Estrenando iPhone 3Gs
Cuando mi hermana Elena volvió de su viaje por EEUU a principios de 2008 y me trajo un iPhone de primera generación recién salido del horno, no paré hasta que no lo desbloqueé y pude empezar a funcionar con mi tarjeta de prepago de Movistar. Instalé aplicaciones a mansalva, por los canales oficiales y por repositorios creados por malvados hackers a lo largo y ancho de la nube. Fui feliz con él durante muchos meses.
Cuando salió el iPhone 3G estuve a punto de liarme la manta a la cabeza y pillármelo, a costa de mi salud monetaria. Pero cada vez que miraba mi iPhone primigenio me asaltaba una extraña sensación de satisfacción por los servicios que me prestaba. Me sobrepuse, fui consecuente con mi precaria situación económica por aquel entonces y me contuve.
Cuando tuve noticias de la próxima salida al mercado del iPhone 3Gs, y de las mejoras que incorporarÃa, (y teniendo en cuenta que mi iPhone habÃa sufrido un percance en la pantalla un dÃa que tuve la feliz idea de tirarlo al sofá desde una mesa sita a dos metros del mismo, con la mala fortuna de que un cojÃn traicionero lo desalojó prematuramente camino del suelo) comencé a replantearme la posibilidad de un cambio de teléfono.
Después de examinar el precio de salida del terminal, las distintas mensualidades que ha ofertado Movistar según el consumo mÃnimo de voz y la tarifa plana deseada de datos, y mi consumo en tarjetas de prepago en los últimos meses, me di cuenta de que controlando un poco mi consumo en llamadas de voz, prácticamente el nuevo iPhone me saldrÃa regalado.
Asà que ayer, ni corto ni perezoso, me fui a la tienda que Telefónica tiene en la Gran VÃa, justo al salir del trabajo, para hacerme con él. Tras guardar algo de cola (no llegó a una hora) y unos minutos de diálogo con un amable dependiente, salà de allà con mi objeto de deseo dentro de la bolsa del portátil del curro. Me fui tranquilamente a casa y procedà al tradicional y reverencial unpacking con el que los fanboys normalmente procedemos a dar a luz los productos de la marca de la manzana.
Tras sincronizarlo fácilmente, restaurando todos los datos a partir de la copia de seguridad que tenÃa de mi viejo iPhone en iTunes, y manejarlo durante dos dÃas, puedo decir, sin temor a equivocarme, que el iPhone 3Gs ha sido una magnÃfica compra, y que es el mejor teléfono (y / o gadget, Raven) que he tenido nunca en mis manos.
Es una versión muy mejorada del iPhone 3G, con el que Apple ha corregido algunos de los errores más peregrinos de los que adolecÃan las anteriores versiones del terminal, como la baja calidad de la cámara de fotos, la imposibilidad de grabar vÃdeos con la misma, la lentitud de respuesta en algunos casos, el excesivo peso, la obligatoriedad de comprar auriculares con un conector macho determinado…
Asimismo, Movistar parece que también se ha puesto las pilas, permitiendo unas tarifas planas de datos que si bien podrÃan ser algo más bajas, entran dentro de lo razonable, y por lo que he podido comprobar en estos dos dÃas, funcionan bastante bien. El proceso de compra fue bastante ágil, y el seguro que ofrecen para anular el contrato de datos en caso de pérdida, robo o deterioro accidental del teléfono alivia un poco la perspectiva de que tal triste hecho se produzca.
He instalado unas treinta aplicaciones, muchas de las cuales verdaderamente aportan valor añadido al teléfono, siendo algunas de ellas incluso gratuitas. Os iré contando cuáles son las que me resulten imprescindibles con el paso del tiempo.
Resumiendo, y aunque pueda parecer un poco pronto, no me arrepiento para nada de haberlo comprado, cubre todas las expectativas que tenÃa, me atreverÃa a decir que incluso las sobrepasa. Si estáis pensando en cambiar de teléfono, yo le echarÃa un vistacillo…
June 21, 2009 11 comentarios