Posts from — September 2008
Soy un yanki
Ayer me preguntaba por el origen del apelativo yanqui… como casi siempre, Wikipedia tenía una respuesta:
El término se originó hacia la mitad del siglo XVII debido a los holandeses que abundaban en la Nueva Inglaterra, muchos de los cuales se llamaban “Jan” (en neerlandés Juan, pronunciado [yan]) y así, del apodo “Janke” (“Juanito”), se originó el término inglés Yankee.
Durante la llamada Guerra de Secesión (1861-1865), el vocablo se hizo muy popular en la ex colonia británica. Para los confederados, los “Yankees” eran los soldados y, en general, los residentes de los estados del norte.
Debido básicamente a que Estados Unidos carece de un gentilicio verdadero, pues en realidad el término “estadounidense” es perfectamente aplicable a los mexicanos así como norteamericano también incluye a mexicanos y canadienses, la palabra “Yankee” se exportó para referirse al país en muchos idiomas y países.
En el Reino Unido es bastante usado, a veces abreviado a “Yank”, aunque quizá su uso más intenso se da en los países hispanos en los que fue castellanizado como “yanqui”.
Por tanto, a partir de ahora podéis llamarme yanqui si queréis, dada mi condición de Juanito. En mi familia somos yanquis gatos, que mi padre se llama Juan y mi abuelo, bisabuelo y anteriores también.
Como habréis observado, también podéis llamarme original si yanqui no os gusta.
September 20, 2008 6 comentarios
Viernes, peliculita en casa: El bueno, el feo y el malo
Ante todo mil disculpas, pues esta entrada se ha publicada carente de contenido. Cosas que pasan. Gracias a Jaxxrenton por avisarme, aunque la verdad es que anoche cuando me acosté tuve un lapso de lucidez en el que me di cuenta de que esto podía pasar.
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La peli de la que quería postear hoy es un clásico que no había visto hasta estos días, El bueno, el feo y el malo. No me gustan los westerns, por eso no la había visto entre otras cosas. Pero hay cosas que hacen diferente a un clásico de una película encasillada en un género concreto. Y esta película tiene esos factores diferenciales, entre los que se cuentan la archiconocida banda sonora de Ennio Morricone, una fotografía excelente, una historia entretenida y unas interpretaciones magníficas. No en vano ocupa el quinto lugar en el top 250 del Imdb.
Clint Eastwood – Blondie se sale, pero me quedo con la interpretación de Eli Wallach en el papel de Tuco. Ojos de Ángel – Lee Van Cleef no les va a la zaga. La recomiendo incluso a los que tienen reservas acerca de los westerns. La película dura cerca de tres horas… pero tengo que decir que a mi se me hizo corta.
Para los que ya la hayan visto (spoiler incoming), os dejo la escena entre los tres en el cementerio de Sad Hill… impagable…
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September 19, 2008 9 comentarios
Censored eleven
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Citando a la Wikipedia:
The Censored Eleven es un grupo de cortos de Looney Tunes y Merrie Melodies que fueron obtenidos para su Sindicalización por United Artists en 1968. UA es dueño de los derechos para su distribución de la librería de Associated Artists Productions que tuvo en esta época, se decidió quitar estos once cortos de la transmisión por las constantes referencias a la raza negra que pueden considerarse ofensivas para la audiencia contemporánea. La censura fue iniciada por la UA y sus sucesivos dueños del catalogo de los Looney Tunes hasta la actualidad, estos cortos oficialmente no se transmiten en televisión desde mediados de la década de los 60s.
Si los censores de la UA levantaran la cabeza y vieran algún episodio de South Park o Padre de Familia, ¿qué creéis que ocurriría?. Cómo cambia el cuento, Caperucita…
September 18, 2008 4 comentarios
Una marca de cosmética
Me pide Chete que haga un sondeo sobre posibles nombres para una nueva marca de cosmética.
Por favor, saquen su creatividad, piensen durante algunos segundos, minutos y dejen un posible nombre. Si no están especialmente orgullosos del mismo, háganlo de forma anónima.
PD: pongo a Charlize Theron porque cuando pensé en un primer momento en cosmética se me vino ella a la cabeza. No tengo ni idea del por qué. Así que mi propuesta sería: Charlize.
September 17, 2008 7 comentarios
Vencer o morir
Adoro el fútbol. El fútbol de verdad. En cualquiera de sus formas, once contra once, siete contra siete, cinco contra cinco. Me da igual. El sueño frustrado de mi vida es el de jugar en el Ramón Sánchez Pizjuán con el escudo local en mi pecho.
Odio el negocio en el que se ha convertido. Odio los intentos de manipular los sentimientos que este noble deporte despierta en las personas que lo practican y que se desvelan por sus equipos. Vengan de donde vengan, los equipos y las manipulaciones.
