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Category — Viajes

De paseos, bailoteos y anocheceres sofienses (…y segunda parte)

Justo enfrente, podemos ver uno de los edificios de la Universidad de Sofía, quizás el más emblemático:

También hay que hacer una puntualización, y es que en Sofía hay 16 universidades distintas. Llegados a este punto, sabía que no estábamos lejos de una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, la catedral de Alexander Nevski. No obstante, tuvimos que hacer una parada para descansar y preguntar a los transeuntes sobre la ubicación del citado monumento.

Tras unos minutos siguiendo las indicaciones que se nos dieron, la vimos…

La verdad es que impresiona desde fuera, pero lo verdaderamente sorprendente está dentro. A priori se podría pensar que es la típica construcción a la que se le ha dado mucha importancia su grandeza y majestuosidad externas para luego no ofrecer nada interesante en su interior. Nada más lejos de la realidad.

Citando a Wikipedia: “es una obra en honor a los rusos caídos por la liberación de Bulgaria del Imperio Turco 18771878. Es la mejor representación de la construcción ortodoxa en el mundo, reconocida por su arquitectura, frescos, dimensiones. Mide 72 metros de largo y 42 metros de ancho y 52 metros de alto, tiene un area de 3170 m² y tiene capacidad para 5.000 personas”.

Y sigue, sobre su interior: “Es una de las mayores catedrales cristianas ortodoxas del mundo y en su cripta se encuentra una galería de arte antiguo búlgaro y renecentista del período IV d.c. – XIX d.c. compuesto por iconos antiguos. Esta galería posee una de las mayores y mejores colecciones de iconos(frescos) ortodoxos en el mundo. La iglesia fue proclamada monumento de la cultura en 1924“.

Seguimos paseando por la ciudad. El sol estaba en todo lo alto, y cada vez teníamos más la sensación de que nuestra jornada turística estaba llegando a su fin. Aún así, estuvimos a punto de entrar en el Museo Arqueológico, cuya entrada se puede apreciar claramente en la siguiente imagen:

Entre pitos y flautas, se nos hizo la hora de cenar, actividad que realizamos en un restaurante armenio muy cercano al parlamento y a la catedral de Alexander Nevski: Egur, Egur. Muy recomendable. Comida riquísima a precios asequibles.

Tras la cena, quedamos con el resto de la comunidad becaria sofiense y nos fuimos a un par garitos a tomar unas copas. Sólo recuerdo el nombre del segundo, muy apropiado: Alcohol.

Hacía tiempo que no bailaba tanto, la verdad. Fue una noche de esas en las que todo se une. La compañía perfecta, la música adecuada, el ambientillo febril, hasta crees que estás bailando bien y que tienes algo de ritmo. Nos pudimos reir…

En un momento determinado de la noche, nos volvimos a quedar sólos Mirja y yo, con lo que decidimos que nuestra experiencia de la noche búlgara estaba llegando a su fin.

El domingo amaneció mejor que el sábado. Nada de lluvia ni de fresquete. Por el contrario, el naranja había tomado las calles. Nos encontramos desbordados.

El día no dio para mucho más. Algún paseo por la calle Vitosha, y luego para el aeropuerto, donde Mirja tenía que tomar su vuelo. Luego, ya sólo, me dirigí a la estación de tren, donde esperaba la cadena de vagones que me llevaría de vuelta a mi queridísima Bucarest.

Recuerdo el viaje de vuelta de forma neblinosa. Dormí desde las 19:30, hora en que subí al tren, hasta las 7:30, hora en que lo abandoné en Bucarest. Me desperté apenas unos instantes, un par de veces, sólo para rememorar momentos vividos los tres días anteriores y sonreir. Entretanto, el violento y monótono golpear de las gotas de lluvia producto de una inesperada tormenta nocturna ponían banda sonora a esa sucesión de imágenes. Mi compi de departamento, israelí, dormía placenteramente sin hacer el menor ruido.

