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Ni Djokovic, ni Murray, ni el mejor Verdasco, ni el gran Del Potro. Ellos y el resto juegan al tenis. Lo que hacen don Rafael Nadal y don Roger Federer es otra cosa. Dividen al planeta en dos bandos, sin banderas. Paran el mundo entre dos y cinco horas un par de veces (tres o cuatro, si tenemos suerte este 2009) al año. Dan una tremenda lección a la humanidad sobre esfuerzo y superación personal. Y por si fuera poco, dan muestras de ser grandes personas, de una pieza: dos seres humanos (en mayúsculas) en el olimpo del tenis.

En toda lucha hay vencedores y vencidos. En las que libran Nadal y Federer, ellos son los vencedores, nosotros los vencidos. Derrotados por su ejemplo, hundidos en la magnificencia de esta lucha titánica por hacer más grande sus nombres en la historia, por llevar más lejos un deporte, el tenis, que convierten en una aséptica y caballerosa conmemoración de las más cruentas batallas libradas a lo largo de los siglos.

Que el espectáculo continúe. Por favor.

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Poco se puede decir sobre este hombre que no se haya dicho ya. Es un auténtico crack, dentro y fuera del campo.

Musulmán comprometido, tiene una fundación cuya principal iniciativa es la construcción en Mali de una ciudad para niños huérfanos o desprotegidos.

Mali, que por cierto es su país adoptivo por elección, ya que él nació en Francia, pero prefirió representar los colores de Mali, el país de sus padres, habiendo sido internacional francés en casi todas las categorías inferiores.

En las seis finales jugadas por el Sevilla FC de los últimos años, Kanouté marcó en cinco. Esas cinco las ganamos.

Es un ejemplo a nivel personal y profesional, siempre dispuesto a arrimar el hombro y ayudar al equipo, a su compañero.

Por eso no me termina de cuadrar que hiciera lo que hizo el otro día al marcarle al Dépor en Copa. Se cargó con una tarjeta amarilla que puede salir cara en caso de que el Sevilla FC siga adelante en la competición. Siendo un jugador tan mediático, podría haber mostrado la camiseta a favor de Palestina en cualquier otro momento, llevar un pin las 24 horas del día, dar entrevistas a muchos más medios, escribir un blog (seguro que sería muy leído)… pero el gesto que tuvo el otro día, por muy loable que sea (que lo es) a nivel humano, fue poco profesional y algo egoísta para con el club que le paga.

Para mi, un pequeño (mínimo) borrón en lo que ha sido la trayectoria de Kanouté en el Sevilla FC. No os dejéis engañar por los errores que salen al principio del siguiente vídeo, el bonus está a partir del minuto y medio…

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Trayectoria en la que ayer puso otra marca de grandeza al fulminar al Dépor con dos asistencias increíbles. Mi deseo es que se retire en el Sevilla FC y podamos seguir disfrutándolo algunos años más.

[ AVISO: post futbolero y sevillista al 101%. Los lectores del blog que no estéis interesados en estos temas, cerrad ahora vuestros navegadores, me arriesgo a perderos como lectores ]

La culpa es de Monchi y Del Nido.

Así como la culpa de los éxitos no era de Juande, la culpa de los fracasos no es de Manolo Jiménez. Manolo Jiménez hace lo que puede. El problema es que lo que puede no es suficiente. Y no lo es como no lo es normalmente en las situaciones en las que una persona ocupa un cargo que no merece, que le supera, para el que no está preparado. Vemos ejemplos a diario. Desde presidentes de naciones hasta pilotos de aeronaves, pasando por comisarios de policías o jefes de la oposición.

“Manolo Jiménez no está capacitado para dirigir al Sevilla FC“, dijo un tal Víctor Fernández. Yo pienso como él, pero matizaré sus palabras. Manolo Jiménez no está capacitado para imbuirle a la plantilla del Sevilla FC una mentalidad ofensiva, un carácter independiente del adversario, una idea de juego. Pero no lo está porque él mismo no los tiene. Cada rueda de prensa se convierte en un espectáculo en el que no deja de buscar motivos para justificarse. Pero eso no ahora, sino desde que casi nos elimina el superDenia o caímos ante el Fenherbace, ese equipo revelación de la Champions League, que a punto estuvo de hacer tambalear los cimientos de la Europa futbolística. La prensa no cree en él. La gente no cree en él.

Los únicos que creen en él son los excelentes profesionales que trabajan en todas las áreas del club. Otra cosa no, pero profesionalidad no se les puede negar. Mientras leen los incontables sms e e-mails que llegan poniendo a caldo a todo lo que se mueve, se convencen a si mismos, y de paso intentan convencernos a nosotros. Apelan a la unidad de la afición, y califican a los críticos como sevillistas de finales o amargados.

