Posts from — January 2009
Viernes, peliculita en casa: My own worst enemy
No, no es una película. Es una serie. Fue una serie. Y en realidad no fue ni brillante, sino una fantasmada brutal, en la que un hombre de negocios vive una doble vida, siendo también un superespía de una organización ultrasecreta. Él mismo no lo sabe, pues tiene implantado un chip en el cerebro que lo desconecta de una vida y lo conecta a la otra a discreción (el superespía sí es consciente de que cuando termina con su misión duerme hasta la próxima). Lo interesante viene cuando el chip deja de funcionar correctamente y el superespía se ve obligado a vivir la vida del hombre de familia, y viceversa, a ratos.
La serie duró nueve capítulos de la primera y última temporada. Tenía contratados trece inicialmente. El protagonista es un viejo conocido, Christian Slater. Y tengo que decir que no me ha gustado nada que no hayan dejado ni que termine la primera temporada. Porque la serie me gustaba, a pesar de las ingentes dosis de fantasía y surrealismo que contenía. Ni los dilemas del protagonista, que me tuvieron en vilo en algunas ocasiones, ni el buen hacer de Slater sirvieron de mucho. Una lástima.
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January 16, 2009 7 comentarios
Las recetas de Villú: Pasticho
Se ponen a remojar tres placas (extraídas de una caja de placas precocidas de canelones, de marca Pavo por recomendación expresa de la mía mamma) por persona en agua calentita del grifo de 15 a 20 minutos (agua calentita del grifo, no agua hirviendo, ni en el fuego). Retirar el agua pasado este tiempo.
Se unta de mantequilla la superficie interna de una fuente rectangular de cristal, que soporte el calor del horno.
En una sartén, con medio vaso de aceite de oliva, se fríe un puerro y una cebollita mediana, hasta que se vean doraditos, momento en el que se mete medio kilo de carne picada (de pollo preferentemente). Rehogar durante quince minutos con el fuego al 60%.
Añadir una latita de foie gras pequeña (del sabor que quieras). Rehogar todo.
Agregar un poquito de nuez mozcada (tanta como coges con las yemas de los dedos, pero sin abusar) y un poquito de Avecrem. Otros cinco minutos.
Ahora viene el paso final, que se debe hacer sin prisas y con mucho cariño. Pones en la base de la fuente de cristal mantequillizada una primera tanda de placas, a continuación vuelcas una capa del sofrito (dejando la mitad del mismo para la última capa). A continuación pones otra tanda de placas, una tanda de tranchetes y otra tanda de jamón york. Por fin, agregamos la última tanda de placas, y encima la otra mitad del sofrito.
Para rematar esta última capa haremos una bechamel clarita: pones en una sartén una cucharada sopera de margarina, enciendes el fuego hasta que se derrita, agregas dos cucharadas de harina y lo mareas todo con la mantequilla, para que no sepa a cruda. Por último, agregas un vaso y medio de leche y vas dando vueltas con una cuchara de madera. El fuego al 60%, de nuevo. Le puedes poner un poquito de sal, pero no te emociones, que te cargas el plato. Volcar esa pasta sobre la última tanda de carne. Agregar queso rallado y unos pegotoncitos o bolitas de margarina, a gusto del consumidor.
Se mete la fuente resultante en el horno, y se gratina (la resistencia de arriba encendida) durante diez minutos a 180º más o menos. Ir observando en cualquier caso, y cuando esté doradito se apaga el horno y se deja dentro hasta servir (que cuando antes sea, mejor que mejor).
¡Buen provecho!.
Nota: en Venezuela a la lasaña se le llama “pasticho” (donde “lasagna” solo la llaman cuando todas las capas tienen el mismo relleno). Extraído de Wikipedia.
Dificultad: al ser un plato con una preparación un tanto laboriosa, le daremos una dificultad media – alta.
January 15, 2009 5 comentarios
Un dolor eterno
En una de las películas de El Señor de los Anillos hay una escena sobrecogedora. El rey de Rohan se lamenta frente a la tumba de su difunto hijo, diciendo algo así como: “ningún padre debería sobrevivir a sus hijos”.