Escuchando: “Prometeo – Extremoduro”.
Santoral: Simeón de Rojas.
Cumpleaños: Antonio Montalbán (mañana 2 de septiembre).
Efemérides:
1513 – Vasco Núñez de Balboa sale al frente de una expedición de Santa María de la Antigua. Descubrió el Mar del Sur, posteriormente llamado Océano Pacífico.
1878 – Estados Unidos, empieza a trabajar Emma Nutt en Boston, la primer mujer operadora telefónica.
1904 – Fundación del Estado del Líbano.
1923 – Japón, un terrible terremoto devasta Tokyo y mata a 140.000 personas.
1939 – Alemania invade Polonia, empieza la II Guerra Mundial.
1969 – Muamar Gadafi sube al poder en Libia.
1983 – cazas soviéticos derriban por error un avión comercial surcoreano con 269 pasajeros.
1986 – se hunde en el Mar Negro el buque soviético “Almirante Najimov” al chocar contra un carguero.
1991 – Líbano y Siria firman un pacto de defensa y seguridad ante cualquier ataque israelí.

September 1, 2006   Comments Off on De paseos, bailoteos y anocheceres sofienses (…y segunda parte)

De paseos, bailoteos y anocheceres sofienses (primera parte…)

Era evidente que pasando un año en Bucarest, una visita a Sofía, la capital de Bulgaria, era de obligado cumplimiento. Lo único que lamento es haber tardado tanto en realizarla. Me he quedado con ganas de más. Este año, por desgracia, no va a poder ser. Me pillé el viernes libre y salí en tren el jueves por la tarde. Llegué el viernes a las 7 de la mañana hora búlgara, aproximadamente. Confieso que esperaba el viaje más duro, pero se me hizo bastante llevadero.

Es Sofía una ciudad más pequeña que Bucarest, pero mucho más coqueta, sobre todo en el centro. En las afueras también abundan los edificios comunistas, que todo lo afean. Pero el centro ha sido mucho más respetado que el de la capital rumana. De todo esto tuve tiempo para darme cuenta mientras caminaba desde la estación central hasta el hostal en el que habíamos reservado habitación.

Mirja llegaría esa misma tarde desde Viena, cortesía de SkyEurope. Mientras tanto, mis planes no iban más allá de descansar un poco, dar el primer paseo por la ciudad, cosa que ya había hecho, y tener una primera toma de contacto con los becarios sofienses, comiendo con ellos.

He de hacer una pequeña mención sobre la comida búlgara, que es del corte de la rumana en cuanto a dificultad de digestión (aunque depende de lo que pidas, claro está), y muy rica también. Además, en los restaurantes (al menos en los que estuvimos en todo el fin de semana) sirven mucho más rápido y, por si esto no fuera poco, son mucho más baratos. En fin, una delicia.

Por la tarde pude contactar con Mirja por fin. Estuvimos dando un nuevo paseo por la ciudad, y me la llevé a cenar al mismo restaurante en el que había comido con los becarios esa misma tarde. Allí “disfrutamos” de la actuación de un grupo musical autóctono búlgaro. Un vinito y una terracita dio lumbre a nuestro anochecer…

El sábado amaneció lluvioso.

Más bien tormentoso, estrictamente escribiendo.

Sin importarnos lo más mínimo, nos fuimos a la calle, lo que coincidió con el repentino fin de los chubascos. Suele pasar. La cuestión es: si hubiéramos bajado antes, ¿hubiera dejado por ello de llover?. ¿Qué fue antes, Murphy o la lluvia?.

Cerca de donde nos encontrábamos, en pleno centro de la ciudad (véase calle Vitosha) la primera visita de obligado cumplimiento era el Palacio de Exposiciones (creo). El día abrió completamente.

Como se puede comprobar viendo las fotos anteriores… seguimos pateando, sin ninguna prisa pero sin pausas reseñables. El lema de la ciudad es “Crece pero no envejece”. Se diría que a más de uno y de dos se le ha olvidado, o ni siquiera lo conocen. Con todo, está mejor cuidada que Bucarest. El su crecimiento, en cualquier caso, sí que hizo envejecer vestigios de tiempos anteriores. Esto ocurrió un par de semanas antes de nuestra visita.

