando algo que sonaba a “ve tis” o algo así, creo que era el nombre de un río andaluz en la época de los romanos. Eran Erasmus españoles, crecidos antes la creencia de que el tercer equipo de la ciudad de Sevilla podía siquiera soñar con eliminar al Steaua de Bucarest, hoy digno semifinalista de la Copa de la UEFA (como el primer equipo de Sevilla). La cuestión es que entre ellos se encontraba Inma, que demostrando una vez más su buen carácter canario y la solidaridad propia de un becario español en el extranjero (y pongo cuidado en no especificar becario Erasmus pues no es exclusiva de estos), nos abrió las puertas de su casa a los 5 expedicionarios: Alfredo, Nacho, Adriana, Óscar y yo. Gracias Inma. Por cierto, chico desayuno nos pegamos:

Incluso hubo tiempo para sablear unos cuantos bits de por medio… estos informáticos de juguete…

Fondo de pantalla impresionante tomado por Alfredo. Rama de un árbol en el monte Tampa, en Brasov.

El citado monte, visto desde la Piata Sfatului, Brasov.

Para subir al monte Tampa hay que coger un telecabina. La imagen siguiente los muestra en plena actividad, uno ascendiendo y el otro descendiendo.

El sol trata de abrirse paso entre las nubes, trata de alegrar el día a los habitantes de esas casas a las que comienza a mostrarse. El resto de la ciudad espera ansiosa que gane esa batalla…

Mientras nosotros posamos para la posteridad en ese enclave majestuoso:

Adriana y yo observamos la profesionalidad de Nacho. Este hombre es así para todo, un ejemplo de paciencia y tesón a la hora de trabajar.

El camino desde los telecabinas a la terraza anterior no tiene desperdicio. Esta foto me encanta.

Ésta también.

Dándome una ducha un tanto atípica:

Otro máster del universo al teclado, y admirable persona, Alfredo:

¿Estamos todos?. Próxima parada: Sighisoara.


Escuchando: “So payaso – Extremoduro”.
Santoral: Julio I.
Efemérides:

1204 – La Cuarta Cruzada conquista Constantinopla.
1609 – Los Países Bajos recobran la independencia de España.
1633 – Galileo convicto por hereje.
1955 – La vacuna de polio se desarrolla por Dr. Jonas Salk, declarándose segura y efectiva.
1961 – El cosmonauta soviético Yuri Gagarin realiza un vuelo a bordo de la nave Vostok I convirtiéndose en el primer hombre lanzado al espacio.
1981 – El transbordador espacial estadounidense “Columbia”, tripulado por dos hombres, culmina con éxito su primer vuelo espacial.
1983 – La película española Volver a empezar, de José Luis Garci, consigue por primera vez para España el “Oscar” a la mejor película en lengua no inglesa.

April 12, 2006   Comments Off on En algún lugar entre las fases 6 y 7 (primera parte…)

Tengo un amigo en Singapur

Antes de irnos por vacaciones de Navidad (los que tuvimos la suerte de hacerlo) a España, varios de los precarios de informática de Icex (concretamente 30 de los 69 que somos en esta promoción) dejamos planteado un Amigo Invisible un tanto especial. Un tanto especial por aquello de que no era 100% invisible, pero claro, es algo difícil ocultar tu identidad de “regalante” si en el matasellos va el país en el que vives… había miedo a que en algunos casos el paquete nunca saliera del país, a que en otros nunca entrase… y efectivamente así ha ocurrido en algunos casos. Pero afortunadamente la mayoría ha podido disfrutar de presentes de otras partes del mundo, todos ellos con la mayor ilusión puesta, por parte de emisor y receptor, y mucho cariño. De eso se trataba. En mi opinión, ha sido un auténtico éxito. Aquí podéis ver un resumen de los regalos, y sus fuentes y destinos.

A mi me tocó Carlos, aragonés residente en Telaviv. Hace ya algún tiempo que le llegaron los regaletes. ¿Pero quién me tenía que regalar a mi?. La fecha límite de envío era el 6 de enero (¿por qué sería?) pero pasaron los días, semanas e incluso un par de meses y no llegaba nada… ¿quién me tenía que regalar a mi?. Pues Raúl, un señor que vive en un lugar de lo más espectacular en todos los sentidos, Singapur, y con unos “filtros de correo ordinario” bastante restrictivos, como hemos podido comprobar. Afortunadamente un día llegué a la Oficina y me encontré con una caja con mi nombre que venía de Singapur… había llegado.

Parece que estoy predestinado a ir a Singapur. Al menos me llueven regalos desde aquellas tierras, estoy en deuda. Cuando tenía 15 años tuve varios amiguetes de cartas, para practicar inglés. Una era una chica de Singapur. Era encantadora, y en una de las cartas incluso llegó a enviarme un lápiz desnudo de su recubrimiento original y pintado con toda clase de ornamentos típicos y una leyenda por el Día Internacional de la Amistad (de sobra conocido, y al que por supuesto yo respondí con otro detallito, pero que he olvidado, ejem, ejem).

Abrí la caja… poco a poco fui sacando regalitos y eso no tenía fin… qué alegría más grande recordar las mañanas de 6 de enero, y en plena Oficina, recorriendo habitaciones enseñando todo el percal… qué buenos momentos.

A continuación os mostraré uno a uno los presentes recibidos. Feliz y sonriente poniendo en práctica mis habilidades con un tamborcito asiático cuyo nombre no conozco, pero que mola:

Preparando el asalto a Singapur con un magnífico mapa de la ciudad-estado:

Una bonita postal:

Un cd da la música que rompe en Singapur. No voy a entrar en detalles…

Colección de monedas de Singapur, en una carátula de cinta de backup. Qué lote de reir me pegué cuando lo vi…

Un juego de seis mantelitos y pares de palillos para comer. Éste me ha encantado, un detallazo, superútil y da un toque de distinción poder decir que viene de Singapur, jeje…

Un mecherito Zippo de XVI barras o como se diga eso…

Una camiseta de la cerveza que rompe en Singapur, Tiger (vamos, como Cruzcampo en España):

Un llavero tela de guapo:

Y una taza (la cuarta que me regalan este año entre una cosa y otra) con un recordatorio de prohibiciones que sufren los habitantes de ese lugar ya especial para mi:

Raúl, aprovecho de nuevo para darte las GRACIAS porque me has hecho FELIZ tío. Han sido de los mejores Reyes Magos de mi vida, y estos sí que han venido del lejano Oriente… un abrazo muy fuerte.

Escuchando: “Serena barca – Manolo García”.
Santoral: Ezequiel.
Efemérides:

1912 – El RMS Titanic sale de southampton Inglaterra y con destino a New York, El RMS Titanic nunca llego a su destino.
1972 – Oberdán Salustro, presidente de la Fiat, luego de 20 días de secuestro en Buenos Aires, es ejecutado por guerrilleros del ERP.
1998 – Irlanda del Norte: se firma el Acuerdo de Viernes Santo en Belfast.

April 10, 2006   Comments Off on Tengo un amigo en Singapur