Ronda, una grata sorpresa (3/5)
Pasado el Puente Nuevo se entra en el meollo de la cuestión. En las calles con solera, donde cada esquina te puede sorprender por su belleza, su luminosidad, o, por qué no, la súbita aparición de un globo aerostático entre sus tejados.
Entre estas callejuelas, sin premeditación ni alevosÃa, pero con muchas ganas de andar y mucha curiosidad, se me perdió la mañana. Descubrà pequeñas joyas, como la casa donde nació Francisco Giner de los RÃos, o esta preciosidad a medio destruir (o a medio hacer, quién sabe, qué más da)…
La impresionante fachada del Palacio de Salvatierra.
Extracto de su entrada en Wikipedia:
“Un noble edificio que centra su decoración sobre una singular portada renacentista que se organiza a partir de una pareja de columnas de orden corintio a cada lado de su amplia puerta adintelada, sobre las que se dispone un friso en piedra finamente decorado de donde arranca un balcón cerrado por una espléndida reja de hierro. El elemento más llamativo de esta portada lo forma el grupo de cuatro figurillas incas que, a la manera de los atlantes de la arquitectura clásica, sostienen sobre sus cabezas un frontón recto en cuyo centro se aloja el escudo de armas de los promotores de este edificio.”
La Puerta de Felipe V, el primer Rey de España Borbón, data de 1742, y fue construida para reemplazar a la anterior, que se habÃa quedado pequeña. Tampoco es que ésta sea enorme, pero supongo que en aquella época las ancianas andaban en fila india y no ocupando toda la calzada en paralelo.
Cruzando la citada puerta salà del centro de Ronda de nuevo, esta vez en dirección al vecindario de la Iglesia de Padre Jesús.
A decir verdad habÃa un punto en el mapa que me habÃa seducido por su sugerente nombre, la Plaza de la Oscuridad. Supuestamente en ella encontrarÃa una ermita conocida como de la Oscuridad, del siglo IX y que da nombre a la plaza. Bien, ni rastro de ella. Y la plaza de oscura nada. Lo cierto es que después de leer su entrada en la Wikipedia tampoco me queda muy claro si existe todavÃa o no.
Di la vuelta y antes de cruzar de nuevo la Puerta de Felipe V me encontré con la curiosamente llamada Fuente de los Ocho Caños. Curiosamente digo porque aunque tenga ocho caños sólo uno funcionaba. Luego nos quejamos de cómo está España.