Seguimos paseando. Antes de llegar a la Universidad, encontramos la siguiente estatua:

Navegando por Internet, descubro que se trata de: Ruski Pametnik (Monumento a los Rusos): fue el primer monumento construido en Sofía después de la liberación. La pirámide de 10 metros de piedra arenosa blanca esta cortada en su punta, la parte principal esta decorada con figuras de Bronce. El escultor es anónimo pero se hizo en honor al Zar Alexander II y a sus soldados en agradecimiento a su ayuda en la liberación de Bulgaria. El monumento se encuentra en la plaza del mismo nombre Russki Pametnik cerca del Hotel Rodina y del B. Zar Osvoboditel.

Escuchando: “Hidden agenda – Craig David”.
Santoral: Martirio de Juan el Bautista.
Efemérides:
1533 – España conquista al Imperio Inca ejecutando, al emperador Atahualpa.
1825 – El reino de Portugal reconoce la independencia del imperio brasileño, mediante el pago de una indemnización de un millón de libras esterlinas.
1929 – El dirigible alemán Graf Zeppelin realiza el primer vuelo alrededor del mundo.
1975 – Perú: Francisco Morales Bermúdez encabeza un golpe de estado contra el gobierno del entonces presidente, Juan Velasco Alvarado.
2005 – Huracán Katrina toca tierra en Luisiana, EEUU, como huracán de categoría 4, inundando Nueva Orleans en un 80% y al final causando más de 1.200 muertos en el país.

August 29, 2006   Comments Off on De paseos, bailoteos y anocheceres sofienses (primera parte…)

Una tarde de playa en Tarifa

Una de las actividades que no podía dejar de hacer en los cuatro días de que disponía en Sevilla era acercarme a la playita. Estaba dispuesto a irme sólo si hacía falta, pues como se comprende hay mucha gente de vacaciones y la que no lo está no tiene por qué poder hacer un paréntesis en sus ocupaciones para ir a la playita. Más aún si cabe cuando el único día que me quedó libre para ello fue el lunes 14 de agosto. Día del cumpleaños, por cierto, de mi sobrinilla Virginia. Un besote morena.

Pero por suerte, ahí estaban Gons y Álvaro para formar parte de la expedición, dispuestos a pasar un fenomenal día de playita. Después de arreglar el asunto el domingo por la noche, sentados en un velador junto al Parque de los Príncipes mientras saboreábamos sendas Cruzcampos, con Miguel Ángel, Tole y Diego… el lunes nos poníamos en camino. Destino: Tarifa.

Gonzalo ¿McManaman?

Álvaro ¿Danielsan?

Entre pitos y flautas: mi alquiler del chaqué para la boda (era testigo, la ocasión lo merecía, ¿verdad Chete?), el peaje de la autopista, algún mareo, el aprovisionamiento necesario de Cruzcampo bien fresquita (muchísimas gracias en nombre de los tres, mamá, por los bocatas)… en realidad no nos plantamos en la playa hasta las 15:00 de la tarde. Esto tuvo, no obstante, la ventaja de encontrárnosla “muy solitaria”, ya que todo el mundo movía el bigote en sus casas, hoteles, hostales, etc… Tras contactar a Tregga (hay que ver que ni nos hicimos una foto, chavas) nos dirigimos a la playa de Tarifa propiamente dicha, más conocida como playa de Los Lances.

¡¡Por fin playita!!

Repartiendo amor…

Cuánto te he echado de menos…

Un italiano con toda la cara de Trezeguet y muchas ganas de cachondeo

Autoportrait

Ese Gons, ese Banyuken

Entre bocatas, cervecitas, bañitos y partiditos de fútbol con Mario, Esqui, Gallego y demás compis autóctonos tarifeños, fue pasando el tiempo y nos plantamos en una hora prudencial para acometer nuestro siguiente destino: Punta Paloma. Esta playa, desde la primera vez que fui, con Mario, hace unos años, me tiene hechizado.