Pero señores, una mentira mil veces repetida no es una verdad. Y no, señor Del Nido, Manolo Jiménez no es el mejor entrenador del mundo. Y el hecho de ser el entrenador del Sevilla FC (por mucho que el Sevilla FC sí sea el mejor equipo del mundo, como todos sabemos) no hace a una persona ser el mejor entrenador del mundo. Y los que han venido no son mejores que los que se han ido. Por mucho que hayan venido, y los otros se hayan ido.

Los grandes aciertos del Sevilla FC exitoso de los años 2006 y 2007 no estuvieron única y exclusivamente basados en la unidad y un único sentir. Más bien, la unidad y el único sentir se alcanzaron gracias a los éxitos. Gracias a los aciertos. Y gracias al buen hacer de los que guían la nave, a todos los niveles.

Pero esos éxitos, aciertos y buen hacer han pasado a mejor vida. Llevo ya un tiempo diciéndolo, y eso no me hace menos sevillista. La culpa de los fracasos que estamos cosechando, o de los no éxitos, es de José María Del Nido y de Monchi.

Lo escribí ya en mayo. Darle un equipo puntero a nivel europeo a una persona que ha entrenado siete años en segunda división B no tiene ni pies ni cabeza. Pero es lo que han hecho, Del Nido y Monchi.

Es lo que han hecho y es lo que se han encargado de repetirnos hasta la saciedad que era lo mejor. Porque Jiménez, como todo el mundo sabe, es uno de los nuestros. Porque Jiménez, como todo el mundo sabe, es un entrenador de la casa, con todo lo que eso conlleva. Porque Jiménez, como todo el mundo sabe, no va a dejarnos tirados en mitad de temporada.

Como hizo Juande. Como hizo Helenio Herrera. Entrenadorcillos de tres al cuarto, como todo el mundo sabe.

¿En qué momento se le nubló la vista o el entendimiento a Monchi, y empezó a fichar a auténticos paquetes?, ¿en qué momento perdió el sentido común Del Nido, y no sólo no exigió resultados a Monchi en sus fichajes y decisiones respecto al entrenador que ocupa el banquillo, sino que lo nombró consejero de la entidad, en la decisión más loperiana que se recuerda en la planta noble del Sánchez-Pizjuán?.

Muchas gracias por todo lo que habéis hecho, Del Nido, Monchi y el resto de integrantes de la nave sevillista, entre ellos mi admirado José María Cruz. Pero por favor, no sean tercos, no hagan oídos sordos a la voz de la afición, hagan autocrítica y asuman que han cometido varios errores.

Y rectifiquen, por favor. Esta temporada la doy por perdida. El puesto que tenemos en la tabla ahora es un espejismo, si no al tiempo.

Sé que rectificarán, el problema es que cuando lo hagan ya se habrán tirado por la borda casi dos temporadas, muchas ilusiones y seguramente más de un magnífico jugador se habrá quedado por el camino. Pero no se preocupen, el sevillismo seguirá ahí, porque como usted mismo no se cansa de repetir, señor Del Nido, es lo único imprescindible, lo único que perdura, junto a la bandera y el escudo.

En la semana en que se ha hecho público el ránking actual de la IFFHS, en el que el Sevilla FC ocupa el puesto número 45, no puedo dejar de acordarme de un tiempo no tan lejano, en el que estábamos en el número 1. Y con todo merecimiento.

Eran tiempos en los que el Sevilla FC tenía mentalidad de equipo grande. Salía a ganar en cada estadio. Tenía una idea definida de juego: rápido, ordenado y ofensivo.

Quién te ha visto y quién te ve, Sevilla FC. El que no entienda por qué escribo esto, que ponga Canal Plus hoy a las 21:00, y que vea a lo que juega este equipo.

¡¡Zas, en toda la boca!!, toma Banyú, para que hables (cómo me gusta equivocarme cuando se trata del Sevilla FC).

No tengo fotos, ni vídeos, pero los habrá (espero).

Unión Deportiva Men in Black; El Chapapote Mecánico; La Marea Negra… no importa el nombre, importan los hombres… y estos cinco hombres, sin cambios, casi sin dormir… después de parlamentos, tácticas y motivaciones por e-mail durante las dos últimas semanas se alzaron campeones en la primera EBE League, haciéndose en propiedad con la Copa Caballo.

Yo podré contar a mis nietos, antes de morir, que formé parte de ese grupo de valientes.