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Category — Rumania

Los que se fueron, los que vinieron

Antes de Navidad, la oficina sufrió la última baja prevista hasta septiembre (antes de la de los becarios Icex), y no es otra que la de Laura, cuyo magnífico piso (que compartía con Silvia) he heredado (junto a una persona que os presentaré unas líneas más abajo), y cuyos “oioi”, y “¿qué taaaaal?” todavía se echan de menos por aquí. Laura morena, haznos una visitilla.

Laura en Halloween

También se fue Gonzalo, asturiano con quien compartí el 2º piso en el que he vivido, y que no estaba contento en su trabajo, a pesar de que se había integrado estupendamente en la comuna precaria-española bucarestiana. Un abrazo desde aquí de parte de todos, que tengas mucha suerte en todo lo que emprendas.

Pedazo de regalo de despedida

Pedazo de regalo de despedida (por detrás)

Pero bueno, es ley de vida. Cuando unos se van, otros llegan. Y mientras encontraban piso definitivo, el 3º en el que he vivido (y en el que vivo ahora) ha sido residencia provisional de Óscar e Iban, becarios de la Cámara de Vigo y del Gobierno Vasco respectivamente. Y el que llegó primero fue el que se llevó el gato al agua y se ha quedado con la plaza que había libre en el piso. Cualquiera de los dos hubiera sido un magnífico compañero. Son dos grandes personas. Os los presentaré. Vayamos por partes, como diría Jack “el Destripador”.

Paella a la viguesa, por Óscar Abad

Doña Rogelia, por Iban Sánchez

En la primera imagen podemos ver a mi compañero de piso, Óscar Abad. Es un ser cuyo nivel de calma, paz y autocontrol hace parecer al borde de un ataque de nervios a los gatos de escayola. Su facilidad para con los idiomas sólo es comparable a la de Adrián. Es un apasionado de la ópera, y se encarga de expandir esa pasión a sus compañeros de beca, con mayor o menor éxito en función del destinatario. Como se ve en la propia imagen, es hincha del Celta. También simpatiza con el Barça. Le chifla la absenta. Y la ensalada de huevas de arenque.

En la segunda imagen vemos a Iban Sánchez. Su nombre lo escribo con b y sin acento pues es así como le gusta, como se escribe en vasco. Como todo buen topicazo sobre los habitantes montañosos del norte de la península diría, se le ve un tío noblote y muy currante. Hincha del Athlétic, muy crítico con el equipo. Amigo de sus amigos, con los que habla casi a diario. Antimadridista, provalencianista. Es capaz de recitar casi de carrerilla cualquier alineación de la liga ACB, y sabe dónde nacieron la mayoría de los jugadores de la NBA. Seguidor del Tau Vitoria. También habla un par de idiomas (inglés y francés), además de castellano y euskera. También le mola la ensalada de huevas de arenque.

Escuchando: “Va pensiero – Nabucco – Verdi“.
Santoral: Benigno.
Efemérides:
1542 – Brasil: los conquistadores españoles Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana descubren el río Amazonas.
1902 – España: se matricula el primer coche de Madrid, perteneciente al marqués de Bolaños.
1917 – Francia: detención de la espía Mata Hari por el servicio de espionaje francés, en un hotel de París.
1944 – Unión Soviética: la ciudad de Rostov es liberada de la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial
1972 – Japón: el esquiador español Francisco Fernández Ochoa gana el eslálom especial y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Sapporo (Japón).

February 13, 2006   Comments Off on Los que se fueron, los que vinieron

Mogosoaia

Se puede leer en alguna guía:

“Por otro lado, no deje de acercarse al Palacio de Mogosoaia, del s. XVIII, situado a 14 Km. al norte de Bucarest en el Lago Buftea. El palacio perteneció al Príncipe Brancoveanu, quien adoptó los estilos arquitectónicos del Renacimiento y Barroco a los gustos rumanos. Fue construido entre 1698-1702. El palacio fue reconstruido en los años 20 por Marthe Bibesco, el escritor y descendiente de Constantin Brancoveanu.