Azules, arena

Azules, verde, más arena

Mujer

Tiene como uno de sus principales atractivos una de las dunas más altas de Europa (he escuchado que la que más, pero no he podido cotejar el dato). Cuando estás arriba, si miras a un lado ves el azul del mar, salpicado por los rayos del sol y las coloridas cometas de los kitesurfistas. Si miras al otro, ves el verde del mar de pinos que se extienden en la lejanía. Es francamente precioso, y muy relajante…

Posando ante la alfombra verde

Gons, feliz

Ese soy yo

Gons, Bari y yo

No podíamos dejar de embarrarnos, tradición para todo visitante de Punta Paloma. Wikipedia lo explica así: “Caminando hacia el poniente y al llegar hasta el final de esta playa, numerosas son las personas que se cubren la cara o el cuerpo de aquella arena mojada, semejante al barro, a fin de dejarla secar en el cuerpo, permanecer con ella varias horas para luego bañarse y limpiarse. La sensación real es que la piel del cuerpo se aterciopela, por lo que esta práctica es interpretada como saludable para el cuerpo humano”.

En pleno embarre

Recién salido de la patera

Tras el intenso día de playa, vuelta a Sevilla. Conversaciones interesantes tuvieron lugar aquella tarde. Con gente interesante. Y momentos para el descanso y la reflexión. Si no vean ustedes los caretos…

Tengo sueño

Precaución, amigo conductor

¿En qué estaría yo pensando?

 

Escuchando: “Enjoy The Silence – Live [Cologne 98] – Depeche Mode”.
Santoral: Elena.
Efemérides:
1492 – Publicación de la primera edición de la Gramática sobre la Lengua Castellana, de Antonio de Nebrija.
1858 – Primeras comunicaciones por cable submarino entre Europa y América.
1947 – España: Estalla un depósito de explosivos de la Marina de Guerra en los astilleros de Cádiz, mueren más de 150 personas y el número de heridos supera los 5000. Gran número de edificios resultan dañados.

August 18, 2006   11 comentarios

Odisea en Transnistria (…y cuarta parte)

(volver a la tercera parte)

LA KGB TRANSNISTRIA Y EL TURISMO

Seguimos andando hasta el Soviet Supremo, un edificio que impresiona por lo que significa y por la enorme estatua de Lenin que se encuentra justo delante. No había nadie más que nosotros tres cerca del monumento. Hicimos unas fotos, primero desde el otro lado de la calle, disimuladamente. Nos acercamos más todavía, nos plantamos justo delante. Sergio se había aburrido del puñetero edificio y estaba un poco apartado, ojeando la Lonely Planet.

Adrián ante el Soviet Supremo

Fotografié por última vez el Soviet Supremo, y en ese preciso instante se abrió la puerta principal y un agente de Seguridad Nacional, de traje y con una llamativa camisa burdeos, salió disparado hacia mí. Yo estaba a unos 50 metros del edificio. Instintivamente comencé a andar hacia él a buen ritmo. Quería proteger la seguridad de Sergio y Adrián, a quienes había puesto en peligro con mi actitud indiscreta, y quería proteger las fotos de Adrián (temía fundadamente por ellas). Adrián, que estaba unos 20 metros detrás de mí, tomó la inteligente decisión de permanecer vigilante, sin acercarse por el momento al agente. Sergio no se enteró de nada.

Llegué a la altura del transnistrio con aire confiado, sin preocuparme de la pobre situación de los derechos humanos en Transnistria, la imposibilidad de solicitar protección diplomática, en el caso de que llegase a ser necesario (por la sencilla razón de que ningún estado reconoce la soberanía transnistria), o las complicaciones adicionales derivadas de nuestra condición de funcionarios de la embajada española.

Yo esperaba que el agente me retuviera y fuera sometido a interrogatorio en algún oscuro calabozo del Soviet Supremo. Las posibilidades de ser torturado me parecían escasas, así que lo más preocupante era que podía perder el autobús de vuelta a Chisinau. Otra cosa que podía perder era mi cámara de fotos.

El caso es que mi actitud decidida debió impresionar al transnistrio. Se limitó a indicarme, de muy malos modos, que estaba prohibido fotografiar el edificio y me ordenó que le mostrara las fotos que había hecho y, con un seco “delete it”, que borrara las que no le gustaban (debió pensar que ponían en peligro la seguridad nacional, si es que Transnistria puede considerarse una nación). Borré mansamente tres o cuatro, y cuando le enseñé la foto en la que salgo con Lenin y el Soviet Supremo de fondo, volvió a decirme “delete it”. Me negué. Le dije que yo era un turista y quería una foto con esos monumentos y que esas no son formas de tratar a un turista, hombre!. El agente se me quedó mirando en silenció, y aproveché su indecisión para apagar la cámara y guardarla en su funda, desafiante. Volvió a mirarme a los ojos, como valorando mi dudosa peligrosidad, y se fue.