En ese momento traté de imaginar el inmenso dolor que se debe sentir en una situación así, y aunque obviamente no me acerqué ni de lejos, me sentí traspasado por una tristeza muy profunda.
Hoy, en el metro, he leído un extracto de una novela del fallecido Francisco Umbral, el cual tuvo que sufrir dicha circunstancia, con el agravante de que su hijo era el único que tenía. Quiero compartirlo con vosotros, por si no lo conocíais.
Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman la oscuridad. Soldadito rubio que mandaba en el mundo, te perdí para siempre. Tus ojos cuajaban el azul del cielo. Tu pelo doraba la calidad del día. Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen que es Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse. Si no, haría ese gesto y nada más.
Qué estúpida la plenitud del día. ¿A quién engaña este cielo azul, este mediodía con risas? ¿Para quién se ha urdido esta inmensa mentira de meses soleados y campos verdes? ¿Por qué este vano rodeo de la muerte por las costas de la primavera? El sol es sórdido y el día resplandece de puro inútil, alumbra de puro vacío, y en el cabeceo del mundo bajo un viento banal sólo veo la obcecación vegetal de la vida, su torpeza de planta ciega. El universo se rige siempre por la persistencia, nunca por la inteligencia. No tiene otra ley que la persistencia. Sólo el tedio mueve las nubes en el cielo y las olas en el mar.
Francisco Umbral – “Mortal y Rosa”, 1975
January 14, 2009 8 comentarios
Viaje de Año Nuevo – Santiago de Compostela – II
Lo que más me gustó fue el gran órgano.
También me llamó la atención algún pequeño detalle, como el nombre de los confesionarios.
Luego llegaron Píter, Natalia, Juan y Federica, y tuve que repetir (muy gustoso) algún que otro paseo con ellos. Desde aquí tengo que darles las gracias por adoptarme en su día de turismo por Santiago.
Fuimos a comer a O Dezaseis, recomendación que me había hecho Andrés Milleiro por Twitter media hora antes, y que a Piter le había hecho a su vez un amigo suyo.
Paseos, chocolate con churros, fina lluvia interminable y la compra de un décimo para la Lotería del Niño (que no cambió mi vida pero sí me reintegró el dinero invertido, al terminar en 8) pusieron fin a mi estancia en Santiago. La acorté para tomar un tren algo más tempranero y llegar a Vigo sobre las 21:45, y no las 23:05 como inicialmente había planeado. Allí me recogieron Óscar y Zacarías (su padre), pero esa es otra historia.
January 13, 2009 9 comentarios
Viaje de Año Nuevo – Santiago de Compostela – I
El periplo de año nuevo comenzó el pasado día 2 de enero, en un Boeing 737-800 con capacidad para 189 personas, que hacía la ruta Madrid – Santiago. Sobre las 11 de la mañana arribé a la capital compostelana, y traté de ponerme en contacto con Óscar para informarle de la hora a la que llegaría a Vigo esa misma noche. Además, establecí contacto con Piter, que andaba con Natalia y unos amigos por Santiago, para vernos y comer juntos.
Por 1.85 € un autobús te lleva del aeropuerto a Santiago. Me bajé en la estación de trenes y compré un billete para Vigo, el último de esa misma noche. Con los deberes hechos, y muy sorprendido con la agradabilísima temperatura que hacía, me encaminé cuesta arriba por la Rúa do Hórreo hacia el centro de Santiago.
El objetivo estaba claro, la catedral de Santiago. Pero no tenía prisa. Había soñado con llegar a la misma después de hacer el Camino. No ha podido ser, pensaba, pero tampoco me voy a precipitar, haré un minicamino por la ciudad. Llegado al casco viejo, caminé y observé tranquilamente mil y un detalles. Me sorprendió (agradablemente) lo pequeño del centro, su sobriedad.
Descubrí el sentido de la vida, el universo y todo lo demás (gracias por el apunte, Ángel) caminando por las calles de Santiago.
Y, finalmente, no me pude resistir y fui a darle un abrazo al Santo. Sinceramente, esperaba una catedral mucho más grande y majestuosa. La fachada de la plaza del Obradoiro es espectacular, pero por dentro me decepcionó un tanto.
January 12, 2009 9 comentarios