De vuelta en Madrid, se acabaron las vacaciones
Y, aunque parezca mentira, me alegro. Principalmente por dos motivos. El primero está relacionado con el cálculo aritmético, y es que cuando se resta más de lo que se suma, se llega a los números negativos. El segundo, con la acumulación de experiencias positivas en muy pocos dÃas, que hace que se pierda perspectiva y se dejen de valorar en su justa medida.
Necesito tiempo para digerir todo lo vivido desde el pasado 20 de diciembre. Terminó un año, comenzó otro. Vi a los de aquÃ, a los de allÃ, a los que siempre están, aquà o allÃ. Tomé metro, tren, avión, coche, taxi, autobús, y barco. Surqué mares de agua, cemento y algodón. Anduve por nuevos caminos, junto a viejos conocidos y nuevos descubrimientos. Me asombré con la belleza de ciertos parajes, con la de ciertas miradas y con la amabilidad de casi todos. Descubrà el olor de un nuevo sobrino. Aprendà a jugar al Risk (por partida doble). Conversé, reÃ, bebÃ, bailé, disfruté. Paseé, mucho. Seguà conversando. Fui obsequiado con una introducción al mundo del vino. Fuimos multados. Comà y cené como un campeón. Recé. Hice fotos. Casi lloré. Empaté un partido de fútbol sala. Marqué algún golito. Miré con atención muchas nubes, muchos parajes y muchÃsimos edificios.
Redescubrà tantas cosas, descubrà tantas otras… necesito tiempo…
5 comments
Hiciste de todo! Este tipo de vacaciones, son de los que quedan para siempre en el recuerdo 🙂
Feliz aterrizaje. Ahora a pensar en todo lo que te queda por hacer, conocer, probar, equivocarte … A mà me queda tanto !
Disfrútala. Es tu vida y te pertenece 🙂
@Ivich: espero que asà sea.
@Yoyoooyoy: ¿a qué esperas?, ¡a equivocarse!.
@_Hackett: tantos deberÃamos repetirnos tu comentario, a todas horas. Muy bueno, sir Hackett.
El viaje realmente acaba cuando se comparte.