La foto por la que desafié los cimientos del poder Transnistrio

Teníamos una hora para coger el autobús, así que decidimos volver dando un paseo. A los pocos metros se nos acercó un ciclista de mediana edad y nos preguntó “Where are you from?”. Era el Opositor. Nos dijo que se veía a leguas que éramos extranjeros. Nos explicó todas las barbaridades que hacía el gobierno, que no existía libertad de expresión, que es una vergüenza el apoyo ruso al régimen. Escuchamos al Opositor con actitud inocente, como si no supiésemos nada de esas cosas. Existía la posibilidad de que fuera un falso opositor, un espía del gobierno Smirnov, y no convenía a nuestra causa significarnos políticamente. Hablamos (más bien lo escuchamos) un buen rato y nos despedimos cordialmente.

El Opositor nos había hecho perder un tiempo precioso. Decidimos cancelar el paseo de vuelta por Tiraspol y cogimos un taxi. Como buen ruso el taxista era menos comunicativo que un mejillón, así que tardamos una eternidad en hacernos entender. Nos sorprendió llevándonos honradamente por el camino más rápido y corto, por lo cual se ganó una generosa propina.

En la sala de la estación de autobuses donde se despachan los billetes vivimos otra escena curiosa. Había una docena de personas esperando a la cola. Así como abrimos la puerta clavaron sus miradas en nosotros. La cola estaba dispuesta de modo que todos los que la integraban se hallaban de frente a la puerta de la sala; así que no necesitaban ni mover el cuello para escrutar a quien entraba. Nadie hablaba ni se movía, todos en perfecta y ordenada actitud de espera. Las tres señoras de las ventanillas tampoco dejaban de mirarnos; parecían soberanamente aburridas y no hacían ningún esfuerzo por atender a los de la cola, y viceversa, los de la cola sólo se preocupaban de mirarnos. Empujados por un fuerte instinto gregario ocupamos nuestro sitio al final de la cola. Nos convertimos en ellos. Durante 10 minutos no hicimos otra cosa que esperar ordenadamente y mirar muy fijamente a alguna señora que entraba en la sala. La cola no avanzó en ningún momento ni había perspectivas de que alguien empezara a vender billetes. “Esto debe ser el socialismo real”, pensé.

Estación de autobuses de Tiraspol

De repente un señor abrió la puerta y, sin entrar, dijo cuatro barbaridades en ruso y se fue. La cola se desintegró y todos sus miembros se abalanzaron sobre la puerta frenéticamente, incluidas señoras cuya partida de nacimiento debía remontarse a los tiempos anteriores a la revolución del 17. Perplejos, le preguntamos a la señora de la ventanilla qué estaba pasando, y nos dijo que acababa de llegar el autobús de Odessa con destino Chisinau, y que podíamos comprar los billetes a bordo. Seguimos su consejo y tomamos asiento en el autobús. Ya sólo nos quedaba cruzar la frontera para considerar a salvo nuestras vidas.

LA LEY DEL MIEDO

En unos minutos llegamos a la frontera Transnistria. Un oficial soviético subió al autobús y recogió nuestros “visados”. Apenas reparó en nuestros pasaportes. Bajó, y el autobús cruzó la barrera fronteriza. A unos metros de la última valla, junto a los barracones grises, volvió a detenerse. Subió un suboficial gordo, comprobó los pasaportes y bajó. Alguien nos dijo que teníamos que bajar nosotros también. No iba a ser tan fácil salir de este pseudoestado de pesadilla.

Artillería transnistria en el estratégico puente sobre el Nistru en la ciudad de Bender. Por esta foto podrían habernos acusado de espionaje

Abajo esperaba el soldado Yul Brinner. Nos llevó a la primera habitación del barracón gris, donde esperamos a que salieran otros dos viajeros que habían sido llamados a interrogatorio. En apenas un minuto llegó nuestro turno. Entramos acompañados de Yul Brinner; dentro había un oficial distinto al que nos interrogó por la mañana (el nuevo no hablaba moldavo) y el suboficial gordo. El oficial no nos hizo sentar.