Por eso cuando descubro casos como el del FC Start tengo que compartirlos con vosotros. O como el de la selección italiana de 1938. Copio y pego de Notas de Fútbol:
“Vencer o morir”: seguro que un escalofrío recorrió la espalda de don Vittorio Pozzo al leer las tres palabras de este simple telegrama. Sería necesario contextualizar, precisando que el destinatario del mensaje, el citado Pozzo más conocido como “El viejo maestro”, ha sido uno de los seleccionadores más influyentes de la historia de la azzurra y el padre del catenaccio. El telegrama se envía unas pocas horas antes de la final del mundial de 1938 y el remitente es Benito Andrea Mussolini máximo dirigente italiano y uno de los principales protagonistas de los desgraciados acontecimientos que asolarían Europa durante los años siguientes.
En aquel Mundial de Francia 1938, al igual que en los anteriores Juegos Olímpicos de Berlín se dirimía algo más que una competición deportiva. Dos ideas antagónicas se enfrentaban ante un continente que estremecido presentía como el ruido de la pólvora sustituiría a los vítores de las gradas. En aquella competición donde una débil selección alemana jugó con una esvástica clavada en el pecho, y reclutó hasta cinco jugadores austriacos como botín cobrado del Ansluch. Su mediocre papel provocó que Hitler avergonzado la retirara de la competición. Italia se convirtió en la única esperanza para demostrar la superioridad de las potencias del eje. Dos años antes, una pantera llamada Jesse Owens había estampado en la frente del mismo Furher la evidencia de que las razas inferiores podían destruir su ensoñación aria.
Locatelli, Andreolo, Meazza. Michele y Piola, algunos de los mejores jugadores de la selección italiana se convertían en insospechados símbolos de una contienda que destrozaría Europa apenas un año después. En un Mundial donde muchas selecciones sudamericanas ni tan siquiera participaron. Brasil recogió el testigo de Jesse Owens y con un sensacional Leónidas se plantó en semifinales donde sería vencida por Italia. La mañana siguiente los periódicos italianos titularon “’Saludamos el triunfo de la itálica inteligencia sobre la fuerza bruta de los negros”. La final les enfrentaba a Hungria, un pais bajo la órbita del demonio rojo. Rápidamente los brazos del fascio se prepararon para presentar el partido como una contienda ideológica.
Y aquí encontramos a Pozzo, “el viejo maestro”, el hombre que exigía que sus jugadores pagasen cualquier precio para conseguir una victoria. Ese hombre levantó con pavor la vista del telegrama que acababa de recibir y comprendió que aquella vez el precio que deberían pagar en caso de fracasar sería la muerte. Con estas palabras se dirigió a sus jugadores, mitad cadáveres que se encaminaban ya hacia el cadalso : “No me importa cómo, pero hoy deben ganar o destruir al adversario. Si perdemos, todos lo pasaremos muy mal”.
“El viejo maestro” abrió el guardarropa, buceó en su plantilla e inevitablemente tiró de lo que hoy es tan indisoluble a Italia como los vinos de la Toscana, la pasta o la corrupción de sus políticos. Orden y contrataque, el catenaccio. La velocidad de Piola, Ferrari y Meazza ponía ya al descanso a Italia con tres goles a uno de ventaja. Los espectadores franceses que ya presentían la inminencia de la guerra y aplaudían a los húngaros tuvieron que rendirse a la evidencia. Tras el 4-2 final Pozzo y sus jugadores se abrazaban alborozados. En esa alegría había algo más que el mero triunfo deportivo. En la grada “Il Duce” sonreía complacido.
Encaminándose hacia el túnel de vestuario el portero húngaro Szabo declaraba sonriendo: “Nunca en mi vida me he sentido más feliz después de un partido. Ante la sorpresa de todos, añadió: He salvado la vida a once seres humanos. Me han contado antes de empezar el partido que los italianos habían recibido de Mussolini un telegrama que decía : Vencer o morir” Han vencido.” Pozzo acabó sus días volviendo a su antigüa profesión de periodista, denostado y acusado de haber claudicado ante el Duce, sin embargo tras aquella final declaró “Hemos jugado para ganar la Copa, eliminando de nuestro juego todo lo que no era útil para el fin perseguido y conservando sólo un fútbol estructural”. Cuando hoy muchos desesperamos ante una Italia colgada del larguero y defendiendo con uñas y dientes el marcador intuimos algo primitivo en esas figuritas azules. Algo tan profundo y ancestral como el hombre, un miedo que escapa a los designios de la pelota y se aferra a conservar algo mucho más valioso que un resultado, la propia vida.
September 16, 2008 5 comentarios