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Ronda, una grata sorpresa (2/6)

Continué mi andadura, como decía, por el pasaje de Ernest Hemingway, desde el que dejas a la izquierda la Real Maestranza de Caballería de Ronda y penetras en el paseo de Orson Wells.

Ronda

Supongo que todos estos caballeros que disfrutan de calles y placitas en la ciudad habrán hecho algo para merecerlo, como alabarla en sus obras y / o países de origen, fomentando el turismo. No he tenido tiempo (ni ganas, no nos engañemos) de investigarlo, pero los ya citados Wells o Hemingway no son los únicos que disfrutan de tal privilegio.

Ronda

Lo cierto es que al ver sus nombres sobre azulejos en la majestuosa ciudad de Ronda, no me queda más remedio que contar lo que yo he sentido caminando por sus calles, en previsión de que algún alcalde futuro decida dedicarle una calle o una humilde fuentecita a algún bloguero. Desde aquí mi candidatura queda presentada.

Ronda

Me encantó el Parador de Ronda, magníficamente situado y con una de sus esquinas totalmente recubierta de vegetación. Lo poco que pude ver de su interior además de lo ya reseñado lo han colocado muy arriba en la lista de lugares en los que alojarme cuando tenga éxito dando un golpe de estado o atracando un banco, que son dos de las alternativas que barajo para hacerme rico en este país de pandereta.

Ronda

A esas alturas de paseo matutino tengo que aclarar que la ciudad ya me había cautivado. Las vistas que desde el Puente Nuevo se tienen de la Serranía de Ronda y del resto de la ciudad te dejan sin palabras. Al no ser consciente de la avalancha de turistas que transitarían ese mismo lugar unas horas después no me di cuenta de la suerte que tuve al poder hacer estas fotos con las calles semidesiertas y una luz, la del amanecer, que pocos de ellos disfrutan en ese lugar.

Ronda

(ir al primer post de la serie)

November 2, 2011   Comments Off on Ronda, una grata sorpresa (2/6)