Mareó la perdiz brevemente, interesándose por cuestiones intrascendentes, hasta que por fin nos preguntó por el sello de la policía de Tiraspol. Respondimos que no teníamos tal sello, que aquella misma mañana no nos habían advertido de su existencia. El oficial nos lanzó un speech en ruso, del que se entendía “problema”. Yul Brinner, que sabía cuatro palabras en moldavo y hacía las veces de traductor, nos dijo algo relacionado con el número tres. Negamos haber estado tres días en Transnistria, ni siquiera habíamos pernoctado: Hacía 5 horas que habíamos estado allí mismo con el propio Brinner!!!. El nos respondió con un gesto curioso, cruzando tres dedos de una mano en horizontal con tres de la otra en vertical y decía “tres días” y “Tiraspol”.

Comprendimos, al fin, que nos amenazaba con pasar tres días en un calabozo de Tiraspol. Deliciosa perspectiva. Excepto porque volábamos a Bucarest en 2 días. Como habíamos cometido la indiscreción de confesar este hecho en una fase anterior del interrogatorio, Yul Brinner empezó a decir festivamente: “Tres días Tiraspol [y hacía el gesto de los dedos imitando las rejas del calabozo]. No Bucarest!!!”.

Llegamos al momento cumbre de nuestra detención. “¿No se puede pagar una multa para evitar la cárcel?” Yul Brinner tradujo para el oficial, que había estado observando la acción con ojos ávidos. Anotó “50€” en un papel dispuesto al efecto. Reaccionamos fríamente. Yul Brinner, al quite, nos dijo que los 50€ pagaban la libertad de los tres.

El cuerpo me pedía regatear un poco, así que simulé que no tenía euros (había llevado 50€), pero Adrián y Sergio soltaron prudentemente 45€ y unos cuantos lei moldavos. El Oficial se puso en pie y dijo que todo estaba en regla. Brinner y el Gordo sonrieron ampliamente y en actitud relajada nos ofrecieron la mano, que estrechamos aliviados y divertidos.

En el autobús nos dimos cuenta de que habíamos comprado nuestra libertad a unos soldados soviéticos que guardan la frontera inexistente de una república rebelde y mafiosa. Una aventura increíble. Más tarde comprendí que habíamos pagado un soborno, que ellos habían cometido abuso de poder y que con nuestra actitud contribuíamos a que se mantuviera una costumbre miserable. Estuvo mal y no se debe hacer.

Y la siguiente vez que las autoridades nos amenazaron (a mí y a Adrián) con la cárcel y nos pidieron un soborno para evitarla no pagamos. Sucedió al día siguiente, pero es una larga historia…

Aquella noche, en el autobús de vuelta, soñamos con nuestra siguiente aventura en la República de Moldavia. Y, creedme, habría de resultar tan grande como la de Transnistria, si no mayor aún.

Aquí acaba la odisea (nunca mejor dicho, como han podido comprobar) de mis compañeros Óscar, Adrián y Sergio, narrada de forma excelente por el consumidor de te más empedernido entre el Parque de Herastrau y la Piata Universitatii. Yo, por mi parte, me voy a España mañana, hasta el miércoles que viene, por lo que el blog CIERRA POR VACACIONES hasta el jueves 17 de agosto. Mis felicitaciones para los/as que tengan su Santo el día 15 de agosto, que sé que son muchos/as. Cuídense. A disfrutar.

Escuchando: “En el lago – Triana”.
Santoral: Lorenzo.
Efemérides:
997 – Las tropas de Almanzor saquean y destruyen la ciudad de Santiago de Compostela, llevándose como recompensa las campanas de la ciudad.
1343 – Una segunda exploración llega a las islas Canarias al mando del navegante mallorquín Jaime Ferrer.
1519 – Zarpa de Sevilla, España, la expedición mandada por el portugués Magallanes que descubriría el paso entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico y acabaría dando por primera vez la vuelta al mundo, demostrando la esfericidad de la Tierra.
1557 – Batalla de San Quintín: Las tropas españolas de Felipe II derrotan a las francesas de Enrique II.
1759 – Carlos III es proclamado rey de España.
1809 – En Quito, Ecuador, se produce el primer grito de independencia en las colonias españolas de América.
1913 – El territorio de Macedonia que pertenecía a Bulgaria es cedido en parte a Serbia y Grecia tras el tratado de Bucarest que pone fin a la segunda guerra balcánica.
1954 – Indonesia proclama su independencia y se desvincula de Holanda.
1964 – El papa Pablo VI publica su primera encíclica: “Eclesiam Suam”.
1982 – Se crea la Comunidad Autónoma de Canarias.