El palacio ahora es un destino turístico popular, pero aunque los jardines son hermosos, el interior del palacio en si mismo está siendo restaurado y contiene actualmente sólo una galería de arte.

El mausoleo de la familia de Bibesco, residentes en Mogosoaia, se puede encontrar sobre la base del palacio. El Príncipe Antoine Bibesco y su esposa Elizabeth Bibesco (la hija del primer ministro británico, Henry Asquith de Herberto) rechazó salir del país en el comienzo de la guerra a pesar de sus opiniones contra-fascistas. Enterraron a Elizabeth, muerta de pulmonía en Mogosoaia, el 7 de abril de 1945, en la cámara acorazada de la familia. Puede sorprender a los visitantes el ver su sepulcro aquí, con un epitafio conmovedor en inglés – “mi alma ha ganado la libertad de la noche.” El Príncipe Antoine Bibesco volvió a París después de la guerra y murió allí en 1951.”

Tras quedar claro que el fin de semana previo a Navidad no íbamos a hacer ningún viaje, ni internacional ni por Rumanía, decidimos aprovechar al menos una de las dos mañanas para hacer alguna visita turística por los alrededores. El destino elegido fue Mogosoaia. Ya os habréis hecho una idea de los que nos encontramos por allí.

Lo que no cuentan las guías es el calvario que hay que pasar para llegar si no tienes coche. Hay que coger un autobús desde Bucarest, y después de media hora tienes que adivinar en qué parada te bajas y pillas un “maxitaxi” hasta Mogosoaia, que no hasta el Palacio de Mogosoaia. Para los que no sepáis qué es un maxitaxi: furgoneta con asientos en plan autobús en la que se hacinan X personas por 1-1.5 Lei (ni 0.5 €).

En principio Adrián iba a venir con Ana y yo, pero se rajó habida cuenta de la tardía hora a la que nos retiramos a nuestros aposentos. Por el camino encontramos varias cosas que nos resultaron interesantes. Una cabina en mitad de la nada más absoluta:

Y mirad qué casa tan bonita:

Ya en Mogosoaia, en la parte de atrás del Palacio, se puede “disfrutar”de una agradable visión de jardines, lago (con islote incluído)… entrecomillo disfrutar porque resultó que ese día la temperatura bajó de CERO y era una auténtica pasada siquiera respirar…

Domando a las fieras…

Uno de los pabellones interiores del Palacio. La foto está tomada desde una terraza del principal.

Otro de los pabellones del Palacio. Cómo molan los tejados…

El pabellón anterior y la torre de entrada:

El panteón familiar cuya historia habéis podido leer anteriormente:

Aquí se debería poder leer la leyenda:

Los jardines, que obviamente y tras el otoño y ante el duro invierno que se avecina no lucen con esplendor… pero lo harán, y si puedo volver lo veréis…

El bulevar de entrada al Palacio desde la calle principal de Mogosoaia. Por este camino, unos minutos después de tomar esta foto, Ana y yo salíamos del Palacio caminando. Nos topamos con un cortejo fúnebre increíble. Supongo que irían a una pequeña iglesia ortodoxa que hay justo antes de la torre de entrada al Palacio a oficiar una ceremonia religiosa por el alma del difunto. Había un señor vestido de sacerdote ortodoxo, pero como si hubiera sacado los ropajes de una tienda de disfraces vieja. Del resto había unos cuantos riendo entre ellos por una broma de alguno, la familia detrás del “coche” fúnebre (un carro tirado por un burro) y la fallecida, una señora anciana que iba cubierta por ropas y flores excepto la cara. Fue una cosa muy auténtica, pero ni pude ni quise sacar la cámara.

El lugar está acondicionado para la masiva visita de turistas:

Esto es una pequeña bromita. Hay WC en uno de los pabellones. Que nadie se me enfade por parcial.

