No he leído nada de lo que se ha escrito sobre ella en las anteriores semanas. Estaba deseando verla pero no terminaba de encontrar a la persona que me acompañase al cine: unos ya la habían visto con sus parejas, otros no aguantan una película de dos horas y media en versión original… así pues, hace un par de noches hice los deberes volviendo a ver Batman Begins en mi habitación (palomitas incluídas), y volviendo a disfrutarla muchísimo (no recordaba que me hubiese gustado tanto la primera vez). Esta tarde me subí en la bici a las cinco y me fui al cine a comprar la entrada para la noche, volví a casa, me duché, cené, me puse algo de ropa cómoda, le pedí el coche a mi padre y me di el paseíto de nuevo, esta vez de veinte minutos sólo. Acabo de llegar.

Sinceramente, pienso que es una obra maestra. Soy consciente de que no casa con el canon de película normalmente independiente que no te deja indiferente. En cierto modo es un cine que podría ser denominado como fácil: gástate el dinero a espuertas, no te preocupes, lo vas a recuperar en dos fines de semana, contrata los mejores actores, los mejores guionistas, una banda sonora aseada, efectos especiales impresionantes, una historia de amor, algo de moralina, un malo que sea realmente malo y un bueno que tenga su punto golferilla pero noblote, y si tiene sex-appeal y éxito social mejor que mejor.

Lo admito, la fórmula es muy simple. Pero funciona. Siempre ha funcionado y siempre funcionará si los ingredientes son de calidad y se saben mezclar adecuadamente. Para mi, en su género, esta película ha marcado un antes y un después, pues en ella se han conjugado todos estos factores en grado superlativo.

La historia de amor es realmente conmovedora. El héroe encerrado en su atalaya, aislado, sólo, también lo es.

El guión va poniendo a cada uno en su sitio a su debido tiempo, sin prisa pero sin pausa, nos va mostrando la ascensión del héroe popular, la nueva estrella mediática de Gotham, la del malo maloso, la confrontación, el lento desarrollo de la historia de amor… y el desenlace realmente explosivo.

Los efectos especiales son, como deben ser, increíbles. Piensas que es imposible que se puedan hacer determinadas cosas que se ven en la película, pero intentan revestirlo de cierto halo técnico que en determinados momentos en los que prefieres no plantearte nada y creértelo todo viene muy bien para acallar tu conciencia crítica, de forma consciente o inconsciente (supongo que dependerá del grado de conocimiento en la materia o predisposición al escepticismo del espectador).

Sobre el Jóker del malogrado Heath Ledger, no escribiré nada que no se haya dicho, a buen seguro, pero me he sentido capaz de matarlo yo mismo varias veces con mis propias manos. Ha sacado lo peor de mi. Esa era su función, lo consigue de una forma admirable.

Para terminar, Bruce Wayne / Batman. Brillante, tanto en su cara pública como en la privada, no siempre políticamente correcto pero recto. Y humano, ergo creíble. En esta película sale a relucir el lado humano de su personaje, porque se lleva al límite la maldad contra la que ha de luchar.

La volveré a ver. Muy muy recomendable.