August 10, 2006   21 comentarios

Odisea en Transnistria (tercera parte…)

(volver a la segunda parte)

TIRASPOL

Volvimos al autobús para recorrer los 15 km que quedaban hasta Tiraspol. Atravesamos la ciudad fronteriza de Bender, ciudad mártir de la guerra moldavo-transnistria del 94. Ciudad desolada. Pasamos junto a la fortaleza turca del siglo XVIII, ocupada hoy día por las fuerzas del ejército ruso y cruzamos el estratégico puente sobre el río Dniester, defendido por unas cuantas piezas de artillería no demasiado bien camufladas.

Llegando a Tiraspol está el sorprendente estadio de fútbol del equipo de la ciudad, el FC Sheriff. Las lujosas instalaciones en el lugar más pobre y remoto de Europa eran una imagen casi onírica. Qién sabe si el tráfico internacional de armas ha financiado la construcción del estadio, como insinúan los detractores de la república rebelde.

Estadio Sheriff de Tiraspol. 5 estrellas UEFA

En la estación de autobuses nuestros compañeros de viaje se bajaron y desaparecieron rápidamente de nuestra vista. El chófer y la pelirroja se quedaron junto al autobús, mirándonos, a ver qué hacíamos. Nuestra prioridad inmediata era averiguar la hora del último bus para Chisinau, así que, tras consultar con la Pelirroja y ofrecerle un cigarrillo de los de Adrián en muestra de agradecimiento a todos sus servicios (cigarrillo que ella rechazó cortésmente), llegamos al despacho de billetes, una sala nueva y limpia con su flamante mapa de Transnistria como orgullosa decoración. El último autobús salía a las 19:00 horas; teníamos unas 4 horas para visitar la ciudad.

Cambiamos unos lei moldavos por rublos transnistrios y cogimos la Avenida Lenin en dirección al centro. Los más frikis del grupo (Adrián y yo) disfrutamos de manera enfermiza fotografiándonos con símbolos tan anacrónicas como hoces y martillos y efigies Lenin.

Nos habíamos planteado tratar de pasar desapercibidos, mezclarnos con el pueblo transnistrio, pero rápidamente nos dimos cuenta de que era una idea descabellada. Es imposible confundir a tres morenos con cara de despistados haciendo fotos como locos, uno de los cuales llevaba una mochila y la guía Lonely Planet en la mano, con el ciudadano tiraspolense medio. Llevábamos el estigma de guiri en nuestra frente (lo que no impidió que Adrián, que estaba bastante bien caracterizado, disfrutase cada minuto que duró su papel de transnistrio).

La transfiguración de Adrián Muriel

En la calle 25 de octubre con Lenin tuvimos un encuentro desagradable. Un hombre se precipitó hacia nosotros, desde el otro lado de la calle, con la intención aparente de preguntarnos la hora. Tras observarnos de cerca mientras le respondíamos, desapareció por una callejuela, sospechosamente en la misma dirección por la que había venido. En un pseudoestado policial como Transnistria, donde hasta los teléfonos públicos te dan línea directa con la milicia, este hombre no podía ser otra cosa que un informador o espía. Desde ese momento tuvimos la sospecha, tal vez infundada, de que nos estaban siguiendo.

No muy lejos de allí nos sentamos a comer en una agradable terraza. Mientras esperábamos la comida, observamos a la gente. Había grupos de chavales hablando entre ellos, algunas familias se sentaban en un banco para beber unas cervezas a la sombra, otros paseaban. Apenas había coches en la calle y la sensación general era de una ciudad plácida y tranquila.