Lo que no viene en las guías (bueno, en Lonely Planet sí que viene), y hay que conocer a algún bucarestiano para localizar, es la estatua de Lenin que un día ocupó un lugar insigne en una plaza de Bucarest y hoy, como símbolo de la caída del comunismo en Rumanía, se conserva de esta guisa en mitad del campo, tras el Palacio de Mogosoaia:

Qué contraste. Ana no es que sea muy alta, pero es que la estatua es una buena mole…

No lo dejaron sólo, como podéis ver:

Ana, ¿qué haces, dónde vas, estás loca…?

Tras estas instantáneas emprendimos viaje de vuelta, sopita calentita y pá casa a pegarse un buen siestón.

Como el que se está pegando este buen hombre al estilo estatua de Lenin en el banco de una parada de autobús… lo siento pero la foto está movida porque no podía dejar de reirme. Aunque la cosa no es para reirse mucho…


Escuchando: “Somewhere only we know – Keane”.
Santoral: Julián de Antioquía.

January 9, 2006   Comments Off on Mogosoaia

De ruta por los Cárpatos

Con motivo de la visita (primera semana de diciembre de 2005) de los excelsos hermanos del Cura, oriundos de Burgos y amigos de Sergio, el Comex de la oficina, decidimos alquilar nuestro primer coche desde que arribamos Bucarest. En realidad fueron dos, pues éramos seis personas en total. Uno de los coches me tocó conducirlo a mi:

El coche afortunado fue un Dacia Logan, que no se portó nada mal la verdad. Pudimos apreciar las carreteras rumanas (que no están tan mal como esperábamos) y la cantidad de coches R12 que hay en este país…

En Sinaia volvimos al monasterio, donde ya habíamos estado hace un tiempo. Nunca me había fijado en esta puerta estilo casa de Eomer…

Durante la cena alguien hizo algo que no debería haber hecho y tampoco se puede explicar.

El domingo por la mañana, en Brasov, desayunando tras una noche memorable (de la cual no tengo ni una foto), los del Cura posaban de esta guisa.

Aunque sea gracias a los efectos especiales, por fin puedo ver a Gonzalo, mi compañero del segundo piso, fumando… jódete si te molesta el humo, jejejeje…

Uno en plan actor de Hollywood…

Subimos al monte Tampa en Brasov, mediante un telecabinas. Aquí nada más llegar al mismo, todos posando. Todavía quedaban algo más de cinco minutos para que aquello empezara a andar.

Así pues salieron a fumar los nenes… con cierta semejanza a Ray Loriga…

Vista que teníamos desde el telecabina. Yo no iba muy tranquilo la verdad, no quiero llamaros a engaño.

Lo sé, lo sé, es magnífica. La foto es mía, el atardecer no…

David, Gonzalo y Sergio.

Magnífica instantánea desde el techo de Brasov.

Otra más…

Muestra del fenómeno tuning en Rumanía (también ha llegado aquí)…

Cómo recuerdo esa tarde… qué preciosidad era conducir por esos parajes… echad un vistazo:

Y atención a la siguiente foto. Señoras, señores, mírenla fijamente:

¿Qué han visto de especial? Bueno, se pueden ver varias cosas especiales, entre otras ese pedazo de abrigo hecho con los despojos de la familia de Chewbacca, el Wookie. Pero lo que debería llamaros la atención es la cámara de la derecha… sí, es la del “copiloto”. La mía la tenía yo… sí, hice la foto conduciendo. Esquivando al carro en el que iba este señor, y un coche que pasaba de frente. Por una carretera casi sin arcén. Evidentemente, donde no miré fue hacia donde disparé con la cámara. Iba muy pendiente de la carretera. Pero la foto salió perfecta, en mi opinión. Suerte…

Quedaros bien con el nombre de la empresa, Rent @ Car, por si venís a Bucarest. No pilléis nunca un coche con ellos. Son unos cabrones. No tengo ganas de explayarme hoy, sólo deciros que no les alquiléis un coche u os acordaréis de mi…

Incipiente comercio turístico en Bran, a la sombra del ¿castillo de Drácula? Por favor…

Jejejeje…

Placita llena de productos típicos.

