Dardos – I
Hoy inauguro un nuevo tipo de entradas en el blog, desde las que me limitaré a fusilar otras entradas de otros blogs cuyo contenido me ha parecido particularmente útil. Sin más, os dejo con estos dos dardos que me han gustado particularmente:
Casi todos sueñan con cambiar y pirarse a otro lado o existir de otra manera. Esto no va de vacaciones. Dicen que hay una crisis económica que nos vamos a tragar todos. No dicen que hay una crisis existencial que masticamos desde hace tiempo.
Gestión de personas, cuestión de detalles. Vida de un consultor:
Un gesto en la cara, una mirada, una palmadita en la espalda, una llamada a tiempo o la falta de ella, un saludo o su ausencia, una palabra bien o mal dicha, un tono de voz, el tiempo que tardas en responder cuando alguien te manda un mail, devolver o no una llamada, cosas de las que te enteras por terceros en vez de directamente, un comentario amable… Soy de los que piensa que los detalles importan, y mucho. Yo soy una persona de detalles. Y no me refiero a que los tenga (seguramente pudiera tener más de los buenos y se me escapen demasiados de los malos), sino a que soy muy sensible a ellos. Es verdad que he oÃdo decir a unos cuantos eso de “a mà me da igual, mientras me paguen…â€; pero luego la realidad les desmiente cuando se cabrean porque alguien no les informó, o porque les hablaron en no sé qué tono, etc.
Gestionar personas en una organización es, en gran medida, cuestión de detalles. Que una persona se sienta a gusto, conseguir su implicación y que dé lo mejor de sà mismo no puede lograrse con las llamadas polÃticas de RRHH. Sistemas retributivos, gestión de nóminas, estructura organizativa, convenios, comunicación interna, sistemas de evaluación, etc… no pueden sustituir nunca al poder de los detalles. Como mucho pueden aspirar a ser un marco en el que desarrollar la verdadera gestión de personas, que es la que tiene que hacer cada uno con los que tiene alrededor: su equipo, sus colaboradores… y no sólo de arriba abajo (del “jefe†al “subordinadoâ€) sino en todas las direcciones.
Pero esto, claro, no escala. Es decir, no se puede aplicar por una misma persona a una cantidad creciente de empleados, sino que hay que crear una cultura en la que todo el mundo se sienta “gestor de personas†y cultive la “calidez del detalleâ€. Pero en muchas organizaciones eso se obvia, y se deja todo en manos de un departamento de RRHH que, con sus polÃticas (que sà escalan: lo mismo valen para 10, para 100 y para 1000 personas), se dan por satisfechos.
No, la gestión de personas no es cuestión de polÃticas. Es cuestión de calidez humana. De calidad humana.
6 comments
La entrada de “Vida de un consultor” ya la leà en su momento y me encantó, y es que incide en una de las cosas que es más necesaria en las relaciones laborales. Un trabajo es mucho más que cobrar a final de mes. Debes sentirte realizado y reconocido con el trabajo que haces, si no al final eres un zombie de oficina.
Tu citas a Marilink, que me cita a mÃ, pero tú no me citas a mÃ. ¿DeberÃas? No sé. ¿Me importa? No tanto. Un saludo
@Antonio: efectivamente, señor.
@Pedro Bravo: pues yo creo que no deberÃa citarte, si no he entrado en tu blog y no he comprobado que el contenido sea originalmente tuyo. Y este es el caso: lo leà en el blog de MarilÃn y me gustó. Al no haber entrado en la referencia que ella daba, no puedo saber si el contenido es original de la misma o es a su vez una referencia. Asà que la cito a ella, y si algún dÃa tu blog llega a estar en mis feeds y escribes algo que crea necesario citar, créeme, te enlazaré directamente. Saludos.
No, si se ve que tú lo tenÃas claro desde el principio. Soy yo el que tiene dudas, pero me pasa a menudo. Por ejemplo, cuando dices eso de si “escribes algo que sea necesario citar, créeme, te enlazaré”, me pongo a pensar. Pienso en que lo que has citado lo has hecho porque lo has debido considerar “necesario” (o conveniente, al menos), que si no, no lo habrÃas hecho. Y el caso es que eso lo he escrito yo. Pero pienso que, como dices, no has entrado en mi blog, lo has leÃdo en el de MarilÃn. Y, entonces, claro, cómo vas a saber que lo escribà yo. Bueno, pienso que podrÃas haber visto la cita de MarilÃn y consultar las fuentes, pero tampoco te apetecÃa. Eso lo entiendo a la primera, porque yo, además de dudar mucho, soy bastante perezoso. Eso sÃ, también pienso que ese anhelo que me propones, “si algún dÃa tu blog llega a estar en mis feeds”, me va a costar alcanzarlo porque no eres de los que se meten en las referencias que citan otros. Pero se ve que no puedo tener todo lo que anhelo. Ni siquiera lo que no.
De todos modos, lo que sà tengo claro es que éste es tu blog y haces en él lo que te apetece, que éstos son tiempos (y medios) de intertextualidad y que, como dije antes, en realidad me da igual. Al fin y al cabo, yo escribo en la Red sin que nadie me lo pida o me pague y sabiendo que la gente puede hacer con lo que escribo lo que le dé la gana. Desde no leerlo hasta no leerlo pero citarlo.
Y no trataba, ni trato, de iniciar un debate. Sólo solucionar una duda. Pero nada. Está visto que mi destino es seguir dudando.
Más saludos.
El que nada duda nada se pregunta, y nada aprende. Me gusta tu actitud.
bueno, esto no entra en la pirámide de Maslow, y si lo hiciera, constarÃa como última necesidad del ser humano (según Maslow)