Después de comer paseamos por una especie de mercadillo cutre, en el que no vendían ningún souvenir que valiese la pena; compramos unas botellas de brandy, Adrián se llevó una taza fea y nos fuimos. Junto con los pocos rublos transnistrios que trajimos de vuelta, fueron los únicos recuerdos físicos que nos llevamos del país.

De vuelta a la calle 25 de octubre, pasamos delante de varias tiendas de juguetes, que en una grotesca ironía sólo vendían pistolas de agua y armas de juguete. Muy siniestro.

Juguetería transnistria

En Correos nos detuvimos a cambiar dinero. El cajero mataba el tiempo charlando con un amigo, pues, ¿quién cambia dinero en Tiraspol un domingo? Sergio y yo cambiamos 20 €, y cuando Adrián iba a cambiar otros 20 € el cajero cerró la ventanilla, dejando a Adrián con un palmo de narices, y a su amigo totalmente colgado. Adrián lanzó al amigo del cajero una mirada desesperada, en busca de una explicación a lo que había pasado; éste golpeó tranquilamente la ventanilla y llamó “Igor, Igor!”. El cajero Igor abrió con cara de mala leche y miró primero a su amigo y después a Adrián. El billete de 20 € le dejó impresionado. Dijo que no quedaban más rublos transnistrios. Habíamos hecho saltar la banca con 40 €. Ante nuestra insistencia, el cajero le cambió 10 € y cerró el chiringuito. Nosotros nos fuimos, convertidos en un trío de George Soros a escala reducida.

Detalle de cabina telefónica transnistria. Opción número 2, línea directa con la Milicia

Al final de la avenida 25 de octubre se abre un amplio espacio, donde se concentran las atracciones imprescindibles de nuestro viaje. A mano izquierda se alza imponente tanque heroico de la Segunda Guerra Mundial, justo delante del monumento a los caídos por Transnistria y por el Socialismo. A mano derecha un amplio espacio verde, presidido por la estatua ecuestre del general Suvorov (fundador de la ciudad), y más lejos la Catedral Ortodoxa. De frente, al final de la avenida 25 de octubre, se alza el Soviet Supremo de Transnistria, escoltado por la colosal estatua de Lenin, orgullosos símbolos de la libertad o de la opresión.

El tanque heroico de Tiraspol, Sergio y yo

El puente peatonal sobre el río Nistru, muy cerca del tanque, estaba ocupado por familias que paseaban plácidamente. Jugueteamos como buenos guiris en el tanque, siguiendo el inocente ejemplo de un par de niños de 13 años. Los niños se presentaron cortésmente y nos contaron que el tanque había estallado al pisar una mina durante la Segunda Guerra Mundial. Se expresaban en inglés muy correcto. Charlamos durante una buena media hora, saciando su curiosidad sobre el mundo exterior. A nuestra pregunta de si habían estado alguna vez en la República de Moldavia, nos dijeron que no, porque Transnistria es su patria.

Sus padres trabajaban en fábricas transnistrias (aunque no de armas) y los niños parecían llevar una buena vida. Presumían de sus ordenadores y les fascinaban los videojuegos. Decían que en el colegio leían la prensa extranjera y discutían sobre ella. Eran abiertos, educados y simpáticos. En el colmo de la amabilidad, sacaron unas cuantas monedas y nos las regalaron, como recuerdo. Sí, nos dieron unas moneditas unos niños que nos encontramos por la calle en el supuestamente lugar más pobre de Europa. Les correspondimos con dinero moldavo y rumano, y nos despedimos admirados de su inocencia y simpatía.

Las nuevas generaciones transnistrias

(…y cuarta parte: final)

Escuchando: “Vapensiero – Nabucco – Verdi”.
Santoral: Justo,Román.
Efemérides:
378 – Batalla de Adrianópolis (actual Edirne en Turquía) entre los visigodos y el ejército romano liderado por el emperador Valente, quién este último cae muerto en la contienda.
1173 – Se inicia la construcción de la Torre de Pisa.
1902 – Coronan el rey Eduardo VII del Reino Unido
1965 – Singapur alcanza su independecia de Malasia.
1974 – Richard Nixon abandona sus funciones en la presidencia de los Estados Unidos.

August 9, 2006   11 comentarios