Yo y mi obsesión por los tejados. Este es modelo Contessa de Pistacho.

El Castillo de Bran, decepcionante.

Al menos para lo que esperaba encontrarme…

Aunque bien es cierto que varias cosas en su interior merecían la pena, como esta “shoba” (si no sabes lo que es lee esto)…

Foto típica de rigor… con cara de ilusionado.

Y luego una que reflejaba la realidad del coñazo que resultó la visita.

Dando rienda suelta a mi creatividad…

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios…

Caminando voy, caminando vengo, por el camino, yo me encuentro perros…

…como éste, que tenía una cara de bueno increíble… mi homenaje a Toby, fin del primer post de 2006.


¡La Multi Ani!

Escuchando: “Still loving you” – Scorpions.
Santoral: Telesforo.

January 5, 2006   Comments Off on De ruta por los Cárpatos

No fue un día cualquiera

El primer día de diciembre nunca es un día cualquiera. Al menos es Rumanía, día de la Fiesta Nacional. Hay un desfile militar, que no despierta nada de polémica, sino que es celebrado y aplaudido por la gente; y la ciudad luce engalanada con banderas de la nación. Para gustos, colores. Nosotros nos despertamos dispuestos a aprovechar que teníamos el día libre para hacer algo más de turismo por la ciudad. Nos dividimos en dos grupos. Por una parte Gonzalo (mi nuevo compañero de piso, en el segundo en el que vivo) y yo; por otra, Adrián, Ana, David, Juan y Sergio.

Lo primero que hicimos Gonzalo y yo fue dirigirnos al estadio del Dinamo de Bucarest, que pilla muy cerca de casa, a comprar las entradas para el partido de la liguilla de la Copa de la Uefa, grupo F, Dinamo de Bucarest – CSKA de Moscú.

Después de pasear por el interior del “estadio” fuimos a comprar las entradas a las taquillas:

Caminamos bastante ese día. Estaba muy motivado por la mudanza y el nuevo piso (que está bastante bien) y tenía muchas ganas de que Gonzalo viese cuanto más mejor de Bucarest. Así, paseamos hasta el bulevar del General Magheru. Sorprendidos, tuvimos la primera visión de la iluminación navideña de Bucarest (diurna):

Paseando paseando, se ven cosas curiosas por Bucarest:

A saber: ¿cómo se dice Europea en rumano?

… 5

… 4

… 3

… 2

… 1

Toda capital que se precie debe tener su Kilómetro Cero:

Su Teatro Nacional:

Su edificio emblemático de la Universidad:

Su Iglesia puntera en pleno centro:

Y bueno, la verdad es que no debería tener un edificio tan extraño como éste, pero lo tiene, y os lo enseño, ¿qué le vamos a hacer?

Fuimos a ver la posada más antigua de Bucarest, el Hanul Manuc, creo que ya os hablé de él en otro post. Allí refrescamos nuestras gargantas de cara al largo camino que nos quedaba por recorrer…

Caminando observamos en la lejanía la silueta de una Iglesia que se recortaba sobre el horizonte. Hacia ella nos dirigimos, y justo cuando arribamos estaba saliendo de la misma un señor con mucha barba:

Sí, es Teoctist, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana. El equivalente al Papa para los rumanos, con la salvedad de que él no trasciende las fronteras de Rumanía. Pero tiene mucha fama, y por lo visto se la tiene bien ganada. Le hice un vídeo bastante más cerca que esta foto pero sigo con problemas técnicos para colgar los vídeos.

