Imagen de cabecera aleatoria... ¡Pulsa F5 si quieres ver otra!

Fin de semana familiar en Cascais


Pues sí. Eso es lo que me esperaba cuando el viernes 8 de julio me encaminaba hacia Cascais, a casa de Elena, la 2ª de mis 3 hermanas mayores, y Nacho y Nachete, los hombres de su vida. Tras un viaje ya por mi conocido (sueño, minirresaca, lentillas pegajosas, sandwiches mojados…) llegué a Vila Bicuda, el complejo turístico en el que viven. Es un lugar perfecto para vivir, con todo tipo de lujos y comodidades al alcance de la mano. Pasé un fin de semana fantástico, haciendo deporte, tomando el sol en la playita y en la playa de Guincho. Como siempre mi hermana y Nacho se portaron fantásticamente bien conmigo. Y también estaba él…

¿Es o no es la viva imagen de su tito Banyú? La verdad es que no, gracias a Dios él es guapo. Pues bien, aprendí un poco más del que será pronto (ya lo es) la atracción de cualquier reunión. Siendo hijo de quien es, vaticino que este niño no dejará indiferente a nadie cuando crezca. A buen… pocas…
Pues eso. El lunes 11 de julio me encaminé a Sevilla, a mi gordita… El martes 12 de julio me confirmaron que he obtenido una beca Icex de Informática en Bucarest (Rumanía). Al principio me dio un bajón bastante grande al enterarme del destino, pues me había hecho muchas ilusiones con Tokyo, Washington, etc… y demás destinos que se ofertaban. Pero la verdad es que no los merecía: no preparé ninguna de las 3 pruebas que tuvimos que realizar los candidatos. Y hay gente que se ha quedado fuera. No tengo derecho a quejarme. Se trata de bastante dinero, una oportunidad única de crecer profesionalmente. Y además, el país no está nada pero que nada mal. Sólo hay que quitar las 3 cosas que afloran en la superficie (Drácula, gitanos y Gica Hagi) y escarbar un tanto para darse cuenta de que esconde miles de encantos. De muestra un botón. No adelanto acontecimientos. Ya iré posteando todo lo que me ocurra en mi periplo rumano. El mes de setiembre tengo un curso de formación en Madrid, y en octubre ya tengo que estar en Bucarest. Una aventura sin duda…
Y estos días desde que llegué de Cascais hasta la fecha, 29 de julio, no han tenido precio. Disfrutando de mi niña, Macarena, ya nos lo merecíamos. De la familia. Del sol en la piscina. Del sol por la montaña con mi bicicleta. Del sol jugando al Ping-Pong. Del sol de recados. Del aire acondicionado en los poquísimos ratos de estudio que estoy sacando. Días de ocio y lectura (anoche acabé El Ocho)… días de vida distendida. Que llegarán a su fin el próximo lunes 1 de agosto, cuando vuelva de Tarifa y Algeciras, ciudades a las que me voy en una hora, nada más que ponga punto y final a este post y recoja a mi preciosa amiga.
Os cuento…