Category — Chorradas

Os dejo con un monólogo que me ha encantado, de un tal Goyo Jiménez. Nos lo ha puesto Antonio, un compi de curro, hoy antes de irnos a cenar y nos hemos reído un rato. Espero que os guste. Para que empecéis el domingo con alegría.

No sé si es la mejor caracterización de los años setenta, pero reirnos nos vamos a reir lo más grande (vamos cinco más o menos de esta guisa). Nos han invitado a una fiesta de cumpleaños, un español que también trabaja en Panamá, Víctor. Ríete tú de David Bowie, el camaleónico… ¡ja!:

Salía hoy de disfrutar de un magnífico desayuno chino en Lung Fung, con un amigo panameño llamado Alejandro y mis hermanas Carmen y Virginia, cuando el primero me comentó sonriente, tras ver pasar a un hombre y una mujer: “en Panamá se conoce todo el mundo, ¿ves a ese man?”… lo que me contó a continuación, se podría introducir con el siguiente texto de esta noticia:

Unos 27 mil pollos de la finca de la familia Sofer, en Santa Clara de Antón, murieron luego que una falla eléctrica dejara sin energía el lugar donde se criaban los animales.

Según informes los pollos se asfixiaron, ya que vivían en un ambiente controlado con aire acondicionado.

Las autoridades de Salud realizaron ayer una inspección en el área para determinar el tratamiento que se les está dando a los animales, considerando que no se pueden arrojar en el vertedero porque podría afectar la salud pública.

Los pollos deberán ser enterrados o incinerados para evitar los malos olores y la proliferación de aves de rapiña.

Según informes de los propietarios de la finca las pérdidas alcanzan los cien mil dólares, situación que consideran preocupante porque no podrán reponer la inversión realizada.

Lo que la noticia no cuenta (porque no había ocurrido todavía) fue que ante el intento de la empresa eléctrica de eludir su responsabilidad en el tema, el propietario del negocio de los pollos los llevó todos muertos y a medio camino hacia la descomposición a la puerta de la central eléctrica, donde los depositó. Los 27000 pollos muertos, sí. Los 27000 pollos mártires.

No he conseguido verificar la autenticidad del remate de la historia, pero tampoco tengo ningún motivo para dudar de la versión que Alejandro me ha transmitido. Menudo tomate…

Estar borrachín es una sensación muy agradable. Por supuesto que no lo recomiendo para conducir, ni para hacer otro tipo de actividades que requieran coordinación y forma física excelente, y tal… pero para escribir un post contento porque mañana te espera un día de turismo por Panamá con dos de tus tres hermanas, después de haber pasado una noche muy graciosa con tus compañeros de trabajo, antes de tomarte unos macarrones riquísimos con gazpachito frío, una copa de chocolate y vainilla, fumarte un buen cigarrito, y dormirte… igual estar borrachín no es tan malo en un momento como ese.

Hipotéticamente escribiendo claro, porque yo no me emborracho nunca. Y tal.

– no ignora… chifea.
– no roba… transa.
– no convence… tira lírica.
– no molesta… jode.
– no sufre de diarrea… le da cagadera.
– no va rápido… va a balazo.
– no dice licor… dice guaro.
– no dice estoy confundido… dice: me guille.
– no dice locura… dice ponchera.
– no dice chofer… dice palanca.
– no dice celador… dice wachiman.
– no se excita… se entolda.
– no olvida a alguien… lo escracha.
– no es adinerado… ta montao.
– no tiene carro… tiene nave.
– no toma el autobus… coge su democrático.
– no dice cigarrillo… dice blanco.
– no juega bastante… birrea.
– no presume… pifea.
– no pelea… se embolilla.

Del manual básico de técnicas de supervivencia en Panamá. Recibido por correo electrónico de un compañero de trabajo. Por cierto, ganó Ricardo Martinelli, y bien ganado.