Y es que resultó que la Iglesia en cuestión era el Patriarcado. Al ser el día de la Fiesta Nacional tocaba oficio religioso. Eso explica la presencia de las cámaras.

Ya tocaba ir a reponer fuerzas. Es por esto que nos dirigimos al Caru cu Bere, uno de los mejores restaurantes de Bucarest.

Comiendo, en la mesa de al lado nuestra, estaba un señor hablando por el móvil en español. Resulta que era español y estaba por motivos de trabajo en Bucarest. Lo invitamos a nuestra mesa y aceptó sin dudarlo. José Antonio, de Salamanca. Buen tío. Estuvimos charlando amistosamente toda la comida y luego acordamos dirigirnos a casa a descansar un poco. Previamente había que pasar por el estadio del Dínamo de nuevo para sacarle entrada a José Antonio, que decidió finalmente incorporarse al plan.

Vista del marcador parcial del partido, que terminó 1-0 para el equipo local, contra todo un campeón de la Copa de la UEFA 2004-05.

En el estadio del Dínamo se pueden ver cosas muy raras, como banquillos volando…

Tras el partido, a casa a cenar, descansar (estábamos caladísimos y muertos de frío) y a reponer fuerzas antes de salir, ya que era la última noche de José Antonio y de las primeras de los burgaleses.

¿Dónde? Fácil –> Club A. Esa noche fue espectacular. Por orden, servidor, David, Sergio y José Antonio. Por cierto, y para mis compañeros de la ETSII… en la camiseta de David, ¿a quién os recuerda el señor que aparece sobre la bandera?

No podía faltar la típica foto: subidón, subidón…

Esta foto tiene un minipunto para Europa.

Una de las grandes virtudes que tiene Club A es que es uno de los sitios en los que puedes estar pasando un calor de muerte, aguantando codazos y roces, pero cuando llegas al punto álgido en la combinación cervecita – música mítica de los 80-90… no te importa nada.

Si no ved esos caretos…

Por encontrar, encontramos hasta a Don Quijote, tan de moda hoy y siempre…

Por cierto que viendo la foto todavía no me explico cómo pude ser capaz de pegar la cabeza a la del compadre… cosas de Club A.

Escuchando: “Farrucas – Pepe Romero”.
Santoral: Domingo.
Cumpleaños: Ayer fue de mi amigo Mario (tregga).

December 20, 2005   Comments Off on No fue un día cualquiera

Silvia, alegría en la oficina

El miércoles de la semana pasada fue el último día de trabajo (en esta oficina con ambiente zen) de nuestra queridísima compañera Silvia García, becaria de alguna historia rara de estas de cámaras y tal… nunca me acuerdo del nombre, lo reconozco. Pero vamos, que venía representando a Madrid (aunque la chica es alicantina) al certamen de Miss Business Romania. Junto a la becaria de la Cámara de Madrid, Laura, y que tendrá su despedida a su debido tiempo.

Para la ocasión Silvia hizo acopio de algunos pastelitos y una botella de bebida semiespirituosa…

Y disfrutamos de un mínimo momento de algarabía que rompió la armonía de jardín budista que, a decir verdad, inunda nuestra oficina. El buen ambiente impera, y la amabilidad en el trato es algo que se agradece bastante, sobre todo viniendo de instancias superiores.

Pero no quiero desviarme del propósito del post, que no es otro que el de dar las GRACIAS a Silvia por cómo se ha portado con los nuevos (Anita, Adrián, Sergio y yo). Nos ha dado mucha información útil, nos ha dado la mejor de sus sonrisas a todas horas y sobre todo, nos ha dado mucho tiempo para hacer la digestión mientras digería alguna de sus interminables ensaladas. Como te echaremos de menos cuando lleguemos a la ofi a las 14:25 después de comer.

En cualquier caso estamos de enhorabuena porque… bueno, ya se verá. Gracias de nuevo, Silvia.

December 9, 2005   Comments Off on Silvia, alegría en la oficina